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Luchar contra el fuego en verano y al paro en invierno: la inactividad obligada de las BRIF

BRIF trabajan contra el incendio en Valleseco.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Durante aproximadamente un mes, las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), un cuerpo de élite del Estado para luchar contra el fuego en España, no pueden ejercer su trabajo porque son fijos discontinuos y se van al paro entre los meses de diciembre y enero, cuando su sueldo cae hasta los 600 euros.

“No tiene sentido no poder trabajar todo el año porque en invierno también hay incendios, sobre todo por el cambio climático, y las labores de prevención también son fundamentales para combatirlos”, afirma Juan Carlos González, vicepresidente de la Asociación de Trabajadores de las BRIF, que añade que no solo en la lucha contra el fuego pueden intervenir, también en contingencias en el medio rural como inundaciones, nevadas o búsqueda de personas desaparecidas.

Sobre las razones por las que se da esta situación, González confiesa que les suelen decir que es porque “hay menos riesgo de incendios”, pero “en los últimos años hemos podido ver como, coincidiendo con el periodo navideño, se han producido en Asturias, Galicia o Cantabria y han estado desatendidos”.

Las BRIF se crearon en 1992 con dos bases ante la necesidad de contar con personal especializado para combatir grandes incendios forestales en todo el territorio estatal. 28 años después, tienen 10, una de ellas en La Palma, y cuentan con 600 efectivos aproximadamente. Al principio solo podían trabajar durante los cuatro meses de verano, pero a partir de 2008 el periodo se amplió hasta los 11 actuales. La empresa pública Tragsa, subcontratada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación es quien contrata y paga a estos trabajadores.

El Ministerio ha explicado que toman la decisión de parar a las BRIF por dos motivos: “porque el cambio climático desdibuja fechas concretas de máximo riesgo de incendios forestales” y quieren “tener el dispositivo preparado todo el año; y ”para atender a la demanda de los trabajadores de las BRIF y seguir mejorando sus condiciones laborales“.

“Apenas el 0,5 % de la superficie quemada a lo largo del año arde en dicho periodo invernal (de diciembre a enero, periodo de inactividad de las BRIF) y, en caso de recibir alguna solicitud de apoyo por parte de las comunidades autónomas, el Ministerio cuenta con medios aéreos para dar respuesta a dicha solicitud”, justifica el Ministerio.

Sin embargo, Agricultura ha añadido que está trabajando “en la redacción de una nueva encomienda de gestión del Servicio de prevención y extinción de incendios forestales, en la que se contempla que el personal de las BRIF trabajará de continuo los 365 días del año”.

González ha reconocido que las condiciones laborales de las brigadas han mejorado en los últimos años gracias a las protestas y las huelgas indefinidas realizadas durante 2014 y 2015, o al diálogo con el Gobierno central.

Aunque se firmó en 2017, en 2019 entró en vigor un acuerdo firmado con Tragsa para aumentar el salario de estos trabajadores hasta los 1.000 euros, que en algunos casos no superaba los 900 euros (al que se añadía un plus de peligrosidad de 3,80 euros por jornada), reconocerles la categoría de bomberos forestales o para permitir que aquellos trabajadores que por razones físicas o de edad no puedan estar en primera línea de fuego, desempeñen un segundo trabajo de apoyo logístico.

Pero González asegura que algunas de estas medidas son “parches” que se han aplicado para mejorar la situación “a corto plazo” sin resolver el problema. Es el caso, por ejemplo, de la posibilidad de realizar un segundo trabajo, que se ha efectuado con “un número de plazas limitadas y estableciendo una serie de requisitos que, si no se cumplen, el trabajador se ve obligado a una excedencia temporal forzosa”. Además, sobre el reconocimiento como bomberos forestales, lo que les permite también intervenir en nevadas o inundaciones, el vicepresidente de ATBRIF añade que precisan de más formación.

La época de las protestas para conseguir sus reivindicaciones, al parecer, ha quedado atrás, pues, como reconoce González, han “rebajado la tensión”. La última vez que las BRIF salieron a la calle fue a partir del mes de agosto, cuando Tragsa anunció que sancionaría a un bombero de la brigada de Tabuyo del Monte (León) que intervino en el incendio de Gran Canaria, a donde también se desplazaron brigadas de Zaragoza (Daroca), Cáceres (Pinofranqueado), y La Palma (Puntagorda), por realizar declaraciones a un medio de comunicación durante su tiempo libre. Pero finalmente no se consumó.

Ahora, desde las ATBRIF esperan que “con el tono dialogante que se le presupone al nuevo gobierno” puedan lograr trabajar todo el año, un aumento mayor de sus salarios, más formación o que se pueda asegurar el segundo trabajo.

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