Vertical de Guelguén: la carrera que descubre toda una vida de esfuerzo

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Garafía es un paraíso natural lleno de historia, cultura, patrimonio, idílicos paisajes y una excelente gastronomía. Sin embargo, y aunque son muchos los que la visitan sigue siendo una gran desconocida.

Su escarpada orografía con descomunales barrancos la mantuvieron incomunicada por carretera hasta el año 1959, siendo hasta entonces su único medio de comunicación con el exterior por mar a través de sus muchos proís o fondeaderos, o atravesando los inverosímiles senderos por lomas, barrancos y acantilados. Circunstancias que hicieron que fuera inaccesible para muchos durante mucho tiempo, convirtiéndola en una auténtica desconocida. Pero paradójicamente es precisamente esta inaccesibilidad lo que ha hecho que Garafía conserve su más pura personalidad y extenso patrimonio.

Un entramado de caminos reales, senderos y veredas te llevan a descubrir los entresijos de una exótica y salvaje Garafía. Senderos con olor a musgo, de desnivel constante, salvajes, que te dan una sensación de libertad, de satisfacción. Unos senderos que han hecho de Garafía un paraíso para los amantes del trail running, que semana tras semana acuden a ellos para llevar a cabo sus entrenamientos.

Soy de los que cree que, para conocer un lugar, la mejor manera es recorrerlo a pie. Adentrarnos por sus caminos nos ayuda a conocer una dimensión más íntima del lugar. Pero si lo tuyo más que caminar es correr, ¿por qué no hacerlo corriendo?

Y esto mismo han pensado desde el Ayuntamiento de la Villa de Garafía y la empresa Eda Eventos, y han creado Vertical de Guelguén. Se trata de un kilómetro vertical, con 7 kilómetros de distancia y 1.000 metros positivos que tiene su línea de salida en el antiguo puerto de la Fajana de Franceses, y meta en Roque del Faro, una de las zonas más ricas en pino canario de la isla. Con este kilómetro vertical no solo retan a los amantes del trail, sino que les invitan a conocer una de las rutas que mejor describen la vida de nuestros padres y abuelos: La Ruta de La Madera. Dicha prueba tendrá lugar el próximo 10 de octubre de 2021, y en ella podrán participar un máximo de 150 deportistas. Le auguro todo un éxito.

La relación de Garafía con el mar y el monte ha sido una relación de supervivencia. Con el mar, porque era a través de él por el que entraban los productos de primera necesidad y salían los productos con los que comerciaba. Con el monte su relación fue de auténtica supervivencia. El monte ha sido el principal eslabón en la economía de los garafianos.

Primeramente, fue la elaboración de la brea, resina extraída de la madera de los pinos que era empleada para calafatear los barcos, impermeabilizar cubiertas o canales de agua, conocida también como pez, y que fue una práctica habitual en el siglo XVI en los montes de Garafía y Puntagorda. Luego le seguiría la tala para la extracción de la madera de tea, por ser el material más apreciado por su perdurabilidad para la elaboración de puertas, ventanas, entramados para cubiertas y balconadas. Pasando posteriormente a la extracción de varas para el cultivo de tomates, y elaboración de carbón, a la que le seguirían horquetillas para viña, palos y horquetones para el cultivo de platanera, y aprovechando la rama para las camas del ganado con la que se hacía el estiércol que servía de abono a los cultivos.

La década de los 40-50 fue la de mayor actividad en nuestros montes, mientras unos extraían las varas en los remates, otros hacían guardia durante días en las hornas de carbón, y otros cargaban a hombros el material desde lo alto hasta los puertos por la maraña de senderos y veredas. Un feje de varas consta de seis docenas, y el precio que se pagaba por transportar un feje de varas desde Roque del Faro al puerto de La Fajana era de una peseta por docena. Y fueron muchos los que dejaron de asistir al colegio para ir a ganar una peseta cargando esas 12 varas. Pero ni el transporte de las varas fue exclusivo de los hombres, ni ellos fueron los más que lo transitaban. Las mujeres también trabajaron en las tareas de la bajada de madera al puerto. Y camino de las fuentes a por agua para el hogar, o a lavar a los lavaderos cercanos, al pastoreo de cuatro cabras, camino de la tienda, o con sus niños en brazos camino del médico, también ellas se dejaron media vida en estos caminos.

En estos caminos está la vida de nuestros padres, de nuestros abuelos. En ellos hay sudor y lágrimas, esfuerzo, sacrificio, incertidumbre… Pero sobre todo hay sueños, el sueño de darnos una vida mejor.

No se me ocurre mejor manera de agradecerles su sacrificio y recordarlos, que divulgar su esfuerzo. Millones de gracias a los artífices de esta prueba deportiva, no se podría resaltar de mejor manera el esfuerzo de quienes nos precedieron y dar a conocer parte de nuestra historia. ¡Gracias!

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