El Tenerife se redime de la bofetada del Sporting con los goles de Gallego

Corredera pugna con Djurdjevic durante el Sporting-Tenerife

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

0

Una reacción a tiempo, cuatro cambios con sentido y dos goles de Enric Gallego reavivaron al Tenerife en Gijón después que Djurdjevic aprovechara, a la vuelta del descanso, un error grueso de Corredera por querer sacarla jugada desde su área. El Sporting no supo aprovechar su renta porque anda bloqueado en lo que se obsesiona con un descenso del que sigue cuando menos a dos semanas y porque, si juega intenso, el Tenerife es mejor equipo que casi cualquier rival de esta Liga.

Este domingo firmó, compadreando con su rival, una primera parte indecorosa. Luego le vino muy bien la bofetada del gol de Djuka. Respondió muy pronto con el primer acierto de Gallego, se perfeccionó coralmente con el segundo par de cambios de Ramis, le salvó un poste del 2-1 cuando mejor andaba y apuntilló con otro remate de área de su delantero en el momento justo para dejar de rodillas al grupo de José Luis Martí, tantos tropiezos como comparecencias desde que se hizo cargo de los rojiblancos.

Obligado a no alargar la serie de derrotas (Mirandés, Valladolid) con la que se presentaba en El Molinón-Quini, al Tenerife le pudo la contención en el acto inicial en lo que se atascaba en un intercambio de errores con el Sporting del que solo sacó una tarjeta temprana a Aitor Sanz –luego se guardó el capitán para firmar una faena de aliño, sobresaliente manteniendo la posición, tan oscura como rentable– y una conclusión:  jugar con miedo bloquea al futbolista y hiere a la vista.

El Tenerife había salido como queriendo que no pasara nada cerca de Soriano y se le indigestó el guion. No le duraban los ataques por más que se multiplicaba Corredera para encontrar una salida limpia. Mal conectaba con los flancos y, menos aún, con los puntas –de espaldas a los centrales Mario y Elady–, el partido se hizo de nadie en media hora y los de Ramis terminaron por jugar demasiado largo, las líneas muy separadas, todo reducido a una pugna tras otra en lo que nadie atinaba cuatro pases seguidos.

Ramis entendió a tiempo que con ese cartel de jugadores no le iba a cundir la tarde. Llevó al campo a Andrés y Gallego, sentó a Elady y Mollejo y cuando parecía mejor dispuesto su equipo a meter una velocidad más –una contra lanzada en el 49 por Gallego y un balón espléndido al área chica que negoció ingenuamente Andrés–, pecó también de ingenuo Corredera por no romperla en su área. La quiso sacar en conducción y se topó con el instinto asesino de Djurdjevic, antes para robarle la pelota, luego para golpearla seca y pegada al larguero, imposible para el portero.

En desventaja, el Tenerife cambió de timorato a osado y se fue a por los puntos. Un cambio de orientación para la enésima subida por la banda de Moore habilitó la caída franca del hoy lateral titular. Se generó la ventaja en carrera, la puso medida al área chica, falló Borja López en el cruce por alto y llegó mansa a Gallego, un remate plácido sin violencia gestual para batir a Mariño.

Y de ahí hasta el final, casi un monólogo de los blanquiazules. Moore sirvió otro pase de lujo a los delanteros (m.65) que no cazó ni Mario González a la corta, ni Gallego al palo largo de Mariño. Y Corredera hizo un último acto para redimirse antes del cambio (m.69) con una falta lateral que mal enganchó de cabeza Carlos Ruiz.

Gastada la gasolina de Moore, metida la sexta marcha para que el reaparecido Larrea se hiciera con el medio juego junto a Aitor, fue ahora Lord Shashoua el que puso uno de esos toques de distinción que tantas veces antes desatascaron al Tenerife. Se asoció con la conducción de Bermejo para jugar a la espalda de los centrales, recibió un balón filtrado un palmo por delante de Babin, rompió la línea y se encaró para comprometer con éxito a Mariño. Al primer pase al área, casi medio gol, llegó a tiempo Kravets para despejarla bajo palos. La segunda jugada era cosa de Gallego, que puso la pandorga y no perdonó. En la fase de pánico en la que ha convertido para el Sporting el último sexto de sus partidos, pescó el delantero otra vez sin marca. Muy fácil si vienes acompañando la jugada, como fue.

A un cuarto de hora de llegar a la orilla, vivió el Tenerife con pocos sobresaltos. Notable Larrea para oponer más empuje que toque, mejor Aitor para amargar lo que trataba de hacer suyo Djurdjevic para encontrar una vuelta limpia del Sporting, aplicados Moore y Pomares ensuciando el juego por los flancos, el grupo de Martí quedó reducido al fútbol directo en lo que ninguno de sus cambios mejoraba al relevado. En una de las leyes más viejas del fútbol, le dieron un equipo imaginando el pánico y camina, ahora sí, decidido a descubrir lo que viene a ser el pánico real.

(1) REAL SPORTING DE GIJÓN: Mariño; Bogdan (Calavera, m.75), Babin, Borja López, Kravets; Pedro Díaz (Gragera, m.74), Cristian Rivera (Eric Ramírez, m.82); Villalba; Gaspar Campos (Aitor García, m.54), Fran Villalba, Puma Rodríguez (Jony, m.82); y Djurdjevic.

(2) CD TENERIFE: Soriano; Moore, Carlos Ruiz, José León, Pomares; Mollejo (Andrés, m.46), Aitor Sanz, Corredera (Larrea, m.73), Bermejo (Sipcic, m.88); Elady (Enric Gallego, m.46) y Mario González (Shashoua, m.73).

GOLES: 1-0, Djurdjevic (m.50). 1-1, Enric Gallego (m.53). 1-2, Enric Gallego (m.83).

ÁRBITRO: Luis Mario Milla Alvendiz (Comité andaluz). Amonestó a Gaspar Campos (m.42) y a los visitantes Aitor Sanz (m.13), Mario González (m.72), Larrea (m.90+2), Soriano (m.90+4) y al entrenador Luis Miguel Ramis (m.87).

INCIDENCIAS: Partido de la 31ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el estadio El Molinón-Quini. 14.002 espectadores, de los que más de 200 eran seguidores del CD Tenerife.

Etiquetas
stats