La papa palmera se aprovecha del parón de importaciones inglesas
Mientras que las cadenas de supermercados de La Palma tienen problema de abastecimiento de papas por la interrupción de las importaciones desde Inglaterra, en las ventas y comercios de producto local tiran de almacén y venden distintas variedades cultivadas en la Isla con mayor margen de beneficios.
El Gobierno español ha prohibido las importaciones de papa desde Inglaterra ante la presencia de la plaga del escarabajo del 'Colorado' en la producción de ese país, lo que afecta, de acuerdo a la orden ministerial que regula este tipo de situaciones, a toda la producción procedente de Reino Unido.
“No recibimos papas desde el martes pasado y no creo que llegue nada hasta principios de la semana que viene”, reconoce la encargada de la sección de frutería de un supermercado, donde, junto a las cajas casi vacías de este tubérculo, se encuentran otras a rebosar de boniato, o de yuca, incentivando a la compra de sustitutos similares.
La interrupción de importaciones desde Reino Unido, y el riesgo de desabastecimiento ha provocado un aumento inusual de la demanda, lo que a su vez agrava el problema, un comportamiento social conocido como 'Efecto Pigmalión', que explica que “la expectativa respecto a unos determinados hechos futuros aumente la probabilidad de que estos hechos ocurran”.
De este efecto, también conocido como profecía 'autocumplida', se han salvado las ventas y pequeños comercios de proximidad, que al surtirse de producto local, tienen almacenada papa palmera desde hace meses, y aunque la demanda ha aumentado y algunos han establecidos límites de compra por persona, la mayoría no temen el desabastecimiento.
En el mercado de La Recova, en Santa Cruz de La Palma, las cajas y sacos de papas están perfectamente a la vista, como si de un producto exótico se tratara, y los comerciantes presumen de proveedores locales y reservas en almacenes, aunque también reconocen que “se está vendiendo más que nunca”.
“La gente que venía antes y se llevaba dos o tres papitas buenas para hacer el almuerzo ahora se llevan 6 kilos de golpe, y eso que le hemos subido el precio”, comenta la responsable de una de las lonjas.
Algunos comerciantes reconocen que el kilo de papas, antes del parón de importaciones, se vendía alrededor de 1’70 euros por kilo, mientras que ahora en las etiquetas, junto al lugar de procedencia que siempre es La Palma, aparecen precios que rozan los 3 euros el kilo.
Pese al aumento sustancial en el precio, la mayoría de clientes sondeados en este mercado popular aprecian, no solo la posibilidad de comprar papas, que recuerdan “es un producto de primera necesidad, como la leche o el pan”, sino también el trabajo que requiere el cultivo de este tubérculo, desde la siembra hasta la cosecha.
El presidente de la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (Aspa), Miguel Martín, asegura a EFE que el cultivo de la papa puede ser rentable en La Palma, pero precisa de una mayor planificación “para que no nos salgan todas las cosechas a la vez, que hace que el precio decaiga”.
Martín ha afirmado estar de acuerdo con la prohibición de importaciones desde Inglaterra, ya que “hay que ser muy cuidadosos para que no entren plagas que no tenemos en las islas”, aunque considera que se puede estudiar levantar la prohibición “a los otros territorios que integran Reino Unido, que es donde se está cosechando papa nueva ahora mismo”.
Además, el presidente de Aspa ha comparado la escasez de papas en grandes superficies con el episodio del papel higiénico a principios de la pandemia, aunque apunta a una diferencia clave: “el papel higiénico no se te ponía malo, lo puedes acumular, pero el que compró cinco kilos de papas estos días, si no las usa van a brotar y se tendrán que tirar”.
La falta de semilla de papas para la siguiente cosecha sí es un aspecto de la plaga que preocupa más a Miguel Martín, ya que según ha explicado “necesitamos semillas de primera generación para una producción más eficiente, y poder mantener las huertas y cosecheros que hay en la Isla.”
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