20 años por matar a una interna de la Quinta del Reposo
El Juzgado número dos de la Audiencia de Las Palmas ha emitido una sentencia de condena a 20 años de internamiento para el acusado de asesinar a una interna de la Quinta de Reposo en Santa Brígida, en Gran Canaria.
El Tribunal considera al acusado Agustín Y. E. “exento” de responsabilidad criminal del delito de asesinato, “al concurrir causa de ininputabilidad completa de alteración psíquica plena”, que le produce como “impedimento” la “comprensión de la ilicitud de su actos”. Contra esta sentencia cabe interponer recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, en el plazo de diez días desde la última notificación.
Tras la celebración del juicio se considera probado que el acusado se encontraba interno en el centro psiquiátrico “Quinta de Reposo”. Ese día, sobre las 13.15 horas, comunicó a una auxiliar que se iba a su habitación al dormir la siesta. Ya allí, apareció por allí otra interna, Dolores Expósito Rosales, quien tiempo atrás había pretendido mantener una relación sentimental con el acusado.
Este, que se encontraba “harto” de la situación generada por la pretendida relación, según se recoge en la sentencia, “se dirigió hacia la persona que lo había cortejado, para agarrarla fuertemente por el brazo y desplazarla hacia la habitación contigua, aprovechando que el interno que la tenía asignada no estaba”. Una vez en ese lugar, “la metió en el baño, le dijo que se tendiera en el suelo y que se mantuviese en tal postura hasta que él regresase”.
El acusado salió al patio y se hizo con una plancha de hierro que estaba colocada en la barbacoa y volvió a la estancia. “Acto seguido, de manera sorpresiva, exhibió a Dolores la plancha que portaba y, sin que ésta tuviese posibilidad alguna de reacción, comenzó a propinarle con tal objeto un número indeterminado pero importante de golpes de gran intensidad en la cabeza”, continúa la sentencia.
Como consecuencia de los golpes recibidos, la agredida sufrió un traumatismo cráneo encefálico severo, con múltiples fracturas a nivel facial y craneal, con hemorragias subdurales y subaracnoideas que le ocasionaron, de manera irremediable, la muerte por afectación de centros vitales cardiorrespiratorios del encéfalo.