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Las casas de apuestas suben un 184% en cuatro años en Castilla y León e irrumpen en el medio rural

Una casa de apuestas Sportium.

Alba Camazón

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“El juego da mucho dinero a coste cero para las Administraciones”, lamenta el presidente de la Asociación Salmantina de Jugadores de Azar Rehabilitados (Asaljar), Alberto R. V.. Y cada vez hay más casas de apuestas y locales de juego, por no hablar de los portales online. En los últimos años, el número de locales de apuestas en Castilla y León se ha incrementado en un 184% y ahora irrumpen en las zonas rurales. En la actualidad hay 142 establecimientos frente a los 50 locales autorizados en 2015, sin tener en cuenta los 20 bingos y los tres casinos que hay en la Comunidad.

Las casas de apuestas han salido de las capitales de provincia en busca de otro mercado: los pueblos. Municipios de menos de 10.000 habitantes como Guijuelo o Aguilar de Campoo cuentan con una casa de apuestas. La Junta de Castilla y León ha autorizado este tipo de establecimientos incluso en municipios como Quintana del Puente (Palencia), de 263 habitantes, según el último padrón. Este municipio no cuenta ni siquiera con un colegio propio, pero sí con un local de juego. Su alcaldesa, Yolanda Gutiérrez, asegura que no ha habido ningún problema en el pueblo y que sobre todo viene gente “de paso” o algún turista, sobre todo de Burgos y Palencia. La regidora cree que muchos de ellos se desplazan hasta Quintana para evitar que alguien cercano los reconozca.

“Es un poco alarmante”, señala Gutiérrez. El local de juego de Quintana del Puente está ubicado en un hotel a las afueras del pueblo, y muchos de los usuarios llegan en coches o incluso en furgonetas “llenas”. Eso sí, el local da trabajo a un par de jóvenes del pueblo, “y eso es un punto a su favor”.

En Cuéllar (Segovia), la casa de apuestas no fue recibida “con buenos ojos”. “Hubo cierta preocupación por un grueso de la sociedad bastante importante”, explica a eldiario.es el alcalde de este municipio de 9.583 habitantes, Carlos Fraile de Benito. Se colgaron carteles por la zona de forma anónima y enfrente del local se pintó 'No a las casas de apuestas'. “Eso se tapó y a día de hoy existe cierta indiferencia, con tampoco excesivo público”, añade.

En Toro (8.713 habitantes, en Zamora) también hay un local de apuestas y su alcalde, Tomás del Bien, no recuerda ninguna queja muy llamativa salvo alguna “escaramuza” entre usuarios “que podían haberse producido ahí o en cualquier otro sitio”. Del Bien ve “preocupante” la proliferación de establecimientos de este tipo y su llegada a municipios más pequeños. “Es un sector que no está lo suficientemente regulado e incita a una enfermedad. Está muy poco controlado en Castilla y León, y parece que el Gobierno central va a empezar a organizarlo”, indica. Así, el sector del juego continúa creciendo como una burbuja. “En pocos años más de la mitad cerrarán porque no hay tanto mercado. Pero por el camino se van a llevar todo lo que pueden”, lamenta el presidente de la Asociación de Jugadores Patológicos Rehabilitados de Valladolid (Ajupareva), Ángel Aranzana.

En muchas provincias ni siquiera hay una asociación de jugadores rehabilitados, como es el caso de Zamora o Segovia. “Aquí viene gente de Zamora, Ávila, el norte de Extremadura e incluso tenemos algún caso de Palencia”, explica el presidente de la salmantina Asaljar. En Segovia, la asociación de alcohólicos rehabilitados está intentando crear una homóloga sobre ludopatía porque, a menudo, son adicciones simultáneas.

Alcohol y apuestas

“Una persona con adicción al alcohol tiene una mayor probabilidad de acabar apostando”, explica la psicóloga de la organización segoviana, Aldona Ziaja. “Van al mismo sitio, al bar a consumir alcohol y a apostar. Está asociado a trastornos afectivos como la depresión o la ansiedad. Esta persona se siente sola, aislada, tiene problemas familiares y deudas... Y piensa: 'Voy a intentar recuperar el dinero, a ver si hay suerte'. Es la primera distorsión cognitiva y pierden todavía más”, señala a eldiario.es esta psicóloga, que lamenta que estos adictos busquen “una forma de evadirse, intentar solucionar sus problemas y matar la soledad y el vacío de forma errónea”.

Y entonces empieza el círculo vicioso. “Lo peor que le puede pasar a un adolescente es ganar al principio, porque si pierden se cansan. Los adolescentes y jóvenes se habitúan al placer inmediato que proporciona el subidón de adrenalina por las apuestas. Venden cosas suyas, de su familia, les roban la tarjeta a sus padres...”, explica a eldiario.es el Psicólogo de la Universidad de Salamanca José Antonio Martín Herrero, especializado en adicciones entre adolescentes. “La adicción al juego es igual que con el consumo de cocaína, se estimulan los mismos neurotransmisores, las mismas partes del cerebro”, agrega Martín Herrero, quien lamenta la práctica ausencia de control sobre el sector de las apuestas, cada vez más pujante a costa de los adictos“. Los ludópatas continúan apostando incluso cuando se quedan sin dinero. ”Cuando la gente pierde el control, apuesta a da igual qué, el ping pong de Taiwán, por ejemplo. Le da lo mismo“, señala el presidente de Ajupareva.

Los que son más mayores acuden a préstamos rápidos (como Cofidis o Bivus) y se endeudan todavía más. “Tiene que haber un control, no puede ser tan fácil pedirlo porque se sabe que muchas son deudas de juego y empiezan prácticamente a usurar”, sentencia el presidente de la asociación Asaljar. Además, la adicción es más rápida en el caso de las casas de apuestas: entre 3 y 8 meses frente a los 4 o 5 años que se tardaba antes en convertirse en ludópata por las tragaperras.

Otro tipo de adicciones son controlables mediante tests médicos, algo que no sirve para la ludopatía. Ziaja explica que el tratamiento de los adictos a las apuestas es muy parecido al de los alcohólicos: registros de gastos, bloqueo de cuentas... Pero también tiene sus particularidades, como el acceso por internet, 365 días al año y 24 horas al día; algo que juega en contra de los menores. “Puedes controlar los móviles, pero se las saben todas. Dominan mucho más las nuevas tecnologías, así que borran los historiales, quitan el bloqueo parental... Y mientras tanto, la Administración no acompaña con una legislación específica y estricta. Estos niños crecen y son los adictos del futuro”, protesta este psicólogo, que cada vez atiende a más menores ludópatas. “La mayoría vienen a las asociaciones obligados por la familia con un descalabro económico tremendo. Son muy pocos los que se dan cuenta del problema que tienen”, lamenta el presidente de la asociación de jugadores rehabilitados de Valladolid.

“El incremento es muy evidente. Hace unos diez años trabajaba en Proyecto Hombre y abrimos un programa para las adicciones entre los adolescentes. Tuvimos que cerrarlo por falta de niños. Mis pacientes se han multiplicado por 50 o 60. Hoy juegan todos los niños y adolescentes”, lamenta el psicólogo Martín Herrero, que destaca la tasa de recaída “altísima” porque muchas familias se confían. “Hay que reeducar al menor y a la familia”.

En la asociación de jugadores rehabilitados de Valladolid han detectado que caen algunos estudiantes de ADE, Matemáticas, Estadística... “Creen que saben mucho pero no cuentan con el azar y se terminan enganchando”, explica su presidente, Ángel Aranzana.

Por este motivo, la Junta de Castilla y León ha creado de la Mesa del Juego Responsable para dar voz a todos los implicados y adaptar la nueva normativa a la realidad social. También pretende poner el foco en la protección de los menores y las personas más vulnerables.

“Apuestan a la hora del recreo”

La Junta de Castilla y León fija en cien metros la distancia mínima entre un centro escolar y una casa o salón de apuestas. Una distancia que en algunas ocasiones no se cumple porque no se tiene en cuenta la puerta del patio, por ejemplo. “Utilizan artilugios legales, y luego hay a lo mejor dos casas de apuestas en 50 metros”, explican desde la asociación de jugadores rehabilitados de Salamanca.

El psicólogo Martín Herrero explica que el límite de 100 metros “no funciona”. Él explica que tiene un paciente que acude a un centro educativo: “Van a apostar a la hora del recreo, de 11 a 11.30 horas. Y en otros casos ni siquiera está tan lejos”. Por este motivo algunas asociaciones vecinales se están movilizando, para intentar concienciar a los más jóvenes.

“Lo mejor es que un joven de su edad haga esa labor y les dé charlas junto con profesionales y asociaciones, para que no piensen 'ya viene el tío este dándome la vara'”, explica desde la asociación de vecinos de Rondilla (Valladolid) Miguel Ángel Niño. El presidente de esta organización valora positivamente el apoyo recibido por el barrio“. En Salamanca se celebró una concentración en contra de las casas de apuestas el fin de semana pasado, y en Gamonal (Burgos), se manifiestan una vez a la semana frente a una futura casa de apuestas para intentar presionar y evitar que haya un cuarto establecimiento en el barrio. ”Mientras no haya una regulación, cada vez habrá más salas, y hacen un daño increíble“, apunta el presidente de la asociación Eras de Gamonal, Francisco Cabrerizo.

La preocupación en la sociedad aumenta, y el número de casas de apuestas, también. Poco importa dónde, montan franquicias como si fueran tiendas de ropa; primero en las capitales de provincia y luego en otras ciudades grandes. En los pueblos ya han irrumpido. Doce municipios de menos de 10.000 habitantes ya cuentan con un local de juegos.

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