Mañueco se reúne este martes con Tudanca, tras comprometerse a anular la reforma de la Atención Primaria que iba a imponer Ciudadanos en Castilla y León
El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se reunirá este martes con el líder del PSOE, Luis Tudanca, una vez que finalice el Pleno de las Cortes. Mañueco ha avanzado este lunes que el PP votaría a favor de una Proposición No de Ley para que la Junta retire el plan de reforma de la atención primaria que pretende llevar a cabo la Consejería de Sanidad, en manos de Ciudadanos. No sólo eso, también que está dispuesto a llegar a acuerdos con el PSOE. En la reunión se tratarán temas sanitarios y peticiones al Gobierno nacional.
La decisión del presidente podría suponer, si no la ruptura con su socio de Gobierno, el camino para iniciarla. El plan de reforma de atención primaria era el proyecto más ambicioso de la consejera, Verónica Casado, y lo presentó al inicio de la legislatura. Sus cambios pasaban por cerrar consultorios, reforzar la telemedicina y crear centros de salud que diesen servicio a varios pueblos a los que debían desplazarse los vecinos. La dificultad para llevar a cabo ese plan se puso de manifiesto desde el primer momento: Castilla y León tiene núcleos de población muy dispersos, una población muy envejecida en el medio rural y una escasa implantación de la banda ancha. La experiencia piloto se iba a llevar a cabo en la comarca de Aliste, en Zamora, pero la pandemia suspendió, en parte, el experimento. A pesar de todo, desde que arrancó la pandemia, muchos de los consultorios rurales no han reabierto sus puertas. En la práctica, los vecinos de los pueblos más pequeños se han quedado sin médico.
Pero la puesta en marcha de ese polémico plan se verá definitivamente interrumpida si el PP hace lo que ha anunciado. El momento político es el adecuado para Mañueco, que intenta sacudirse de encima a su socio político. Los procuradores de Ciudadanos abandonaron la bancada del hemiciclo casi en desbandada para reunirse con algunos parlamentarios del PP una vez que Mañueco hizo pública su intención, que desautoriza claramente a la consejera.
También hubo una furibunda reacción del vicepresidente, Francisco Igea, que calificó la política sanitaria de toda España como “una puñetera vergüenza”, marcada por las críticas de PP y PSOE frente a actitudes iguales en distintas comunidades.
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