El Valle del Hunza y el paso de Khunjerab: un mito viajero de la vieja Ruta de la Seda

El agua y el hielo moldean el paisaje del Valle del Hunza, uno de los lugares míticos de la Ruta de la Seda. Imran Shah

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Hasta prácticamente antes de ayer, llegar hasta el mítico Paso de Khunjerab suponía uno de los retos viajeros más difíciles del mundo. Khunjerab es una pequeña grieta entre los gigantes helados del Karakorum y, también, un verdadero hito de la historia de la Humanidad. Por aquí pasaban las caravanas de la Ruta de la Seda en ese incesante trasiego de mercancías, ideas y leyendas que comunicó el extremo Oriente y el Occidente europeo durante casi milenio y medio. Khunjerab suponía uno de los obstáculos más importantes de la ruta. Un paso de alta montaña a 4.623 metros de altitud que sólo podía transitarse algunos meses al año y que demandaba altas dosis de valentía y arrojo. En la actualidad, la frontera más alta del mundo (Pakistán y China) sólo cierra cuando las ventiscas de nieve lo imponen. En 1986 culminaron los trabajos de la carretera pavimentada que conecta los dos países tras 20 años de trabajo. Al sur de la frontera se la conoce como Karakorum Highway(KKH) y en el norte la bautizaron con el nombre más poético de ‘carretera de la amistad’.

Una de las consecuencias más notables de la pavimentación de este tramo de la antigua Ruta de la Seda (que demandó ingentes alardes de ingeniería) fue abrir al mundo el Valle de Hunza. Hasta entonces, este lugar aislado entre montañas y grandes campos de hielo fue uno de los mitos de la Ruta de la Seda. Se le conocía como el valle de la Eterna Juventud y se decía que sus gentes alcanzaban edades prodigiosamente altas y se mantenían jóvenes y saludables. El aspecto de los Hunza también dio origen a leyendas y mitos que se han mantenido hasta la actualidad: a diferencia de los habitantes de la zona, este pueblo es de apariencia caucásica. Abundan los rubios y los ojos azules son comunes. Una de las hipótesis del origen de este pueblo singular que más fortuna han hecho es que son descendientes de los ejércitos de Alejandro Magno que se perdieron por la zona.

FUERTES, TERRAZAS, PUEBLOS , HIELOS Y MONTAÑAS .- Entre Gilgit y el Paso de Khunjerab median 271 kilómetros. Para los viajeros occidentales, la distancia no dice demasiado; pero en una carretera como la KKH esta distancia supone un verdadero viaje a la antigua usanza que demanda entre diez y doce horas. Eso sí, serán una de las jornadas más memorables de tu vida. El Río Hunza avanza entre gigantes de piedra que superan los 6.000 metros de altitud. Muy cerca de la ruta se encuentran dos mitos de la lista de los ochomiles: el Nanga Parbat (8.125 msnm) y el K2 (8.611 msnm), considerada como la cima más difícil del mundo. El paisaje es brutal. El hielo, la lluvia y el viento modelaron un paisaje austero de montañas desnudas. En lo más profundo del valle, los hunza crearon un verdadero vergel a partir de la nada. Cada huerto es una victoria contra los elementos; cada terraza un hito de ingeniería ancestral y trabajo duro.

Los pueblos de casas abigarradas y las terrazas verdes crean un contraste impresionante. Esta es la verdadera fuerza de Hunza: la imponente naturaleza que excavó un valle rodeado por montañas dramáticas y la fuerza de voluntad de un pueblo orgulloso que supo hacer de este lugar duro y exigente su hogar. Las principales bases de operaciones para moverse por la KKH son Gilgit, Karimabad y Sost. Si sólo puedes quedarte en un lugar, el que te recomendamos es Karimabad. Primero porque ocupa un lugar de centralidad en el recorrido y te permitirá ir arriba y abajo sin problemas en viajes de unas pocas horas y segundo porque es el pueblo más bonito de todo el valle. Pero en Gilgit hay un par de cosas interesantes que obligan a hacer, como mínimo, una pequeña parada: el Kargah Buda (un imponente relieve tallado en la roca- o los bazares de lo que fue una de las paradas fundamentales de la Ruta de la Seda. A 70 kilómetros de la ‘ciudad’ se encuentra el Mirador de Rakaposhi, con fantásticas vistas sobre el cercano karakorum uy un poco más arriba la pequeña aldea de Minappin.

Karimabad .- Los viajeros llegan a la antigua capital del reino feudal de Hunza para ver el Fuerte de Baltit, una maravilla con más de 700 años a cuestas que fue residencia de los Mir de Hunza (señores feudales) y que fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco y hacer el sendero que sube hasta los límites del Glaciar Ultar, una de las maravillas naturales del valle. Pero hay mucho más que ver: el Fuerte Altit fue la primera fortificación del valle; un castillo encaramado a una peña que domina el cauce del Hunza. El control del paso de Khunjerab, punto neurálgico de conexión Norte/Sur en la Ruta de la Seda fue el origen de una dinastía de señores que extendió su poder durante milenios. La villa de Ganish (que nos recuerda a los pueblos de adobe del Atlas) y el acceso al Valle del Nagar, que culmina en los glaciares de Bualtar y Balpu (más pequeños que Ultar) bien merecen una parada de dos o tres días. Ganish es la población más antigua del Hunza; una pequeña población íntimamente vinculada a la vieja ruta. Desde aquí también puedes explorar el Lago Attabad, uno de los grandes atractivos paisajísticos de la KKH.

El camino que conduce a Sost y, más allá, al mítico Khunjerab, está plagado de lugares en los que hacer una parada. Como el Puente de Husseini, uno de los pasos colgantes más famosos y, según dicen, peligrosos del mundo o la aldea de Passu, el Glaciar Batura o los estrechos desfiladeros que conducen al último pueblo pakistaní antes de enfilar los kilómetros que median entre Sost y a frontera china. Más allá del límite de los dos países, hasta llegar a la ciudad de Kasgar la KKH pasa por lugares increíbles como Tashgurkán, otro de los mitos de la vieja Ruta de la Seda; o las aguas turquesas del Lago Bulunkou. Pero eso ya es otra historia.

COMO LLEGAR Y COMO MOVERSE.- El Valle de Hunza se localiza a unos 500 kilómetros al norte de Islamabad, capital pakistaní. La opción más fácil es tomar un vuelo desde Islamabad hasta el Aeropuerto del Gilgit, la puerta del Hunza. Pakistan International Airlines tiene dos vuelos directos desde la capital operados con aviones ATR. El precio de los billetes ronda los 75 euros por trayecto. La opción más cómoda y segura por tierra es tomar un Natco bus hasta el valle desde Islamabad (Northern Area Transport Corporation Bus Terminal -Faqir Aipee Road, 48-). Los billetes rondan los 15 euros y el trayecto dura unas 15 horas. Para moverte entre pueblos puedes coger los coloridos buses locales o las combis(2-3 euros) que van y vienen por la Karakorum Highway –entre Gilgit y Khunjerab hay 271 kilómetros-. Los taxis también van y vienen entre los diferentes pueblos del valle. Los precios rondan los 15 euros para trayectos largos (Sost – Karimabad; Gilgit -Karimabad). Otra opción es alquilar un coche con conductor, una opción que es posible en localidades como Gilgit o Sost. Los precios de un 4x4 con conductor rondan los 30 euros al día. Para los valientes queda el autostop. Los pakistaníes son amables y les encanta llevar viajeros. No suele haber problemas, pero siempre es un riesgo. En el lado chino está prohibido desde la frontera hasta Tashgurkán.

CUANDO IR.- En el invierno boreal (diciembre – marzo) olvídate de pasar por esta parte del mundo. Las nevadas son muy frecuentes y las temperaturas extremas. Entre los meses de Octubre y Abril, la mayoría de los pasos de alta montaña están cerrados. El Monzón también afecta a Pakistán. El pico de lluvias se produce entre julio y agosto cuando son frecuentes las pequeñas avenidas de agua y los cortes de la KKH por deslizamientos de agua. Los mejores meses para visitar este lugar son los de Mayo-Junio y Septiembre. Ten en cuenta que el Paso de Khunjerab sólo permanece abierto entre el 1 de mayo y el 15 de octubre. Para cruzar la frontera deberás llevar la visa aprobada con anterioridad y olvídate de hacerte una foto en el famoso hito: los extranjeros no pueden salir de los vehículos.

La información en la red sobre el Valle de Hunza es escasa. Una de las mejores opciones para recabar datos de manera directa, confiable y rápida es el grupo de Facebook The karakoram Club, en la que viajeros y locales comparten experiencias y contestan preguntas.

Fotos bajo Licencia CC: Imran ShahShaun MetcalfePreston RheaAmin Karim

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