¿Por qué 'revienta' el río Mundo? Una insólita explosión de agua que todavía estudian geólogos de todo el planeta

De la Cueva de los Chorros, en la Sierra albaceteña del Segura, surge el río Mundo, en el término municipal de Riópar. La cabecera de este río es un gran circo geológico, es decir, cuenta con paredes verticales que cierran en semicírculo el valle y que se ha formado a través de los siglos mediante una intensa fracturación de la roca. Está en el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima.

Tiene la belleza de los nacimientos de muchos ríos, del agua y de la vida, pero cuenta con una característica muy especial: su ‘reventón’. Porque dos o tres veces año, siempre después de varios días de intensas lluvias, los chorros de agua revientan literalmente. Con ello provoca espectaculares cascadas de casi 90 metros de caída. El río multiplica su caudal hasta mil veces y después se desagua en el acuífero en unos días.

Es un espectáculo tan especial como difícil de contemplar. Este año se ha producido los días 19 de enero y 26 de febrero, pero ocurre cada vez menos debido a la persistente sequía. Además, tan solo dura entre dos o tres días, como mucho.

Por eso cada nuevo ‘reventón’ es todo un acontecimiento que expertos geólogos de todo el mundo siguen estudiando, ya que su causa general está definida, pero todavía se siguen investigando los fenómenos concretos que provocan esa explosión hídrica.  

Está claro que el fenómeno es la salida de golpe de una gran cantidad de agua, provocando un asombroso paisaje de agua y luz de múltiples formas. Pero al tratarse de un hecho muy poco común en cuevas de origen kárstico (cuando el agua provoca la disolución de las rocas) no están claros los múltiples factores que confluyen para el ‘reventón’.

“Es un cúmulo de circunstancias, de lluvia, de temperatura y de viento, una unión de fuerzas como el deshielo, sobre todo con cambios de presión dentro de los sifones creados en el interior de las cuevas”, explican los guías turísticos de la zona.

Revienta más agua de la que llueve

El misterio, no obstante, sigue siendo cuándo se unen esas fuerzas, cuánto debe llover, cómo debe ser el viento y cómo contribuye la geomorfología en cada explosión. Y la duda más importante: por qué de la Cueva de los Chorros sale más agua en cada reventón de la que ha caído por la lluvia.

De cualquier forma este fenómeno hidrogeológico se produce en un paraje con un valor paisajístico propio que puede visitarse durante todo el año. De hecho, los Chorros del río Mundo son el punto más visitado del Parque Natural. La cueva tiene unos 50 kilómetros de profundi­dad explorados y la plataforma del Calar del Mundo más de 900 dolinas registradas.

El recorrido para los visitantes llega hasta el fondo del valle, donde se puede observar el nacimiento del río, precipitándose y formando una de las cascadas más espectaculares de España y pequeñas pozas llamadas calderetas. El agua cae desde más de 80 metros de altura.

El Ayuntamiento de Riópar informa de que el acceso al nacimiento del río Mundo es apto para todos los públicos, con una pequeña senda señalizada que parte del aparcamiento, siguiendo el curso del río, y una pista para personas con movilidad reducida lleva a los mismos pies de la cascada. También cuenta con un segundo mirador, a mayor altura y más cerca de la cascada, al que se llega por un sendero de cierta dificultad que hay que recorrer con precaución.

El acceso en vehículo al Nacimiento del Río Mundo está regulado y controlado por la normativa del Parque Natural durante las fechas de mayor afluencia, como fines de semana y determinados festivos, debiéndose abonar un peaje. El aparcamiento tiene una capacidad limitada, pudiendo llegar a completarse algunos días.

Por ello, cada vez más visitantes optan por hacer a pie esta peregrinación desde el aparcamiento del Puerto del Arenal, siempre gratuito y de mayor capacidad y accesibilidad. Este aparcamiento se encuentra situado a menos de un kilómetro de la salida al nacimiento. Desde aquí, al otro lado de la carretera, comienza un recorrido señalizado de 4 kilómetros que lleva a Los Chorros, empezando con un corto sendero seguido de una pista asfaltada que desciende hasta el fondo del valle.