Gran Canaria toma ventaja para alcanzar el objetivo europeo de reducir los residuos a un 10% en 2035

Imagen de archivo de residuos recogidos en Canarias

Natalia G. Vargas

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Canarias es especialmente vulnerable ante el cambio climático. El territorio, fragmentado en ocho islas, corre a contrarreloj para adaptarse a esta crisis y solventar uno de sus principales problemas: los residuos. Gran Canaria ha tomado ventaja frente al resto de islas y ya trabaja en una estrategia específica de economía circular, con el objetivo de dotar a los residuos de un uso más inteligente y sostenible. En 2020, la consejera de Medio Ambiente del Cabildo grancanario, Inés Jiménez, alertó de que la corporación iba con retraso respecto a los objetivos europeos, ya que reciclaba el 32% de los residuos generados. A pesar del atraso, la cifra duplicó entonces la media de la comunidad autónoma, cuyo porcentaje caía al 12%. 

Este año, Gran Canaria ha ideado un nuevo modelo económico para la isla fundamentado en la economía circular. A través del plan Gran Canaria Circular 2030, la isla pretende dotar a las empresas de herramientas para aplicar en sus actividades los principios de esta estrategia, cuya filosofía es reutilizar algo “todas las veces que sea posible” para darle valor. 

Dentro de cuatro años, todos los territorios de la Unión Europea deberán ser capaces de reutilizar y reciclar el 55% de los residuos municipales. En 2030, el objetivo aumenta, y todos los municipios del espacio comunitario tendrán que reutilizar el 60%. En 2035, no podrá ir más de un 10% de los residuos al vertedero. 

Aplicar en un territorio insular esta transformación exige una implicación de la población, de las instituciones públicas y de las empresas, según el coordinador técnico de Desarrollo Económico, Soberanía Energética, Clima y Conocimiento del Cabildo, Raúl García Brink. “Así lograremos reutilizar materiales evitando que lleguen a los vertederos, además de reducir emisiones y ser más eficientes. Esto generará nuevos modelos de negocio y empleo verde”, ha destacado el experto. 

Para elaborar un diagnóstico, una estrategia y una campaña de sensibilización y asesoramiento, el Cabildo de Gran Canaria ha licitado una consultoría externa por un valor de 130.993 euros, a la que se han presentado seis empresas. Gran Canaria Circular consta de tres fases. En la primera, la empresa debe hacer un análisis del escenario del que parte la isla en esta materia. La segunda consiste en redactar el borrador de la Estrategia de Energía Circular que incluya instrumentos para generar riqueza y empleo. El tercer punto será divulgar el proyecto.

Fuentes de la Consejería de Transición Ecológica apuntan que están trabajando “en los planes insulares de cada isla, que saldrán a información pública en unas semanas”. En estos planes se sientan, según el área de José Antonio Valbuena, las bases de control y seguimiento de las fracciones de residuos susceptibles de incorporarse a la economía circular. “En este momento, los distintos cabildos están tramitando la toma de consideración de la propuesta inicial”, concluyen,

La basura del turista dispara los índices de residuos en Canarias  

La meta europea para 2020 era que el 50% de los residuos fuera reciclado, pero el Archipiélago no llegó a los objetivos. Ante la mayor exigencia de Europa para los próximos años, el Gobierno de Canarias tiene “en marcha” una Ley de Economía Circular. 

De entre todos los problemas que ha provocado la COVID-19, el Ejecutivo autonómico considera que la pandemia ha ofrecido la “oportunidad” para migrar hacia un modelo económico más sostenible. El documento de la Estrategia Canaria sobre Economía Circular reconoce que el turismo es una de las razones por las que la gestión eficaz de los residuos es importante en las Islas. 

El sector turístico es, al mismo tiempo, la principal fuente de crecimiento económico del Archipiélago y uno de los principales generadores de basura. “De ahí que la media de la generación per cápita de residuos domésticos y asimilables en Canarias sea muy superior a la de la UE y a la del conjunto de España”, reza el texto. 

Las Islas son la segunda comunidad autónoma con mayor producción de residuos por habitante. En 2018, la proporción fue de 608,3 kilos por habitante (kg/hab). Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sitúan a la media nacional en 485,9 kg/hab. 

La Graciosa y Alegranza, islas pla ertenecientes al espacio natural protegido del Archipiélago Chinijo, que a su vez es la reserva marina más grande de la Unión Europea, también enfrentan graves problemas en la gestión de los residuos. En los núcleos donde se concentra la población local de La Graciosa se acumulan montañas de basura y escombros en solares repartidos por el pueblo. En Alegranza, las corrientes han dejado en la costa de esta isla virgen una “invasión” de basura, en la que pueden identificarse maderas, boyas, redes de pesca y botellas de plástico que han sido arrastradas por la marea. 

La Estrategia de Canarias también apunta que la gestión de residuos en una Región Ultraperiférica es un reto por su alta dependencia de las importaciones y por su limitada infraestructura. Las ventajas de este modelo, de acuerdo con el Ejecutivo, pasan por la mejoría de la calidad del aire, la menor contaminación del agua y la protección de la biodiversidad. “La mejor opción ambiental es cerrar el círculo, para minimizar las emisiones de efecto invernadero y el consumo de materias primas y energía”, valora el Gobierno autonómico.

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