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Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

El comienzo de un sueño hecho realidad en La Cañada Real

Perros callejeros en La Cañada Real. Foto: SPAP

Arancha Sanz

La Cañada Real es una sucesión de asentamientos chabolistas que se prolongan a lo largo de unos 16 kilómetros ocupando parte de esa vía pecuaria a su paso por Madrid, más o menos donde está el centro geográfico de la península ibérica.

A partir de 2005 parte de La Cañada se convirtió en el principal punto de venta y consumo de droga en la Comunidad de Madrid. En el sector seis, el último en los que se divide, se venden al día unas 12.000 dosis de droga. En ese punto comenzó el contacto de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas (SPAP) con un mundo desconocido para la inmensa mayoría de la población, que solo sale en los medios de comunicación en las noticias de sucesos y en el que, como siempre, los más invisibles son los animales, sobre todo perros y gatos.

La vida en La Cañada está marcada por todo tipo de problemas sociales: analfabetismo, drogadicción, ausencia de leyes... Allí los animales son cosas y lo que no sirve, se tira. Las consecuencias se ven a simple vista: animales por todas partes, sucesión de camadas incontroladas, infestaciones, animales atropellados, enfermos, abandonados, muertos.

Sería fácil pensar que la salud de los animales que viven en La Cañada es un mal endémico sin solución posible, pero no es así. Desde hace dos años a la SPAP nos han llegado avisos de animales en muy malas condiciones, cada vez más perros abandonados y gravemente maltratados. Durante este tiempo nos hemos asomado a un territorio inexplorado donde los animales están completamente desamparados, sobreviviendo en condiciones lamentables y en muchos casos agonizando hasta morir.

Al conocer esas situaciones, en la SPAP decidimos no mirar a otro lado y empezamos a actuar con un doble objetivo: esterilizar para evitar tantos nacimientos sin control de animales destinados a una vida de horror, y que los que ya están allí vivan sin dolor, sin enfermedades o con dolencias atendidas, sin heridas ni parásitos.

Al cabo de estos dos años, solo con el trabajo de campo de algún voluntario y la aportación de medios propios de la SPAP, hemos conseguido esterilizar a veinte perras, doce perros y diez gatos y gatas. Puede no parecer un número importante, pero para evaluarlo hay que tener en cuenta las peculiaridades de los grupos sociales a los que pertenecen los propietarios de esos animales: el 80% son de etnia gitana, para quienes es impensable esterilizar animales, y el 20% restante son drogodependientes, para quienes los cachorros son una fuente de ingresos.

Actualmente, dos años después de nuestros primeros contactos con los habitantes de La Cañada, son las propias personas de etnia gitana y toxicómanos los que nos llaman porque quieren operar a sus animales. ¡Tenemos lista de espera! También nos consultan cómo pueden quitarles las pulgas o las garrapatas, nos piden que miremos a algún animal golpeado por un coche, o simplemente porque tienen dudas y quieren asegurarse de si les pasa algo. Pedrito, Luna, Estrella o Shakira, que siempre que ve el coche de la voluntaria va a saludarla, son algunos de los animales beneficiados de ese incipiente cambio.

Sobre ese estado actual de la situación, en la SPAP nos hemos propuesto un plan de acción urgente sobre la salud y la natalidad de los animales que viven en La Cañada Real. La respuesta de sus habitantes ante nuestra acción ha sido muy positiva, hemos conseguido resultados impensables con un mero acercamiento y casi sin proponérnoslo, y los resultados obtenidos nos han impulsado a plantear un proyecto ambicioso, pionero e innovador que no se ha llevado a cabo con anterioridad.

Consiste en una presencia directa y continuada en la zona, acudiendo con una periodicidad fija semanal que se irá ampliando según las posibilidades y la ayuda que recibamos. Esa presencia permitirá una atención veterinaria básica evitando los desplazamientos a la clínica, el control sanitario de perros y gatos de manera informatizada, hacer un censo de animales con dueño con su fecha de esterilización, recoger cada semana a los animales que vayan a ser esterilizados y devolverlos una vez pasado el posoperatorio en el albergue, identificar y localizar a los animales de la zona, controlarlos mediante chip, mantenerlos desparasitados y vacunados, hacer esterilizaciones masivas de perros y gatos con dueño, y recoger a los animales abandonados.

El proyecto supone, además, una forma constante y directa de educar y concienciar a estos grupos marginales en el cuidado y el respeto a los animales. El comienzo de esta labor sistematizada implica abrir una puerta para que sean el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma de Madrid quienes se involucren y se responsabilicen de esta labor con nuestra orientación.

Ya tenemos una donación para el ordenador que necesitamos para llevar todo el control informático de esa asistencia, y para una furgoneta dotada con el material básico de curas, desparasitaciones, vacunas y chips. También contamos con un veterinario que de forma altruista tendrá una presencia semanal en el poblado para atender a los animales, y con una persona voluntaria para las tareas administrativas, con soporte permanente para el desarrollo de esta labor y, sobre todo, para la labor de concienciación en el respeto hacia los animales como seres sensibles, que seguirá realizando tan eficazmente como hasta ahora.

Tenemos que agradecer de todo corazón la ayuda desinteresada a las personas que han hecho donaciones para poder arrancar con este proyecto, al veterinario que va a colaborar altruistamente con su presencia directa en el lugar, a nuestros veterinarios y auxiliares del albergue y de la clínica que siempre están dispuestos a ayudar demostrando día a día un gran esfuerzo y dedicación por todos los animales que ya se han atendido, y sobre todo agradecemos la actuación de Isabel (nuestra voluntaria) porque sin su sabiduría y empatía con las personas y animales este proyecto no hubiera sido posible.

Este proyecto es un gran reto pero sabemos que es un inicio que puede servir para conseguir más colaboración. Somos conscientes de que no podemos abarcar la magnitud del problema que existe en la Cañada pero haremos todo lo posible por dar a conocer esta situación para que se involucren las administraciones competentes.

Mientras tanto, la ayuda que hasta ahora hemos recibido de los ciudadanos ha significado un impulso muy importante para empezar a actuar. Y siempre estaremos muy agradecidos a cualquiera que pueda aportar cualquier ayuda para seguir desarrollando esta labor tan necesaria.

Vacabebe, la primera perra que ayudamos en La Cañada. Había tenido dos camadas antes de que Isabel, nuestra voluntaria, consiguiera llegar a un acuerdo con su familia para esterilizarla. Las negociaciones fueron largas pero dieron fruto. Ella es la prueba de que nuestro sueño se está haciendo realidad.

Nota de la autora: Este artículo ha sido publicado en el último número de la revista de socios de la SPAP

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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

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