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Trier: una Roma en miniatura a dos horas en coche de Frankfurt

El Skyline medieval de Trier desde la Porta Nigra.

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La llaman la pequeña Roma alemana. Y no se quedan largos con el apelativo. Trier ejerce con orgullo el título de ciudad más antigua de Alemania. Un privilegio que se deja ver en sus calles y plazas a través de sus piedras ilustres y dos veces milenarias. Pero más allá del lustre de los muchos siglos de existencia, del privilegio de contar como fundador al mismísimo Augusto (para asentar las conquistas de Julio César que derrotó a la tribu gala de los treveros en el 50 antes de Cristo) y de haber sido sede imperial en seis ocasiones, la vieja Tréveris es, también, una ciudad bonita en la que hay mucho que ver y hacer. Su reducido tamaño hace posible la visita fugaz (está a 196 kilómetros de Frankfurt; a 49,1 de Luxemburgo y a 174 de Colonia) pero la cantidad y calidad de sus monumentos ameritan al menos pasar una noche aunque tres días son el tiempo ideal para explorarla a fondo. Tampoco es mala idea elegirla para una escapada de fin de semana o puente. Los aeropuertos más cercanos son Luxemburgo (40,3 kilómetros) y Frankfurt Hann (77 kilómetros). Lo mejor de la ruta desde Luxemburgo es la posibilidad de entrar en la ciudad por el Puente Romano, una estructura del siglo II que sustituyó a dos antecesores de madera. Una maravilla de la ingeniería que sirvió para pone de manifiesto la importancia de la plaza durante la época imperial. Hasta nueve edificios de Trier se encuentran en el listado del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Trier es una ciudad relativamente pequeña y casi todo lo que hay que ver se encuentra a poca distancia del centro. Así que la mejor manera de visitarla es a pie. El punto de partida obligado de cualquier paseo es la Porta Nigra (Porta-Nigra-Platz), la espléndida torre defensiva del siglo II que servía para dar lustre a las fortificaciones romanas. Esta puerta monumental es única en su especie; una verdadera reliquia que sigue prácticamente intacta después de 18 siglos. La entrada al Museo de la Ciudad (Simeonstrasse, 60; Tel: (+49) 651 718 1459) te da acceso a la puerta. Este centro está dedicado a la historia reciente de Trier y aunque no es demasiado interesante, las salas dedicadas a los efectos de la Segunda Guerra Mundial están bastante bien. Pero el regalo es poder deambular por los pisos de la Porta Nigra, ver un antiguo convento y poder ver el centro histórico desde las alturas. Aquí te darás cuenta de que el color de la piedra es blancuzco. El color negro del exterior se debe al crecimiento de líquenes que le dan esa apariencia tan particular.

Más allá de la antigua puerta romana te vas a encontrar con una ciudad típicamente alemana. La calle Simeonstrasse sirve de arteria principal de la vieja Trier y comunica la antigua línea de murallas con la Plaza del Mercado, un precioso conjunto monumental en el que puedes ver un buen puñado de casas de estilos que van desde el gótico al barroco. Antes párate junto a una curiosa casa de estilo oriental. Se la conoce como la Casa de los Reyes Magos (Simeonstrasse, 20) y se dice fue construida por un viejo soldado que volvió desde las Cruzadas. Esta parte de la ciudad es preciosa. Ya podrás ver como la Plaza del Mercado no tiene nada que envidiarle a los centros históricos de otras grandes ciudades alemanas. Pero sólo tres de los edificios que componen esta verdadera postal de cuento son originales (todos el del siglo XVI). Como sucedió con otras capitales germanas, Trier sufrió intensos bombardeos que destruyeron buena parte de su patrimonio histórico. Aquí vas a encontrar joyas como San Gandolfo (Hauptmarkt, 9; Tel: (+49) 65 1170 790), una maravilla gótica tardía del siglo XV que se cuenta entre los edificios en pie más antiguos de la ciudad; La Casa Roja -Rote Haus– (Fleischstrasse, 3); la sede del antiguo Ayuntamiento –Steipe- (Dietrichstrasse, 51) que hoy alberga un curioso museo de juguetes; el edificio del siglo XVII que ocupa la Löwenapotheke (Hauptmarkt, 6) –una farmacia abierta desde el siglo XIII- o la pequeña entrada que da acceso a la antigua judería, apenas dos callejones escondidos de miradas indiscretas tras un sencillo arco. Antes de abandonar el entorno de la Plaza del Mercado no dejes de bajar por Dietrichstrasse hasta el Frankenturm (Dietrichstrasse, 4; Tel: (+49) 65 1978 080), una antigua torre medieval que se construyó con piedras de viejos monumentos romanos. Este edificio es de las huellas más añejas de la ciudad. Se construyó en el siglo XI como residencia fortaleza y en sus muros pueden verse varias lápidas de origen romano.

A dos pasos de la Plaza del Mercado nos topamos con la Plaza de Domfreihof, un gran espacio abierto que alberga a una dupla de monumentos de primerísima importancia. La Catedral de San Pedro (Liebfrauenstrasse, 12; Tel: (+49) 651 979 790) y la Iglesia de Nuestra Señora de Tréveris (Liebfrauenstrasse, 2; Tel: (+49) 651 170 790) comparten pared con pared formando uno de los conjuntos monumentales más impresionantes de Alemania. La primera es un imponente edificio que es el resultado de veinte siglos de historia. Edificada sobre un antiguo palacio romano (del que pueden verse algunos restos), el templo tiene capillas de tiempos de Roma (siglo IV), amplias zonas románicas, algunas trazas góticas y detalles barrocos (como los estucos que decoran la bóveda del coro). Su vecina, por su parte, es una verdadera obra maestra del gótico centro europeo. Ambos edificios comparten claustros y jardines y guardan importantes vestigios arqueológicos que llegan, incluso, al Neolítico. Uno de los puntos culminantes de Nuestra Señora de Tréveris es su portada, dedicada al génesis con la creación de Adán y Eva como eje central de la iconografía. Aún si no eres de ver iglesias, este lugar es increíble.

La pequeña Roma guarda aún otras sorpresas. Algunas que para sí las quisiera la propia Roma. Aléjate de la Catedral por Liebfrauenstrasse y pasa bajo el pequeño arco que desemboca en los alrededores de Konstantinplazt. Aquí te vas a encontrar con la Basílica de Constantino (Konstantinplazt, 10; Tel: (+49) 651 9949 1200), uno de los edificios de época romana mejor conservados del mundo. Trier debe gran parte de su gloria monumental a Constantino I, el emperador que declaró la libertad de culto para los cristianos –Edicto de Milán-, reorganizó el imperio, trasladó la capital a Constantinopla y, durante un tiempo, estableció su corte en Tréveris. Este imponente edificio de ladrillo de principios del siglo IV es el más grande de su especie aún en pie. Mide 67 metros de largo, casi 28 de ancho y 30 de altura. Hoy su interior muestra su estructura desnuda de ladrillo: cuando se inauguró debió estar recubierto de losas de roca pulida, mosaicos y estatuas. Aún así, sigue siendo impresionante. La Basílica de Constantino comunica directamente con el Palacio del Príncipe Elector (Willy-Brandt-Platz 3), una manera de mantener una unión simbólica con el poder de los viejos emperadores. Este edificio es una de las obras cumbre del Rococó Alemán y sirvió de palacio al Arzobispo de Trier, uno de los electores del Palatinado y ahora es sede del gobierno regional. El edificio es digno de verse y sus jardines aún más.

La herencia de Roma y un poco más

Ya pasamos bajo los arcos de la Porta Nigra; pudimos ver algunos restos romanos en la Catedral de San Pedro y visitar la Basílica de Constantino… Trier se construyó usando las piedras de la vieja Augusta Treverum. La Porta Nigra se salvó porque se convirtió en iglesia y la basílica porque siguió siendo el salón del trono para el arzobispo local a lo largo de los siglos. En el Landesmuseum (Weimarer Allee, 1; Tel: (+49) 65 197 740) puedes sumergirte en esa historia a través de sus completas colecciones. Una buena manera de preparar la visita a los otros grandes monumentos romanos de la ciudad: las Termas Imperiales (Kaiserstrasse, sn; Tel: (+49) 651 436 2550) y el curioso Anfiteatro de Tréveris (Olewiger, 25; Tel: (+49) 651 73010) con sus gradas cubiertas de césped y frente a los viñedos que cubren las colinas que cierran la ciudad por su flanco este. En la ciudad hay otras dos termas de menor entidad: las Termas de Bárbara (Südallee, sn; Tel: (+49) 651 460 8965) y las Termas del Mercado de Ganado (Viehmarktplazt, sn; Tel: (+49) 651 994 1057).

Trier guarda muchos más tesoros en sus calles y plazas. Un buen ejemplo es la Plaza del Mercado de Granos (Kornmarkt), un lugar bonito y recoleto que atesora la Sankt Georgsbrunnen (Fuente de San Jorge) una de las más grandes obras maestras del barroco europeo (y no es una exageración). La ciudad es un pequeño laberinto en el que puedes encontrarte con viejas iglesias y preciosos edificios. Algunos muy significativos, como el del número 10 de la calle Brückenstrasse, donde se puede ver la casa en la que nació el mismísimo Carlos Marx y que hoy alberga un museo que explora la figura y obra del filósofo. Ahí mismo, a tiro de piedra, puedes ver la bonita San Antonio (Antoniusstrasse, sn), conocida en la ciudad como la iglesia de los jesuitas y un poquito más allá te puedes detener un instante junto al Treppenturm (Stresemannstrasse, 3), lo que queda de un antiguo palacete renacentista.

No es mala idea recorrer la rivera del Mosela desde el Zurlaubener Ufer, antiguo barrio de barqueros y pescadores que vivían del y en el famoso afluente del Rin. Pasea rumbo al sur y pasa junto a las viejas grúas portuarias medievales (semejantes a los molinos de viento) y admira la factura del Puente Romano. Desde aquí parten los cruceros que recorren el río y conectan Trier con otras poblaciones de interés. El Mosela no tiene nada que envidiar al famoso Loira: las villas medievales y los castillos se alternan con amplias zonas de viñedos y manchas de bosque. Pero nosotros no saldremos de Trier. Terminamos esta pequeña guía en la Abadía de San Matías (Matthiasstrasse, 85; Tel: +49) 651 17090). En los alrededores de este enorme complejo religioso de estilo románico se extiende un enorme cementerio. Allí podrás ver como algunas fechas de 1945 se repiten de manera sistemática en multitud de tumbas; un macabro recordatorio de los bombardeos que sufrió la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial.

Fotos bajo Licencia CC:  Christian Reimer; Heribert Bechen 4.9 mio; Les Williams; Dennis Jarvis; Xiquinho Silva; Brad Hostetler

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