Hay que reconocerle al auto de archivo provisional del caso salmón que ha suscitado un amplio y variopinto debate jurídico, político y periodístico. Y las conclusiones, como cabía esperar, son absolutamente dispares. Nosotros, de común conciliadores, nos abonamos a las tesis de Canarias7, que lo calificó de “pieza de orfebrería”. Porque, efectivamente, el auto de la magistrada Margarita Varona constituye en sí mismo un trabajo de orfebre, rico, artístico, artesanal, cargado de preciosismo, rematado con brillantes adornos de metales preciosos, digno del más exigente de los coleccionistas. Sólo que también abundan los que opinan que, efectivamente, el trabajo fue de auténtica orfebrería, pero de atrás a adelante, partiendo del resultado final de la joya para llegar al resultado final de la joya. Pero es verdad, un trabajo precioso.