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Los reyes pasan por Cantabria entre 'vivas' a la República y a la Monarquía

Felipe VI y Letizia Ortiz saludan al público congregado en el puerto de Santoña.

Javier Fernández Rubio

Torrelavega/Santoña —

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Entre 'vivas' a la República y 'vivas' a España, los reyes han vuelto a pasar por Cantabria para mostrar su apoyo a la recuperación de los sectores productivos ganadero y pesquero en sendas visitas que han realizado este miércoles al Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega y a la lonja de la Cofradía de Pescadores de Santoña. Con una informalidad formal, en donde hasta los escoltas iban en camisa y la ruptura de protocolo se ha convertido ya en un clásico protocolario, Felipe VI y Letizia Ortiz cumplieron con todos los cánones de las visitas reales. Hablaron con ganaderos, rederas y pescadores, saludaron a los varios centenares de personas concentradas sin mantener entre ellas ninguna distancia de seguridad, hicieron un aparte con niños y personas mayores, y se interesaron por la situación de un sector primario que, afectado por la COVID-19, mantuvo su actividad para garantizar el suministro de alimentos durante el estado de alarma. El monarca consideró este sector como “fundamental” para los españoles.

La primera parada de su etapa cántabra, dentro de la gira que por las autonomías concluirá este jueves en Asturias, fue en el Ferial de Torrelavega, a donde llegaron pasadas las 11.30 horas. Medio millar de personas se dieron cita en las proximidades, en su mayoría luciendo 'rojigualdas' y el resto reclamando la República con eslóganes y gritos. Hubo muestras de apoyo a favor de la Monarquía y no faltó quien decoró su balcón con ropa tendida siguiendo el orden de la tricolor.

Ejerció las labores de anfitrión el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, quien encabezaba una comitiva de autoridades que ha dedicado la mañana a hacerle sombra al monarca. Allí estaban el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo; la delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones; el vicepresidente cántabro, Pablo Zuloaga, varios consejeros como el de Ganadería, Guillermo Blanco; el presidente del Parlamento, Joaquín Gómez; el alcalde de Torrelavega, Javier López Marcano, y parte de la Corporación que no estaba de vacaciones, a destacar el concejal del PP, cuya mascarilla rojigualda era visible desde la amplia distancia a la que se ha tenido que seguir la visita real.

Los reyes han sido recibidos con una demostración folclórica a cargo del Grupo de Danzas Virgen de las Nieves, de Tanos, y luego han pasado al interior del ferial en donde ejerció la labor de cicerón el director del MNG, Isaac Bolado. Los estragos de la pandemia eran visibles en el enorme espacio habilitado para las transacciones ganaderas. Apenas un séptimo de su capacidad estaba ocupado por un centenar de reses en perfecto estado de revista, con sus ganaderos alrededor que departieron con los monarcas y afirmaron que los los mismos no necesitaban explicación alguna sobre lo que es la dinámica comercial del 'tratu' o el ordeño. Se traían la lección aprendida y no necesitaron grandes explicaciones, aunque escucharon pacientemente a todos aquellos con los que se encontraron a su paso a pie de ferial.

Días atrás, las organizaciones ganaderas habían pedido que al menos hubiera para la visita “200 vacas guapas”. Llegaron menos de las previstas, aunque bien lucidas, pero el mercado estaba en su mayor parte vacío. Una de las consecuencias de la COVID también ha llegado al sector ganadero: durante el estado de alarma siguieron haciendo sus trasacciones... online. Y con la reapertura del Mercado de Ganados, el pescado ya estaba vendido, aunque la comparación no sea muy apropiada para el caso. Si al igual que ha ocurrido en todos los sectores comerciales los negocios tradicionalmente presenciales pasan a incorporarse a la red de redes, algunos de los presentes se preguntaban qué futuro le deparará internet al Mercado Nacional de Ganados.

Antes de mantener un encuentro con las principales organizaciones ganaderas de Cantabria, los reyes recibieron un 'campanu' de grandes dimensiones que llevaba grabado “Sus Majestades Los Reyes de España”, adornado con los colores de la bandera española. Felipe VI no tuvo más remedio que hacerlo sonar para hacer los honores por el obsequio.

A la Lonja de Santoña

A las 13.30 horas, los monarcas ya estaban en Santoña, en donde lucía un sol sin paliativos. Varios centenares de santoñeses se repartieron por el recorrido que conducía a la lonja de la Cofradía de Pescadores y otros tantos se apiñaban (literalmente) ante los muelles. En Santoña había el doble de público y el doble de banderas que en Torrelavega. La visita fue sencilla y también estuvo acompañada por una comitiva de autoridades, estatales, autonómicas y locales, así como representantes de las cofradías cántabras. En la villa marinera cambió parte del decorado institucional y se incorporaron a la visita el alcalde de la localidad, Sergio Abascal y la consejera de Presidencia, Paula Fernández, entre otros.

Los preparativos consistieron en una tradicional escena de rederas con mascarilla, la visita al interior del pesquero 'Siempre Landera' y otra visita a las instalaciones de la conservera 'El Consorcio'. En cada uno de estos encuentros los reyes departieron con los protagonistas y se interesaron por los detalles, en especial la reina, que no dejó de hacer preguntas, sobre todo a las rederas –ambos monarcas tocaron las redes para comprobar el material con que están hechas–. En el pesquero, la tripulación acompañó a los reyes al puente de mando y también observaron desde cubierta las bodegas del buque y los aparatos con que se faena. Antes de desplazarse a El Consorcio, subieron hasta el farallón del mirador del muelle en donde posaron para los medios de comunicación. A la bajada, se entrevistaron con algunas personas del público que lo estaban aclamando durante todo el recorrido.

Los políticos locales acompañaron a los monarcas durante toda su visita, deambulando a su alrededor sin contemplaciones, pese a las protestas de los reporteros gráficos y la desesperación de los miembros de la seguridad -“No saben que no se puede estar revoloteando”, comentaba uno-. Tras invadir y pisar el espacio de las redes llegaron a concentrarse tantos cargos que ninguna de las cinco rederas era visible, y solo Felipe VI, por aquello de medir 1,97 metros, era observable en lontananza. Disciplinados por los servicios de protocolo, consejeros, delegados y concejales formaron en el muelle, y un poco más alejada esperaba la comitiva de asesores, jefes de gabinete y periodistas institucionales, un séquito mucho más amplio que el de la Casa Real. Solo el presidente de la Cofradía Virgen del Puerto, Miguel Fernández, tuvo la ocasión de acompañar a los reyes en su periplo, si no se cuenta con la presencia inevitable del presidente Revilla, el cual salió en todas las fotos y explicó al término de la visita que los monarcas habían “tomado buena nota” de las necesidades del sector.

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