La simulación militar donde el desembarco en España es la batalla final para ganar una guerra nuclear a Rusia

En 2035 la Organización de Naciones Unidas (ONU) acusa a Rusia de poner en peligro al mundo por investigar con armas atómicas y químicas “totalmente devastadoras”, lo que genera una reacción en cadena que convierte a España en el escenario del final de una guerra mundial. No es una novela ni una película de ficción futurista. Es el argumento con el que arranca el juevo de simulación militar que la empresa DefconMilsim, especializada en estos eventos, llevará a cabo en Escopete (Guadalajara) los próximos días 23 y 24 octubre.

Según ha informado el Ayuntamiento de la localidad y la propia compañía de eventos, esta historia forma parte de su trilogía 2021/2022 y repiten en los amplios terrenos del municipio habilitados para la ocasión.

El ‘briefing’ de la simulación militar detalla que la Operación 'Destellos del Cielo' es un plan preparado por Rusia desde hace años para provocar una guerra nuclear. Tras las supuestas maniobras de los rusos con armas atómicas, es Estados Unidos quien le declara la guerra y Alemania se une a Rusia en su defensa proporcionando tropas y carros de combate. “Rusia interrumpe el dispositivo de seguridad de la ONU y se dispone atacar”.

“El último intento”

“El mundo colisiona al recibir los primeros impactos de las bombas nucleares arrojadas desde Estados Unidos y Rusia”, prosigue la introducción; y llega un momento en que solo unos pocos comandantes y líderes de las potencias del mundo sobreviven para iniciar “la última batalla por tierra”. El punto estratégico es España, invadida por fuerzas rusas imponer su dominio como “la única superpotencia a nivel mundial y principales supervivientes de las armas atómicas”. Solo un desembarco en España entre la OTAN y el resto de países permitirá trazar “el último intento” con la guerra.

Defcon MilSim es una empresa que gestiona extensos terrenos orientados al escenario bélico correspondiente, diversos vehículos de tierra para el transporte de material y de las tropas, vehículos de respuesta para el combate, normalmente con ametralladoras ligeras (pick ups, willy, tanques, etc..) o vehículos de aire (helicópteros y otros). Estas simulaciones están cien por cien guionizadas, con roles específicos, organización, atrezzo y materiales de interactuación.

Esta actividad, por ejemplo, se desarrollará en casi 3.000 hectáreas de terreno de Escopete y tiene un aforo para 500 plazas, para las cuales hay que preinscribirse. Para participar hay que cumplir una serie de normas, como ajustarse al guion, portar réplicas de armas (las denominadas 'airsoft'), mantener en todo momento las gafas de protección ocular, no portar cuchillos ni puñales salvo los autorizadas de plástico ‘dummy’, tratar con respeto al resto de jugadores, llevar ropa de montaña y no consumir alcohol ni drogas.

Otras indicaciones de la organización es que debe respetarse la fauna y flora del terreno, no debe rebasarse la línea marcada del terreno en el mapa o tener cuidado con los posibles civiles. En caso de no cumplirse, los jugadores y su equipo pueden ser expulsados.

Para la organización previa de estos eventos, las empresas facilitan que los equipos se preparen con roles para cada persona: el primero al mando, el segundo al mando, operador de radio, posible médico, navegante, etc. Para ello destaca la necesidad de seguir la jerarquía de estos roles y evitar “hacerse un lío” en el campo de juego. Con este objetivo, durante las semanas previas, se envía a cada jefe de equipo, las escuadras asignadas y las misiones para su desarrollo.

Los juegos de simulación militar están actualmente muy de moda, debido a que se realizan al aire libre y ya se permiten los aforos necesarios para su celebración tras las restricciones por la COVID. Las empresas que se encargan de organizarlos utilizan técnicas mixtas de la simulación real, los vídeojuegos y la historia para crear sus guiones. Además, suelen ser muy estrictos en cuanto a las normas de seguridad, generando fidelización de jugadores en el tiempo.