Las heridas del Partido Popular en Castilla y León: fugas, cartas a Casado y nuevos proyectos
Para el Partido Popular en Castilla y León, los últimos cuatro años ha llegado plagados de cambios. Ahora que se acerca una nueva convocatoria electoral, a la que suman, de nuevo, unas elecciones generales a las municipales y autonómicas ya previstas para el mes de mayo, los movimientos están siendo constantes. Militantes destacados han abandonado las filas del Partido Popular y significativo es el caso de Valladolid, donde los enfrentamientos internados están dejando huella en varios de sus municipios.
La “pérdida de confianza” en el proyecto del Partido Popular es el argumento más extendido. El caso de la exconsejera y expresidenta de las Cortes de Catilla y León, Silvia Clemente, es el más llamativo. A su nombre se ha unido otros, que también se han dado de baja del partido después de años de militancia. La llegada de Pablo Casado a la Presidencia nacional del PP tras el proceso de primarias, la victoria de Alfonso Fernández Mañueco en un proceso similar en Castilla y León frente a Antonio Silván, y las primarias también que se celebraron en Valladolid, con Jesús Julio Carnero imponiéndose a Borja García Carvajal han motivado, según los dimitidos, esa pérdida de la fe en el proyecto popular.
A Alfonso Fernández Mañueco aludía directamente Silvia Clemente en aquella rueda de prensa que convocó con carácter de urgencia y en la que sorprendió a propios y extraños, a pesar de que mala sintonía con el presidente autonómico y, en general con la bancada popular en las Cortes, era ya algo evidente desde hacía tiempo. “Creí que Alfonso Fernández Mañueco podía dirigir el Partido Popular de Castilla y León y tener un buen proyecto, pero me equivoqué”, argumentaba Clemente en su comparecencia.
Salto a Ciudadanos y polémica
Leyó, sin contestar preguntas, una carta dirigida a los castellanos y leoneses, donde ya apuntaba, entre líneas, el paso siguiente. “En el proceso de renovación en Castilla y León, me pidió ayuda y se la di. Ahora sé que lo único que pretendía era que yo no me presentará a ese proceso de renovación”. Renovación es el argumento con el que Clemente cambio de bando, a pesar de las críticas que había ido vertiendo tiempo atrás contra Ciudadanos, el partido en el que ahora milita y desde donde ha pretendido dar el salto a la Presidencia de la Junta de Castilla y León en su proceso de primarias.
Un proceso salpicado por varios escándalos que ha ido desvelando este medio en estas últimas semanas con respecto a las obras del chalé de su marido o con las ayudas que se le habían concedido a la empresa de su cónyuge, con investigación judicial de por medio en búsqueda de los expedientes desaparecidos, algo que ha reconocido, incluso, la propia Junta de Castilla y León de la que formó parte como consejera legislaturas atrás.
El caso de Ávila
Y, de nuevo, pérdida de confianza en el Partido Popular fue lo que aludió también el presidente de la Diputación de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, para abandonar el partido, después de que no fuera él el candidato señalado por el Partido Popular para la Alcaldía de Ávila. Una decisión que tomó el presidente nacional del PP, Pablo Casado, diputado, precisamente, por esta provincia. La opción de Cabrera contaba con el respaldo de las direcciones provincial y autonómica, pero en un golpe de efecto de Génova, finalmente se apostó por una mujer para liderar la lista a la Alcaldía de Ávila, Sonsoles Sánchez Reyes.
Sánchez Cabrera anunció hace tan sólo unos días que ya había elegido destino. Será, ahora sí, candidato al Ayuntamiento de Ávila por una nueva formación política, ‘Por Ávila’, un partido que, precisamente, fundaron tres militantes del Partido Popular abulense que también se habían dado de baja del partido unas semanas antes.
Jesús Manuel Sánchez Cabrera se estrenó con polémica en el cargo de presidente de la Diputación de Ávila. Cuando todo estaba previsto para que Pablo Luis Gómez, candidato oficial, tomara posesión como máximo responsable de la institución, Sánchez Cabrera movió sus hilos para, a última hora, in extremis y con el pleno a punto de empezar, lograr los apoyos necesarios para erigirse él mismo como presidente, en contra de su propio compañero de partido, que se quedó compuesto y sin cargo.
Esa maniobra, que con el tiempo se le ha vuelto en contra al propio Sánchez Cabrera, conllevó una sanción: un año de suspensión de militancia, la sanción más mínima, según acordó a finales de 2015 el Comité de Derechos y Garantías del Partido Popular que presidía entonces el hoy presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. El ahora candidato a la Alcaldía de Ávila por la nueva formación política aseguró en su momento que su única intención al arrebatar la presidenta de la Diputación a su compañero de partido era “defender al Partido Popular”, formación que ahora abandona.
Las juntas locales de Valladolid se rebelan
En Valladolid, la situación de crisis abarca varios puntos de la provincia. La primera en dar el paso fuera del Partido Popular fue la alcaldesa de Zaratán, Susana Suárez que, en su caso, ha obtenido carné de militancia en la formación de ultraderecha Vox. Suárez llevaba militando en el PP desde el año 1993 y ha sido alcaldesa de este municipio del alfoz de Valladolid desde el año 2013. En su despedida fue tajante: “no reconozco dentro de esta formación, ninguno de los valores que una vez me movieron a formar parte de ella. Me invaden sentimientos de desánimo, desilusión y tristeza, al ver como se desmorona un proyecto político que una vez fue ilusionante, creíble y eficaz”.
La enemistad de Susana Suárez con el presidente provincial del Partido Popular, Jesús Julio Carnero, al que ha calificado de “cínico”, llevaba tiempo siendo manifiesta. Con la llegada al partido a nivel autonómico de Alfonso Fernández Mañueco, la regidora reconoció ver “un punto de luz”, pero lo cierto es que la situación no llegó a mejorar. “El Partido Popular, al menos en la provincia de Valladolid, se mueve y emite sonidos, pero está muerto”, afirmaba Suárez en el momento que anunció su dimisión, aludiendo a la “pérdida de votos” y al interés de Carnero, dijo, de “ningunear a concejales y a militantes”.
En Valladolid también, se encuentra el caso de Medina del Campo, donde la tensión entre el grupo de concejales y la Junta Local del Partido Popular se había fraguado ya desde el principio del actual mandato municipal. Tres de los ocho concejales del PP en este municipio se han ido del partido, igual que en los anteriores casos. Esta próxima semana anunciarán la fundación de un nuevo partido político a nivel local para “seguir luchando por los intereses de los medinenses y conseguir una ciudad moderna y del siglo XXI”, ha explicado a eldiario.es Olga Mohíno, hasta ahora portavoz del PP en el Ayuntamiento gobernado por el PSOE.
El mandato municipal comenzó ya con polémica, tras la dimisión del primer portavoz y de otros puestos de la lista, lo que llevó a reconfigurar el grupo municipal de la oposición, con Mohíno al frente. Durante todo ese tiempo, la relación con el presidente de la Junta Local del PP en Medina del Campo no ha sido buena, hasta el punto que el presidente provincial, Jesús Julio Carnero, estableció una figura de mediación, el alcalde de Matapozuelos, Conrado Íscar. Este regidor “desapareció” en el momento en el que Mohíno quiso dar un paso al frente y presentar sus credenciales para liderar la lista municipal a las próximas elecciones.
“Hemos estado tres años dando la cara, sin ningún tipo de apoyo, pero todo esto nos ha pillado con muchas ganas de trabajar”, ha explicado la ya expopular. Finalmente, la dirección provincial del partido ha apostado por otro nombre, el alcalde de Nava. “Nos hemos sentido utilizados de una manera muy poco elegante”, asegura Olga Mohíno, que ha asegurado que este clima de bajas del PP “ha empezado en Medina del Campo” pero que, en el caso de la provincia de Valladolid, “todo es por lo mismo”. Deja entrever que quienes no apoyaron a Carnero en las primarias en Valladolid ha contado con impedimentos.
Una carta para Pablo Casado
Zaratán, Medina del Campo, pero también Olmedo, Laguna de Duero, Arroyo de la Encomienda… En el Partido Popular de Valladolid el malestar con la dirección provincial se ha extendido en estos últimos tiempos, hasta el punto que la exalcaldesa de Zaratán, la portavoz en Medina y una exmilitante de Olmedo han enviado una carta a Pablo Casado, a la que ha tenido acceso este medio, para denunciar que estas juntas locales “llevan años arrastrando problemas” y las “divisiones se han ido acentuando” de forma paralela a los diferentes procesos de primarias que se han ido celebrando a todos los niveles.
“Hemos llegado a un punto en el que el PP de Valladolid prefiere perder elecciones antes que perder poder interno dentro del partido. Esto es así de triste, pero así de real”, afirman en esa carta, de la que tiene conocimiento el PP a nivel autonómico. Piden a Pablo Casado una reunión para explicar la situación, pero aseguran que todavía no han tenido respuesta.
Y de los que se van o se han ido, a los que se fueron y regresan, pero bajo otras siglas. En Ponferrada, Fátima López Placer, que llegó a ser vicepresidenta de la Diputación de León por el Partido Popular hasta 2006, ha anunciado su regreso a la política, de la mano de Vox, para optar a la Alcaldía de la capital del Bierzo. Eso sí, lo hace después de que, tras abandonar el PP, militara en otra formación política local, el Mass. En Zamora, del mismo modo que en Ávila, antiguos cargos del Partido Popular han creado ‘Por Zamora’, un partido localista integrado, entre otros, por el que fuera primer teniente de alcalde con Antonio Vázquez como alcalde, Ángel Macías, o el exedil con Rosa Valdeón, Ángel Luis Crespo.