El sur de la colada no existe

El pasado día 6 de junio los Reyes de España visitaron nuevamente La Palma para conocer de primera mano la evolución de la reconstrucción de la isla tras el volcán. Querían que su presencia no fuera un gesto vacío, sino un acto de reconocimiento sincero hacia la reconstrucción.

Los Reyes visitaron varios lugares de la isla, se reunieron con vecinos, políticos y asociaciones. Pero, una vez más, todo sucedió al norte de la colada. El sur volvió a quedar fuera del recorrido institucional.

Es difícil no sentir que se ha olvidado todo lo que desapareció en el barrio de Las Manchas.

Cuesta aceptar que nuestro Paraíso y los hogares de tantos vecinos mancheros quedaran sepultados por la lava... y que hoy apenas se mencione ese hermoso barrio, como si hubiera desaparecido en el olvido, como si nunca hubiera existido.

Incluso nuestros antepasados, sepultados bajo ese manto negro sobre nuestro cementerio, parecen haber quedado fuera del relato de la tragedia de 2021.

Aquí, donde nos cambian el nombre de un barrio con más de 300 años de historia, pero parece como si a nadie le importara.

Aquí, donde seguimos esperando que se rescate del olvido, de una vez por todas, la LP-2.

Aquí, donde tantas promesas incumplidas siguen sin cumplirse: la retirada de la montaña de ceniza, la recuperación de caminos y otras obras fundamentales —como los estacionamientos del centro de salud—, esenciales para el día a día del barrio, que siguen sin comenzar.

Pensábamos —ilusos, quizás— que Sus Majestades tendrían el gesto de acercarse a lo que queda de nuestro barrio. No fue así. Y aunque sabemos que los gestos no lo son todo, habría sido significativo sentir que el sur de la colada también forma parte de la reconstrucción de La Palma.

Pero, después del 6 de junio, volvemos a pensar que es como si el sur de la colada no existiera.