La Universidad de Valladolid pide que la madre de la médica más joven fallecida por coronavirus recoja el premio Princesa de Asturias
El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, ha solicitado que la madre de Sara Bravo, exalumna de Medicina de la UVa fallecida por coronavirus con 28 años recoja el premio Princesa de Asturias. Así se lo ha remitido el rector a la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo.
La iniciativa partió de algunos profesores como Ignacio Rosell -que forma parte del comité de expertos de la Junta de Castilla y León-, y en los últimos días se han sumado otros profesionales sanitarios que lamentan la muerte de Sara Bravo, la médica más joven que ha fallecido.
El rector se hace eco de una petición del claustro de profesores de la Facultad de Medicina y que “hace propia”: solicita que entre el grupo de personas que recoja el premio Princesa de Asturias de la Concordia se encuentre la madre de la exalumna fallecida por coronavirus. Sara Bravo, de 28 años y de origen zamorano, había estudiado en la Universidad de Valladolid hasta 2015 y estaba trabajando en Cuenca.
“Era una persona absolutamente vocacional, su pasión desde niña fue ser médica para ayudar a los demás”, recuerda el rector en la carta, a la que ha tenido acceso eldiario.es. Sara aceptó un cambio de turno de guardia en un centro de salud Mota del Cuervo (Cuenca), en el que atendió a unos jóvenes que presentaban síntomas compatibles con la COVID-19.
Dos días después de haber estado expuesta al virus, se dirigió al hospital, pensando que le recetarían algún medicamento y haría cuarentena en casa. Pero en el hospital decidieron ingresarla y días después falleció. Tenía 28 años, es la profesional sanitaria más joven en fallecer por esta enfermedad. Sara Bravo falleció en el hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
“Sara Bravo no es solo la más joven de los médicos fallecidos. Para muchos se ha convertido en un referente de la lucha de los profesionales de la salud para combatir la pandemia de la primera línea, incluso sin disponer aún del material de protección necesario y también representa a los enfermos, al fallecer en soledad”, reflexiona el rector de la Universidad de Valladolid.
“Por ello creemos que sería un hermoso gesto que su madre, que tanto ha sufrido y sufre tan dolorosa pérdida, forme parte del grupo de personas que recojan tan merecido premio”, insta Largo Cabrerizo en la misiva.
En declaraciones a eldiario.es, el rector asegura que sería un “bonito gesto” que la madre de Sara estuviera entre las invitadas. “Creemos que Sara simboliza muy bien los valores de la profesión sanitaria y esperamos que la iniciativa sea acogida con cariño y receptividad por la Fundación”. La carta fue enviada este lunes y todavía no ha habido una respuesta por parte de la Fundación Princesa de Asturias, aunque Largo Cabrerizo confía en la “sensibilidad” de la institución.
En Castilla y León han fallecido cinco profesionales de Sanidad: Isabel Muñoz, Antonio Gutiérrez, Luis Fernando Mateos, Marisol Sacristán y Yolanda Hernando. Ellos vivían en Castilla y León, pero a esa lista habría que sumar a Sara Bravo, aunque viviera en Castilla-La Mancha.
Los tres médicos de Atención Primaria fallecidos por COVID-19 darán nombre a los centros de salud en los que trabajaban y se colocarán unas placas conmemorativas para recordar a la sociedad “su dedicación y profesionalidad” pero también “lo que esta pandemia nos ha arrebatado”, según informó la consejera de Sanidad, Verónica Casado.
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