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“El cambio climático supone la mayor amenaza para la salud humana y la del planeta”. Es el llamamiento urgente de los médicos a los agentes clave sanitarios y a la ciudadanía. Del mismo modo que lo hiciera la OMS en 2021, es una llamada a la acción para un cambio radical: la inmediata reducción de emisiones. En juego se encuentra la salud planetaria y por ende, la nuestra.
Las causas y los efectos son inequívocos. Por ejemplo, las tormentas de polen hacen que las personas con alergias inunden las consultas de los alergólogos. El aumento de los niveles de contaminación atmosférica incrementa el riesgo de enfermedades obstructivas de las vías respiratorias, complicaciones cardiopulmonares y cáncer de pulmón de células no pequeñas.
Asimismo, en una declaración sobre los efectos del cambio climático en la salud respiratoria, la Asociación Estadounidense de Salud Pública resumió sucintamente el problema: Las temperaturas más cálidas provocan una mala calidad del aire y esto reduce la función pulmonar.
En las estrategias del sector salud para reducir su propio impacto sobre la huella de carbono, los fármacos tienen una importancia capital. Se estima que un 25% de las emisiones de los sistemas sanitarios son imputables a ellos. Por tanto, toda la cadena -desde la producción, distribución, prescripción y el reciclaje del medicamento- tiene su parte de responsabilidad en la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, todas las iniciativas por un medicamento verde, con el máximo respeto por el medio ambiente, son bienvenidas. por un medicamento lo más verde posible.
Los acuerdos internacionales, como la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacen especial referencia al mundo sanitario, priorizándolos en tercer lugar. Por su parte, la UE ha publicado una amplia serie de normativas al respecto. Y en España, bajo la ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética, se generado toda una red de organismos de estudio, evaluación y control del cambio climático.
La agresión que el sector de la salud supone para el medio ambiente aumenta su papel en el cambio climático, con especial atención a la producción de gases de efecto invernadero y la generación de residuos.
El papel benefactor que la sociedad reconoce al sector sanitario está enmascarando su papel como agresor del medio ambiente. Para hacer una aproximación a esta amenaza bastan dos ejemplos: 1) considerado en su globalidad, el sector sanitario, sería el quinto país con mayor agresión climática y 2) dentro del sector, tan solo la industria farmacéutica vierte al medio ambiente más gases de efecto invernadero que la industria de la automoción.
La reciente Ley de Cambio Climático, en su artículo 17.1, define el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático como el instrumento básico de planificación y coordinación. Hay que profundizar en el tema de salud, más indicadores, más coordinación con los organismos responsables del Sistema Nacional de la Salud y con los agentes clave de los sectores para poder determinar hojas de ruta claras.
Todas estas recomendaciones apuntan a la imperiosa necesidad de que las autoridades sanitarias se apoyen en las organizaciones médicas para afrontar las múltiples interrelaciones entre la salud y el cambio climático. En este sentido, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España y las Sociedades Científico-Medicas, a través de la Alianza Medica contra el cambio climático, representando al conjunto de profesionales de la medicina del país, por puro profesionalismo y responsabilidad ética, han ofertado su colaboración conjunta y altruista al Ministerio de Sanidad.
Como médicos tenemos tantas posibilidades de incidir en la población general como compromiso en la reducción de la huella de carbono generada por el sector salud. Como ciudadanos tenemos tanta responsabilidad en el cambio climático como talento para luchar contra sus efectos. Celebrar el Dia Mundial del Medio Ambiente es una gran oportunidad para nuestra salud.
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