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Feijóo se resigna a una estrategia de bloques que encadena a PP y Vox

Feijóo felicita por videoconferencia a la candidata 'popular' en las elecciones a la Junta de Extremadura, María Guardiola, junto al presidente del PP en Aragón, Jorge Azcón

Aitor Riveiro

23 de diciembre de 2025 21:53 h

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La euforia por el triunfo electoral de María Guardiola en Extremadura ha dejado paso en el PP al análisis reposado. Si los barones autonómicos vieron rápidamente en los resultados del pasado domingo la constatación de que el auge de Vox les aleja de las ansiadas mayorías absolutas, la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo se ha resignado a liderar el bloque de la derecha y a sumar con la extrema derecha para poder gobernar en el ciclo que arrancó este pasado domingo.

La primera señal la dio el propio Feijóo este lunes ante su Junta Directiva Nacional. “El topicazo de la ultraderecha ya no cuela. Más del 60% en Extremadura apoyaron la suma de PP y Vox. ¿De verdad toda esa gente es ultra?”, aseguró en su intervención inicial a puerta abierta. “Lo que han elegido el 60% de los extremeños es derribar el muro de Sánchez”, remachó.

Efectivamente, el PP y Vox suman el 60% del voto en Extremadura. Pero Guardiola perdió voto popular sobre las elecciones de 2023, mientras la extrema derecha casi duplicó su resultado. El despunte en escaños del PP descansa en el desplome del PSOE, que Unidas por Extremadura absorbió solo en parte.

Cómo ha cambiado el voto en Extremadura desde 1983
Evolución del porcentaje de voto, votos totales y escaños en todas las elecciones autonómicas celebradas en Extremadura
% de voto
Nº de votos
Escaños

Guardiola planteó las elecciones con un objetivo: desbloquear la política extremeña ante su imposibilidad de aprobar presupuestos. Pero el 21D no ha resuelto este problema. De hecho, ahora Vox tiene más fuerza negociadora. Santiago Abascal ya deslizó que si la candidata a presidenta no asume todas sus pretensiones —que van desde comprar sus marcos ideológicos a la presidencia de la Asamblea autonómica—, pedirá su cabeza. En la negociación de investidura o en la de presupuestos.

Este martes, la dirección del PP ahondaba en la estrategia discursiva definida el lunes por Feijóo. “El 60% del voto ha ido dedicado a todos aquellos que estamos a la derecha de Pedro Sánchez”, dijo la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz, en una rueda de prensa. “El 60% de los extremeños quieren un Gobierno liderado por María Guardiola y que gobierne la derecha”, añadió.

Muñoz contabilizaba así en su propio casillero el 17% del voto obtenido por Vox en Extremadura tras una campaña marcada por el duro enfrentamiento dialéctico del PP con su posible aliado. 

Guardiola arremetió durante la campaña contra Abascal, quien lideró en primera persona la petición de voto con un absoluto desprecio hacia su candidato. Le tildó de “turista” y criticó su exceso de “testosterona”. Él, por su parte, la llamó entre risas “Irene Guardiola” (por Irene Montero). Fue en el mismo acto en el que habló de “desinfectar” el edificio público en el que dos semanas antes había estado Pedro Sánchez junto a Gallardo y donde unas horas antes se había celebrado el homenaje a Robe Iniesta tras su muerte. Tras las elecciones, Abascal se negó a felicitar en público a Guardiola: “No quiero felicitar a alguien que ha perdido tantos votos, no es felicitable”.

La dirección del PP diseñó el carrusel electoral que se abrió en Extremadura como una sucesión de golpes al Gobierno. De hecho, Feijóo cree que, ahora sí, está ante el principio del fin de Pedro Sánchez. Y aunque el desplome del PSOE ha sido evidente en Extremadura, no lo es menos que el éxito del PP depende de un Vox al alza y que consigue marcar la agenda y discurso del supuesto socio fuerte. El último ejemplo es el respaldo del alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, a un grupo que llamaba a organizarse contra un albergue con personas migrantes a las que el propio Ayuntamiento dejó en la calle en plena ola de frío.

Muñoz dijo que “es lógico que haya tensión” entre el PP y Vox, y que “de cada cuatro votantes” que han optado por la derecha, “tres han votado a Guardiola”. La portavoz parlamentaria del PP marca así la posición negociadora de salida después de que su jefe de filas pidiera el lunes “proporcionalidad” y no “interpretaciones caprichosas” sobre el resultado. “Extremadura quiere un Gobierno de derechas”, dijo Muñoz, quien señaló el “severo correctivo al PSOE”. Y zanjó: “Tiene que haber un entendimiento”.

Azcón: “Vox capitaliza el cabreo que Sánchez genera”

El siguiente barón del PP en afrontar las urnas será Jorge Azcón. Como Guardiola, el presidente de Aragón disolvió las Cortes con la excusa de que no podía armar una mayoría que le aprobara los presupuestos. También como Guardiola, convocó elecciones sin dar la oportunidad de debatir su proyecto y aunque el PSOE se ofreció a apoyar las cuentas públicas.

El panorama electoral de Aragón es diferente al extremeño. Son tres provincias para repartir escaños en lugar de dos, lo que resta proporcionalidad. Y actualmente hay ocho partidos con representación parlamentaria, el doble que en Extremadura.

Azcón no contaba previamente con lograr la mayoría absoluta. Pero sí tenía un objetivo original: desprenderse de Vox para poder pactar sus presupuestos con partidos regionalistas minoritarios, como el PAR o Teruel Existe. Ahora esa opción se aleja. “Vox capitaliza el cabreo que Sánchez genera”, dijo este martes en una entrevista en esRadio. “Es el partido que más crece en Extremadura”, concedió el barón.

El presidente aragonés anticipa una campaña similar a la extremeña. Azcón ha dicho que quiere “hablar de Aragón” y no “de España”. Vox hará lo contrario: hablar mucho más de Sánchez que del terreno, donde su presencia es testimonial. 

Desde el equipo de Azcón ya anticipan que tras los comicios del próximo 8 de febrero es muy difícil que el PP pueda desprenderse de Vox. Es decir, que las cosas seguirán más o menos como hasta ahora, pero con un PSOE probablemente en peor situación y una extrema derecha disparada. Un mal mejor, para el presidente aragonés, quien suele tirar de tópicos para desviar este debate: “Lo bueno es enemigo de lo mejor. Y lo malo, de lo peor”.

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