“Lo tengo claro: me gustaría que España tuviera un Gobierno de izquierdas”
Noelia Cobo, secretaria de Organización del PSOE de Cantabria y portavoz parlamentaria del Grupo Socialista en la Cámara autonómica, se ha estrenado hace unas semanas en el hemiciclo y se marca un objetivo prioritario para esta legislatura a nivel personal: “Llevar la voz de la izquierda al Parlamento de Cantabria”. De cara a la repetición de las elecciones generales del próximo 10 de noviembre, se muestra convencida de que lo que tiene que hacer su partido es “incidir en la movilización de todos los militantes, votantes y simpatizantes para acabar con el bloqueo”. Y no duda en posicionarse ni mostrar sus preferencias sobre una posible coalición tras el 10N: se declara “totalmente identificada” con el lema de 'con Rivera no' que se coreó en Ferraz el pasado mes de abril y apuesta por el entendimiento con Unidas Podemos para que España tenga “un gobierno de izquierdas”.
Ejerce como portavoz de un grupo parlamentario completamente renovado, en el que no repite ninguno de los diputados del PSOE de la pasada legislatura. ¿Cómo está siendo el aterrizaje en la Cámara en estos primeros días del nuevo curso político?
Es una etapa como portavoz parlamentaria que afronto con muchísimo orgullo, con un equipo totalmente renovado, como dices. A excepción del compañero Javier García Oliva, que ya ha sido diputado en otra legislatura, somos todos nuevos, pero con la ilusión de llevar a cabo nuestro proyecto y de impulsar iniciativas reivindicando los derechos y libertades que la sociedad cántabra nos demanda.
¿Hasta qué punto puede influir la falta de experiencia parlamentaria de los diputados socialistas en estos primeros compases de la legislatura?
En el trabajo del día a día, puede ser que en algún caso tengamos una preocupación añadida porque nos coge de nuevos y está claro que la experiencia tiene su valor, pero tenemos con nosotros un equipo que nos está ayudando y solo queda ponerse manos a la obra y ejercer con toda la fuerza para llevar la voz de la izquierda en el Parlamento de Cantabria.
¿Y cuál debe de ser el papel del grupo parlamentario socialista más allá de la propia defensa de la labor del Gobierno?
Ahora mismo existe una mayoría amplia en el Parlamento de Cantabria, pero a mí, como portavoz del grupo parlamentario socialista, me encantaría llegar al máximo de consensos posibles con las fuerzas de la oposición en algunos de los grandes retos que tiene esta comunidad autónoma por delante.
En estos primeros plenos ha surgido una primera polémica en torno a los supuestos recortes del Gobierno de Cantabria. La consejera de Economía negó categóricamente desde la tribuna que se hubieran realizado, mientras que el PP aporta documentación interna que sostiene que se han suprimido partidas importantes, de hasta 35 millones de euros en total. ¿Cómo lo justifica?
Llevamos tres plenos hablando de la economía de Cantabria. Creo que la consejera de Economía y Hacienda, María Sánchez, lo ha explicado reiteradamente: no ha negado ningún dato. Es verdad que había una carta del Ministerio de Hacienda con los datos de la AIReF que señalaban posibles inconvenientes que podían surgir por la no llegada de las entregas a cuenta y de la liquidación del IVA, pero en ningún momento se va a producir ningún desajuste y, por supuesto, no habrá recortes en las políticas sociales. ¿Qué puede haber algunos cambios en los presupuestos de determinadas consejerías en partidas que no se van a ejecutar? Se pueden producir, pero creo que ocurre en todas las legislaturas, no es la primera vez.
Como secretaria de Organización del PSOE debe afrontar ahora una nueva campaña electoral por la falta de acuerdo para una investidura de Pedro Sánchez. ¿Van a cambiar tanto las cosas con una repetición electoral o podemos encontrarnos de nuevo con un escenario muy parecido?
Vamos a hacer todo lo posible para que esta situación de bloqueo llegue a su fin el 10 de noviembre. Al PSOE no le queda otra que incidir en la movilización de todos nuestros militantes, votantes y simpatizantes para que alcen la voz. El 10N solo hay una pregunta que responder: si queremos un Gobierno progresista o seguimos con el bloqueo al que nos han llevado las distintas fuerzas políticas.
A nivel personal, ¿se sentiría más cómoda con un Gobierno de Pedro Sánchez apoyado por Ciudadanos o por Unidas Podemos?
Bueno, yo como secretaria de Organización del Partido Socialista de Cantabria voy a apostar por un Gobierno progresista y, desde luego, liderado por Pedro Sánchez. Lo tengo claro: me gustaría que España tuviera un Gobierno de izquierdas.
Entonces, ¿se siente representada por ese grito de “con Rivera no” que gritaron los militantes del PSOE en Ferraz en la noche electoral del 28 de abril? ¿Lo hace propio?
Me siento totalmente identificada.
En cuanto a los gobiernos de coalición de los que tanto se ha hablado en las negociaciones de la investidura fallida, ¿por qué sí valen en las autonomías y no es posible en el Gobierno de España, como sí ocurre en muchos otros países europeos con absoluta normalidad democrática?
Sí que es verdad que últimamente a la izquierda a nivel nacional nos cuesta ponernos de acuerdo. Tanto en ayuntamientos como en comunidades autónomas resulta más fácil. Creo que hay que dejar los intereses personales fuera de la mesa. Se deben alcanzar acuerdos de programas, que es básicamente en lo que va a cambiar la vida de las personas.
Esta repetición electoral ha provocado un pequeño terremoto en las agrupaciones del PSOE de Santander y Torrelavega con la más que probable marcha a Madrid de sus dos cabezas de lista en los dos ayuntamientos más importantes de Cantabria. ¿Cómo van a gestionar esa renovación interna?
Tanto en la agrupación de Santander como en la de Torrelavega, a partir del 10 de noviembre, tendrán que reunirse sus grupos municipales, que son los que tienen la competencia para decidir quién será el nuevo portavoz o la nueva portavoza. Depende de los grupos municipales y compete a los órganos de esas dos agrupaciones, a los comités locales. Es una decisión que se tomará a nivel local.
¿Y la salida de Pedro Casares y José Manuel Cruz Viadero solo unos meses después de las elecciones municipales no supone reconocer el fracaso que se sufrió por no conseguir desbancar al PP en Santander, con las altas expectativas que existían, o perder el bastón de mando en Torrelavega por un puñado de votos el 26 de mayo?
Yo no considero que fuera un fracaso ni el resultado de Santander ni el de Torrelavega. Sí que es verdad que en Santander tuvimos una oportunidad de llevar ese cambio al Ayuntamiento, pero no pudo ser. Sin embargo, creo que tanto Pedro Casares como José Manuel Cruz Viadero tuvieron un buen resultado en los dos ayuntamientos y el Partido Socialista y los que militamos en él tenemos claro que estamos siempre a disposición del partido. Si el partido ha decidido que tanto Pedro Casares como José Manuel Cruz Viadero tienen que formar parte de las candidaturas al Congreso y al Senado, así tiene que ser y ellos han puesto todo de su parte para que así sea. Han hecho una buena labor de equipo en sus candidaturas y se verá plasmado. Además, ninguno de ellos se olvidará ni de Santander ni de Torrelavega en el futuro.
Con la victoria de Pablo Zuloaga y de su equipo en las primarias se produjo una revolución interna en el seno del PSOE cántabro y se ha producido un cambio prácticamente total en cuanto a las personas que encabezan el partido actualmente, con muchos de los veteranos fuera de los órganos ejecutivos. ¿Da por asegurada la paz interna esta legislatura tras la época convulsa que tuvieron que afrontar tras su llegada?
Como he dicho antes, creo que todos los que entramos a militar al Partido Socialista tenemos claro que debemos de estar a disposición del partido. El 16 de julio de 2017, cuando Pablo Zuloaga se convirtió en el secretario general del PSOE de Cantabria, se produjo un cambio, una renovación. Lo que tenemos claro en este equipo es que estamos en política con un billete de ida y vuelta. Todos tenemos nuestro trabajo, tanto en la empresa como en la administración pública, y tenemos claro que algún día volveremos a nuestros puestos de trabajo, que ahora mismo estamos aquí para hacer de la política un instrumento útil para transformar la sociedad y ayudar a los ciudadanos.
Formó parte de la mesa negociadora con el PRC y que dio como resultado la actual composición del Gobierno de Cantabria, con una vicepresidencia y cuatro consejerías para el PSOE. ¿Está satisfecha con ese reparto de competencias y el resultado final del acuerdo?
Todo el mundo aspira a todo y a más. Podíamos haber conseguido un mejor resultado, pero estamos convencidos de que el Partido Socialista gestiona las consejerías que van a mantener el Estado de Bienestar, llevamos todas las políticas sociales y transformadoras del empleo, una política que para los socialistas en importante, como la vivienda, y nos encargamos de toda una política que es transversal, como es la economía. Sí que nos podemos mostrar satisfechos. Como todas las negociaciones, unas veces das y otras tienes que ceder, pero fueron reuniones totalmente cordiales.
En ese nuevo reparto se dejaron fuera de la gestión del PSOE materias como la Educación o el Medio Ambiente, que siempre les habían correspondido dentro de los pactos de Gobierno. ¿Qué supone para su partido la pérdida de influencia en estas áreas tan ligadas al ideario socialista? ¿Hay sintonía total con su socio sobre los criterios en estas consejerías tan relevantes para el futuro de Cantabria?
El Partido Socialista y el Partido Regionalista firmamos un acuerdo de Gobierno, con unas líneas programáticas en las que se incluían nuestras propuestas y las suyas en estas áreas. En la base, coincidimos en la necesidad del mantenimiento del Estado de Bienestar, del desarrollo de un nuevo modelo económico y de la transición ecológica. Ambos partidos mantenemos la misma idea y creo que vamos a llegar a grandes consensos y a desarrollar medidas que nos van a permitir avanzar en Cantabria en estos aspectos.
Desde la llegada de Zuloaga a la dirección socialista, el PSOE ha tratado de marcar distancias y tener un perfil propio con respecto al PRC. ¿Es posible mantener eso a lo largo de cuatro años mientras se gobierna en coalición y se toman medidas conjuntas todas las semanas?
Está claro que hay un Gobierno con una cabeza visible, que es el presidente de Cantabria, pero está claro también que hay nueve consejerías con responsables que cada uno de ellos tiene su perfil. Cada uno tiene su espacio y marcará su línea política, pero las medidas tendrán que llevarse a cabo con el consenso de todo el Consejo de Gobierno.
Las relaciones con el PRC, una vez han entrado en materia y puestos a gobernar, ¿cómo son?
Te diría que son buenas. Yo mantengo todas las semanas una reunión con el portavoz del grupo regionalista para tratar los acuerdos del pleno y, antes de reunirnos en la Junta de Portavoces, tenemos claro la línea a seguir. Son buenas relaciones igual que lo están siendo con el resto de grupos. Me encantaría que esta legislatura el Parlamento tenga las puertas abiertas al ciudadano y que sea un lugar en el que se escucha a todos los agentes sociales y a todo el tejido asociativo que tiene esta comunidad, que todas las fuerzas políticas podamos llegar a grandes consensos en cuanto las medidas que necesita Cantabria.
Para acabar, ¿cuál cree que debe de ser el reto principal de Cantabria para los próximos cuatro años?
Creo que tenemos que sentarnos para hablar de la financiación autonómica. Tiene que existir un gran consenso entre todos los partidos. Y luego, me encantaría que este Parlamento sacara adelante una serie de leyes muy importantes que se quedaron en el tintero la pasada legislatura, sobre todo, en la defensa de los derechos y libertades, como la Ley LGTBI, la Ley de Vivienda o la Ley de Memoria Histórica, así como otras normas importantes, como la Ley del Suelo o el PROT, que tienen que estar listas aproximadamente a mitad de la legislatura.