Al Rey Nuestro Señor

El Día de la Raza, de la Hispanidad, del Volkgeist Ibérico, de la Virgen del Pilar, de la Lengua y el Imperio o de como rayos se llame ahora, esa ridícula fiesta con himnos, desfiles, banderas, reyes, uniformes militares y hasta la cabra de la Legión, tomé la precaución de refugiarme en Toulouse, una de las capitales del exilio republicano español, en compañía de varios escritores, entre ellos Lorenzo Lunar, cubano de Santa Clara, lo que hizo irremediable que se hablara de Cuba. Surgió, como suele suceder también, el asunto de internet en Cuba. Hubo que recordar que es Estados Unidos quien limita el acceso de Cuba a internet. Parece mentira que eso no se diga casi nunca, sobre todo en la prensa española que mantiene blogs contrarios a la revolución.

Es Estados Unidos quien controla el acceso y, en el caso de Cuba, a un país entero se le autoriza a menos capacidad que a cualquier empresa norteamericana de tamaño medio. Ahí salió la palabra “bloqueo” o “embargo”, y fue triste que a muchos hubiera que explicarles cuáles son las condiciones de acoso a las que ha sabido resistir la revolución cubana.

Se habla poco de esa vergonzoso bloqueo a Cuba y por eso me alegré, por la tarde, al leer el editorial de The New York Times (que no es, que yo sepa, miembro del Komintern, sino apenas un poco más a la izquierda de periódicos a las órdenes de la CIA o de las empresas, como El País). End the U.S. Embargo on Cuba, así se titula el editorial.

No dice nada interesante, porque su punto de vista es que el bloqueo a Cuba ya ni siquiera interesa a los Estados Unidos y, en cambio, acabar con él podría ser una baza propagandística para animar un poco la calamitosa política exterior de Obama. Si les interesara, no les temblaría la mano, como no han pestañeado desde 1961, ni para este bloqueo económico ni para intentar invadir la isla o asesinar a Fidel Castro. Lo que me interesa es que hasta ese periódico se dio cuenta de que el 12 de octubre era una gran ocasión para hablar de Cuba y en contra del boqueo.

Mi pregunta al rey es la siguiente: ¿no podías haber recordado a Cuba el 12 de octubre?

Ten en cuenta, Felipe, que fue colonia española. Ten en cuenta que, una vez abolida la esclavitud en la España metropolitana, tus antepasados mantuvieron la esclavitud en Cuba prácticamente hasta el fin de la colonia. Hasta el poeta Zorrilla, que tampoco era del Komintern, se quejaba en verso. Ten en cuenta que hasta The New York Times, esos peligrosos izquierdistas, han considerado que el 12 de octubre era el mejor día para pedir el fin del bloqueo y un poco más de respeto y ayuda para Cuba.

¿Por qué has desperdiciado la ocasión una vez más? ¿Estás seguro de que esos consejeros tuyos, con tarjetas opacas de Bankia, te llevan por el buen camino? Sí, hombre, claro que me refiero a Spottorno, que fue jefe de la Casa Real con tu padre y a quien tú nombraste consejero privado, y que, no sólo aceptó la tarjeta, sino que se fundió nada menos que 200.000 euros con ella.