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Fiestas: tradición, populismo y medioambiente

Subida de la Virgen de Los Reyes-2025 (El Hierro). Foto: PLPP.

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No parece procedente,

ni resulta de buen grado

acabar con el mercado

de festejar a la gente.

Además es conveniente

las fiestas promocionar,

cuando se quieren ganar

las próximas elecciones,

es mejor dar vacaciones

que obligar a trabajar.

Jócamo, 29.VIII.2025

Nota: Partimos de la base de que las fiestas son necesarias y convenientes para la convivencia social y que de una u otra forma han existido desde siempre en todas las épocas y culturas. Son básicas para romper la monotonía de la vida cotidiana, alejarnos por momentos de las preocupaciones personales y participar de la tradición y del ocio colectivo.

Resulta evidente que no todas las fiestas son iguales, pues ni tienen el mismo significado ni persiguen los mismos objetivos. Van desde las romerías populares con un hondo arraigo cultural, religioso o pagano, hasta espectáculos diversos ajenos a la historia de los pueblos. Y no por ello dejan de ser manifestaciones festivas mejor o peor valoradas por la sociedad. Desde una perspectiva cultural, poco tienen que ver la Bajada -o Subida- herreña de la Virgen de Las Reyes, la Fiesta de Los Indianos en La Palma o cualquier festival actual de música pop, y sin embargo, no por ello todas dejan de ser actos festivos que movilizan a miles de personas.

Desde el punto de vista sociológico, las fiestas también tienen mucho que ver con la política. La famosa frase “panem et circenses”, traducida al castellano como “pan y circo” alude a la extendida práctica de distraer a la gente con alimentos populares y espectáculos banales, evitando así que piensen en las necesidades reales o reparen en las deficiencias de gobierno. Aunque no para los puristas conceptuales, para otros es populismo puro y duro.

La vocación fiestera de los pueblos también la condiciona el medioambiente. El clima en general y el régimen estacional en particular, determina el grado y las épocas festivas por excelencia. Cuando de celebrar una fiesta se trata, no es lo mismo el Caribe que Laponia, ni la región mediterránea en invierno que en verano. En Canarias el clima es generoso durante todo el año y, coherentemente, de fiestas vamos bien servidos.

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