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La defensa obrera que costó ocho años de cárcel al abogado Manuel Morales en la recta final del franquismo

Manuel Morales y mural de los Sucesos de Sardina.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El próximo 15 de septiembre se cumplirán 54 años de los denominados Sucesos de Sardina, símbolo de la lucha obrera en Canarias. Manuel Morales Macias, abogado laboralista fallecido el pasado 7 de julio, fue una de las personas que sufrió mayor número de años de condena tras ese encuentro pacífico celebrado en el norte de Gran Canaria en apoyo a las reivindicaciones de los trabajadores de la empresa de asfaltado Satra, que habían dejado de cobrar. La jornada, apoyada por el Partido Comunista y por miembros de CCOO, acabó con heridos de bala y con un total de 20 personas condenadas a prisión por “rebelión militar” después de celebrarse un Consejo de Guerra. 

Eloy Morales es sobrino del abogado y recuerda que tenía 12 años cuando ocurrieron estos hechos. “Yo era pequeño y me acuerdo de ir al despacho de mi tío y ver a muchos trabajadores, siempre apoyaba a los portuarios, a los barrenderos, una profesión que antes era muy dura…” Allí los obreros le explicaban sus problemas personales o con la empresa para la que trabajaban. “Yo entendía muy poco, a esa edad, a qué cosas se dedicaba. Tiempo después me enteré que muy pocas veces cobraba sus honorarios”, afirma. El jurista fue el penúltimo de siete hermanos y el único que estudió en la Universidad de Santiago, donde residía su tío Antonio Macias Martín. Allí se licenció en Derecho y Magisterio. “Toda la familia, capitaneada por su madre, Francisca, estaba dedicada a la fabricación de muebles de alcoba y cada uno de los hermanos era especialista en alguna fase de su realización, y estaban muy felices de tener un hermano que fuera abogado”, subraya. 

Su tío fue una de las piezas clave en apoyo a esas familias afectadas por el impago de Satra. Señala que desde que se conoció la situación de los trabajadores, se organizaron durante más de 40 días colectas, rifas, fiestas … con el fin de recaudar fondos para las necesidades más acuciantes de los obreros. En ese período se celebraron además asambleas para organizar la lucha de los trabajadores. Ahí surgió la idea de celebrar un encuentro festivo el 15 de septiembre, un asadero en apoyo a los trabajadores en la Cala de Martorell, en Sardina del Norte (Gáldar). 

José del Toro (miembro de CCOO y también condenado a dos años) explicó a este periódico cuando se cumplieron 50 años de los sucesos que aquel encuentro se vio embarrado por la presencia de dos miembros del servicio de información de la Guardia Civil vestidos de paisano, que les requirieron documentación a los allí presentes (unas 120 personas). Al caer la tarde, varios guardias uniformados ordenaron que se desmantelara el asadero. En ese momento, decidieron cogerse unos a otros del brazo en señal de protesta mientras avanzaban hacia la playa. Finalmente, hubo dos heridos de bala (Jesús Redondo Abuín y Lorenzo Felipe) y numerosas detenciones. 

Entre los detenidos aquel 15 de septiembre, también se encontraba Jesús Redondo Abuín (condenado posteriormente a 11 años)  los hermanos Gallardo (ocho años) Juan Quesada Cruz y Juan Francisco Morales Ruiz (seis años cada uno), Manuel Vizcaíno Reyes, José Montenegro Álamo, Ramón Armando León, Francisco Hernández Rodríguez, Lorenzo Felipe Vera, Leopoldo Valido, José María Viéitez, Juan Valido, Antonio Naranjo, José del Toro, Francisco González, Juan Francisco García, Francisco Delgado y Ángel Dávila (todos a dos años). 

Tras las detenciones, un grupo de mujeres familiares y amigas de estas personas protagonizaron un encierro en la Catedral de Las Palmas en señal de repulsa. Algunas de ellas, como María Victoria Morales y sus hermanas Rosa y Ana, fueron referentes de esta protesta que tuvo gran repercusión nacional e internacional. Según recoge el blog de Pedro Medina Sanabria (especializado en memoria histórica), cuando se produjo la partida en barco de los presos condenados rumbo a una cárcel de la Península, al muelle de Las Palmas se acercaron familiares a despedirlos. Entonces, un inspector lanzó un “improperio” a estas mujeres. Fueron golpeadas, reducidas, detenidas y conducidas a la Comisaría de Policía. Allí, tras ser interrogadas, fueron acusadas del delito de Insulto a las fuerzas armadas. 

“La solidaridad de parte del pueblo canario (pese a la represión), fue muy importante con encierros en la Catedral de Las Palmas, colectas, manifestaciones, etc. Igualmente tuvo gran repercusión en toda España y en el extranjero: Inglaterra, Bélgica, Francia, México, la Unión Soviética...Los sucesos de Sardina del Norte son un hecho histórico en la lucha por la emancipación social de Canarias, pues lejos de amedrentar a la clase obrera, sirvió para estructurar mejor las CCOO”, añade Eloy Morales.  

La dura vida tras la cárcel

El sobrino de Manuel Morales Macias reclama que estos hechos no queden en el olvido. Explica que a la salida de prisión, con la Ley de Amnistía tras la muerte de Franco, su tío estaba muy afectado psicológicamente. Después abrió su despacho en la calle Roque Nublo número 47 en la Isleta, pero al haber dejado CCOO, “su éxito fue bastante escaso”, lamenta. En este último periodo, y antes de su jubilación, impartió clases de magisterio en adultos y en el Colegio Jaime Balmes. 

Eloy Morales destaca que mantuvo siempre el contacto con su tío, con quien solía almorzar en su querida ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. En su familia lo consideraron un referente y aunque asegura que él era receloso con su forma de pensar, contribuyó en su conciencia de persona con ideas políticas de izquierda y concienciado con los derechos de la clase trabajadora. En sus últimos años de vida residió con sus hermanos Siso y Paco hasta la muerte de ambos y debido a su salud mental fue ingresado en una clínica de Tafira. 

En 2018 se inauguró un mural en el municipio grancanario de Gáldar que conmemora precisamente los Sucesos de Sardina del Norte. “En memoria de quienes lucharon por la democracia y la libertad”, reza la placa colocada por el Ayuntamiento, junto a ese mural que simboliza el momento en el que una bala impacta a uno de los asistentes al encuentro en apoyo a los trabajadores. Eloy Morales reivindica que estos hechos no se olviden y la figura de las personas que formaron parte de la historia de la lucha obrera de Canarias. 

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