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Entrevista

Samantha, cantante: “Nos llaman la generación de cristal, pero realmente estamos luchando día a día por nuestra salud mental”

Samantha

Blanca Sáinz

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Samantha Gilabert (Alicante, 1994) saltó a la fama en Operación Triunfo 2020. Su edición estuvo marcada por la pandemia, que obligó a los concursantes a salir de la academia y regresar tras el estado de alarma. Sin embargo, a pesar de los baches y de quedarse a las puertas de la final, la cantante no ha dejado de cumplir metas: la primera, sacar un disco en solitario a los cinco meses de dejar el programa. La segunda, publicar un libro de poemas que vio la luz el pasado año. Ahora está inmersa en la gira veraniega de 'Nada', y este viernes actuará en el Negrita Music Fest, en Virgen del Mar (Santander) junto a artistas de la talla de Nil Moliner o FERNANDOCOSTA: “Hay gente que cree que tú sales de OT y tienes todo hecho pero no es así. Sales de OT y tienes que trabajar, no sales con un disco de oro debajo del brazo”.

¿Qué opina de la fama? ¿Es la parte menos bonita de dedicarse a la música?

Pues depende porque la fama tiene dos partes: la bonita, la de los fans en la que te siguen, llenan tus conciertos, te escriben cosas preciosas y están pendientes de ti. Y después está la otra parte que realmente es la que menos tienes que tener en cuenta pero la que más ruido hace, porque son cosas más negativas y que pesan mucho más. Las cosas bonitas las puedes llevar y vas ligera pero la parte negativa, que es esa crítica nada constructiva o las comparaciones (que en la industria musical si eres mujer te están comparando continuamente), tienes que lidiar con ella de una manera positiva, y aprender a gestionarlo, pero no siempre es fácil. Además, todo el mundo está pendiente de tus movimientos, de si estás con tu pareja o no… Es difícil pero al final aprendes. Y la fama compensa, al menos a mí sí.

Hilado con esa pregunta, ¿se ha planteado alguna vez si le gustaría llegar a lo más alto? A veces igual es más cómodo es mantenerse alejada de las masas, ¿no?

No, yo estoy muy bien ahora pero sí que quiero aspirar a todo. A ver qué pasa, este camino está siendo bonito, pero quiero más. No sabía lo que era estar aquí, y a veces pienso que con lo bien que estaba yo antes cantando en el hotel sin tantas preocupaciones ni estrés, pero realmente no… Así que bueno, ahora te digo que sí pero tampoco sé cómo es estar ahí.

El caso de Operación Triunfo (OT) es especialmente llamativo porque se pasa muy rápido de no ser famoso a serlo. En ese momento de incertidumbre para chicos jóvenes, ¿las discográficas se aprovechan?

Las discográficas aprovechan el boom que hay nada más salir de OT pero es necesario. Yo también quiero. Pero la verdad es que, por lo menos la mía, me ayudó, me explicó todo perfectamente, yo no hice nada que no quisiera… fueron superamigables. Sabían que yo venía de la nada y que no entendía demasiado bien, pero la verdad es que fueron increíbles. Pero tú nunca haces algo que no quieras hacer, ellos también quieren que el artista esté contento.

Sale de la academia en junio de 2020 y saca disco en noviembre. ¿Cómo fue eso?

Fueron meses muy locos, conocí a mucha gente, empecé a componer como loca… Iba de Madrid al pueblo y del pueblo a Madrid porque aún no tenía piso y estábamos buscando, pero fue muy chulo. Muy rápido pero lo viví como algo muy bonito y con lo que crecí. También salí motivada de OT pero había una pandemia que estaba frenando todo.

Me ha llamado la atención escucharla decir que hace pop comercial. ¿Le gusta la etiqueta de ‘comercial’?

Creo que comercial hoy en día es todo. Todo lo que se consuma, pasa a ser comercial. Y estamos viviendo también una época en la que la música está en constante renovación. Si hago algo que venda, pasará a ser comercial en ese momento. Aunque pop hago, está claro, sea comercial o no.

Le quería preguntar también si hay cierta soberbia por parte de algunos artistas con los concursantes de OT...

Directamente no, pero sí he oído comentarios de gente que cree que tú sales de OT y tienes todo hecho, pero no es así. Sales de OT y tienes que trabajar, no sales de OT con un disco de oro debajo del brazo. Hay excepciones pero no siempre es así. Y hay que trabajar después. La oportunidad es increíble, y no hay otro programa que te la dé, pero luego hay que currar y mantenerse con los pies en el suelo.

Ha hablado abiertamente de que va al psicólogo desde que era pequeña y de que lo necesitó al salir de OT ¿Es tan grande el shock mental que sufrió al salir? ¿Ocurre también al entrar?

Al entrar el shock es grande pero no eres consciente de nada porque no tienes móviles y no tienes contacto con nadie. Todo se resume a estar en una burbuja maravillosa en la que el único problema que tienes es cantar y ya está. Pero cuando explota y sales, la vida real te golpea en la cara bastante fuerte: por redes sociales; por la calle, porque la gente que te conoce de toda la vida ya no te ve de la misma manera. Tienes que aprender a gestionar un trabajo nuevo, gente nueva, sales por la calle y te conocen, aunque sean cuatro, y aprender a gestionar eso sola es muy difícil. Yo no pude, y tuve que pedir ayuda, y fue la mejor decisión que tomé. Es que el mundo te come porque hay como tres realidades: la de antes de OT, la de durante y la de después. El mundo se te come…

Todos los concursantes estaban muy concienciados con causas políticas y sociales. ¿Esto tiene que ver con que se dediquen a la música?

No sé si tiene que ver con eso o de que también venimos de una generación mas concienciada. Nos llaman la generación de cristal pero realmente estamos luchando día a día por nuestra salud mental y somos supersconscientes de lo importante que es conocernos y aprender de los demás, y eso creo que se nota a nivel mental y a nivel de las conversaciones que tenemos entre nosotros. La salud mental de las mujeres también depende muchísimo del feminismo, de que haya mucha menos misoginia y machismo… eso también incluye a los hombres, porque el feminismo les afecta. Es muy importante tener una idea muy clara de lo que hacemos y cómo lo hacemos para estar mucho mejor con nosotros mismos. No dejamos de ser nosotros mismos, así que somos una representación de los jóvenes.

Usted sufrió la polémica de primera mano a cuenta de, supuestamente, ser independentista. ¿Esto pone en evidencia que existe la catalanofobia?

Existe, pero es que yo soy valenciana. Yo hablaba valenciano y tenía que ser independentista, es que no tiene ningún sentido y no se sujeta por nada. La catalanofobia existe y sigue habiendo muchísima gente que sigue mirando mal a gente que no habla castellano cuando, para mí, lo más rico que tenemos en este país es la diversidad de cultura y las lenguas cooficiales, que son preciosas y ojalá todo el mundo pudiera hablarlas. La verdad es que no sé… me tacharon de catalana como si fuera algo negativo, cuando primeramente no soy catalana pero es que amo Catalunya como los catalanes. Es mi segunda casa porque el catalán también es mi segundo idioma. Pero la gente también está confundida respecto a Catalunya. Pero aun así te planteas que qué pasaría si fuese así… Amo mi lengua, amo el valenciano y seguiré cantando y hablando en valenciano, y también amo el castellano, y seguiré cantando en castellano y hablando.

¿Y no teme que se le puedan cerrar algunas puertas?

No creo, pero si pasa y alguien me tacha por eso pues el problema será suyo y no mío, la verdad.

¿Ha notado la presión de ser una mujer joven en lo que respecta a la imagen?

Sí, claro, Cualquier mujer que esté en la industria o que salga en la tele, o que sea pública, tiene esa presión social. Lo bueno es que muchas mujeres estamos soltando ese lastre y nos dejamos ver como nos dé la gana, pero sí que existe una presión social que te obliga a estar siempre bonita y delgada. Pero, como te decía, muchas mujeres ya somos conscientes y otras están en el camino, y espero que sea así porque si no es imposible seguir adelante. Cuerpos reales son todos y todas somos reales. Y cansa lo de salir sin maquillar y que te digan que por estar con la cara lavada estás triste o te ha pasado algo malo.

¿Y cree que sigue teniendo la obligación de demostrar más que un hombre?

Por supuesto. Siempre tenemos que demostrar más porque tenemos que cantar, bailar, componer y hacer todo bien. Intenta salir sin que tu ropa sea superlujosa o sin ir monísima a un escenario porque serás señalada. En cambio, un hombre se puede permitir lo que le dé la gana. Y también me ha pasado por parte de músicos que te dicen cómo hacer las cosas como si tú no tuvieses ni idea. Pero creo que cada vez hay más hombres en la industria que no son gilipollas y que entienden que aquí todos tenemos el mismo rol y somos igual de válidos.

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