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GUADALAJARA

Romancos, el pueblo de Guadalajara dirigido por una comisión gestora por culpa de una planta de biogás

Panorámica del pueblo de Romancos

Francisca Bravo Miranda

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Muy cerca de los idílicos campos de lavanda de Brihuega, en Guadalajara, se encuentra el pequeño pueblo de Romancos, una localidad de La Alcarria que ya no tendrá alcaldesa durante esta legislatura. Tampoco concejales. Ángeles Clemente gobernó en la localidad bajo las siglas del PSOE hasta el pasado 26 de abril, cuando se hizo oficial su dimisión. Desde entonces, el pueblo se ha mantenido sin gobierno municipal hasta que el Gobierno de Castilla-La Mancha hizo oficial la creación de una comisión gestora, un organismo “imprescindible” para atender las necesidades de los vecinos y la correcta administración y funcionamiento del ayuntamiento.

La comisión gestora se ha creado porque no hay más candidatos en las listas que concurrieron a las elecciones locales del pasado 28 de mayo de 2023, al tratarse de una localidad de hasta 100 residentes según el padrón electoral. Será un representante del PSOE, César de la Fuente, el que asuma la Presidencia de la gestora el equivalente a la Alcaldía de la localidad, quien trabajará junto a María del Carmen Carmona, también del PSOE, y José Fernando Gómez, del PP.

Poner en marcha una comisión gestora no es algo “habitual”, explican desde la Consejería de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, pero tampoco es “extraño” y ha ocurrido en otras localidades, como Castilnuevo, también en Guadalajara. Gracias a esta herramienta “se normaliza” la situación del municipio, aseguran.

Todo empezó con el biogás

Pero, ¿qué lleva a un pueblo a quedarse sin gobierno? En el caso de Romancos fue una fallida planta de biogás, un proyecto que encontró la oposición de toda la comarca, en la que vecinos y alcaldes de pueblos colindantes temían los malos olores, la invasión de camiones y hasta la posibilidad de que llegasen las macrogranjas. Nadie lo quería a excepción de este pequeño ayuntamiento. Y fue precisamente la negativa generalizada, empezando por el ayuntamiento de Brihuega, del que depende Romancos, lo que llevó a la alcaldesa Ángeles Clemente a dejar su puesto. “No ha estado por la labor”, lamenta por teléfono la vecina de la localidad, en referencia al alcalde de Brihuega, el también socialista Luis Viejo. “Se ha cerrado en que no, no ha querido dialogar con nosotros”, asegura.

La planta de biogás que se proyectaba en Romancos, impulsada por Verdalia Bioenergy, sociedad de Goldman Sachs, y que tenía el nombre del 'Proyecto Lavanda', requería de reconversión de terrenos que contaban con la calificación de rústico. “Lo hemos defendido muchísimo, y [el alcalde de Brihuega] no ha querido nada. Esto es lo que me ha llevado a dejar la Alcaldía”, asegura la exalcaldesa.

Ángeles Clemente alega que la planta hubiera solucionado el presupuesto del pueblo durante “diez años” y que la localidad estaba “de acuerdo” con la decisión de traer la planta. “Él no quería ni placas solares, ni molinos, ni empresas grandes”, recalca la antigua edil sobre el alcalde de Brihuega. Este medio se ha puesto en contacto con el alcalde de Brihuega, Luis Viejo, por varios cauces, sin recibir todavía respuesta.

También dice que ella recibió el apoyo del partido para que saliera adelante la planta de biogás y apunta directamente a Pablo Bellido, secretario general del PSOE en Guadalajara. “Me dijo, Ángeles, yo estoy de acuerdo, pero es que Luis no quiere”, asegura. De todos modos, la exalcaldesa afirma que seguirá ayudando a la ciudadanía de su pueblo. “Soy joven todavía para ayudar a la gente tan mayor que hay. Les he llevado a rehabilitación, abro las puertas del médico pronto para que no tengan que esperar en la calle. Todo esto lo seguiré haciendo”, remata.

Fuentes del entorno de Bellido, aludido por la ya exalcaldesa, puntualizan que lo que el político comentó fue que “no está en contra de las plantas de biogás, pero que para que se pudiese hacer esta tendría que apoyarlo Brihuega”. “En este caso el Ayuntamiento no estaba de acuerdo”, rematan.

Desde Brihuega, la postura contra la planta de biogás se dejó clara meses atrás a través de un extenso y firme comunicado en el que mostraban sus “reservas y cautelas” sobre este tipo de instalaciones. “Somos conscientes de que existen numerosos riesgos que pueden desvirtuar nuestros objetivos principales para nuestro desarrollo y poner en riesgo no solo nuestro modelo de municipio, sino poner en riesgo la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas”, resaltaba el texto y señalaban que la planta era “incompatible” con el proyecto de “desarrollo sostenible” que se construye en la zona. Los campos de lavanda son hoy uno de los principales motores económicos del pueblo.

En Brihuega no eran los únicos en contra de la instalación. Diferentes organizaciones se unieron en la plataforma Stop Biogás Romancos, que clamaban: “No lo queremos ni en la Alcarria ni en la Campiña”, dos de las comarcas más agrícolas de la provincia de Guadalajara.

Vecinos y vecinas de varias localidades -y también los alcaldes- mostraron hace meses su descontento con la idea, tras visitar otras similares, como la de Ólvega, en Soria. “Lo que hemos visto son torres y torres de pellets de las que no se pueden deshacer y abren zanjas para echar los líquidos residuales en balsas no impermeables”, explicaban a este medio desde la plataforma.

Rafael Esteban, secretario de Organización del PSOE provincial, explica que ha “costado suavizar” el ambiente en Romancos, pero que lo importante era evitar una “continua confrontación” entre quienes querían y quienes rechazaban la instalación de la planta. “Ha sido un periodo de mucho diálogo con la Alcaldía de Brihuega y espero que al final la decisión que hemos tomado desde el partido, venga a garantizar la estabilidad que todos necesitamos”, resalta. “No queremos confrontación de ningún tipo. Queremos que los tres sean la herramienta que usen la ciudadanía para salir adelante en todo lo que suponga la legislatura”, concluye el responsable político.

La ciudadanía de Romancos se ha enfrentado a un par de meses de incertidumbre, sin saber si saldrían adelante, por ejemplo, las fiestas patronales que se celebran en agosto. “Según estábamos... ni fiestas, ni nada”, explican desde la Asociación de Mujeres de la localidad. Para evitarlo, se han volcado a través de las redes sociales para poder llevarlas a cabo. “Queremos que el pueblo tenga vida, porque estar en la situación que estábamos es muy lamentable”, afirma la presidenta de la asociación, Carmen Cuevas. “Estamos unidos en lo que sea bien para el pueblo y se hace lo que sea”, concluye. “Nos pusimos de acuerdo y vamos adelante para que todo siga”.

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