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La alargada sombra de los valores del Santander

Ainhoa Díaz Borges

Centre Delàs d'Estudis per la Pau —

Emilio Botín, Presidente del Banco Santander, defendió la solidez y liquidez de su entidad ante la Junta General de Accionistas 2014. Sin embargo, volvió a negar la evidencia y no dio explicaciones sobre una realidad, hasta ahora, inmutable: el Santander es el segundo mayor inversor español en empresas productoras de armas.

Los negocios del Banco Santander tienen una cara oscura que sus clientes desconocen. Para entender el positivo balance que presentó Emilio Botín en Junta General de Accionistas es necesario explicar ciertos asuntos opacos y para ello estuvieron presentes dos activistas de la campaña. El pasado 28 de marzo, ambas acudieron al Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander para hablar a los asistentes sobre los negocios controvertidos que el presidente omite y, un año más, niega —a pesar de que la polémica ha trascendido en varios casos a los medios de comunicación—.

En esta ocasión, las activistas intervinieron como representantes de 122.593 acciones cedidas a la Campaña Banco Santander sin armas, promovida por el Centro Delàs d'Estudios para la Paz, Setem, ODG —Observatorio de la Deuda en la Globalización— y el Colectivo RETS —Respuestas a las Empresas Transnacionales—.

La primera intervención, a cargo de María de Lluc Bagur, pidió cuentas sobre los 1.323 millones de euros en créditos y bonos concedidos por el Banco Santander a empresas de armamento hasta ahora, como General Dynamics —perpetrador del misil de largo alcance BGM-109 y abastecedor de armas a Arabia Saudí—, Honeywell International —implicada en armas con capacidad termonuclear como Trident II— o MAXAM —entidad española anteriormente fabricante de minas y municiones en racimo a través de sus filiales, FAEX y EXPAL—. Asimismo, la activista denunció los 3,06 millones de euros que recibió en 2013 Boeing —el segundo mayor fabricante del mundo de aviones y abastecedor de helicópteros al ejército de Israel, sin importar lo más mínimo las vidas que se cobra el conflicto árabe-israelí—.

Posteriormente, Ainhoa Díaz pidió explicaciones sobre los negocios controvertidos que el Banco Santander tiene en India y Brasil. Primero, el Proyecto Jaitapur a cargo del gigante nuclear francés AREVA, al que el banco presidido por Emilio Botín ha dado 500 millones de euros junto con otras entidades para construir la mayor central nuclear del mundo en una zona con un gran peligro sísmico y donde viven granjeros y pescadores indios. Segundo, el Banco Santander es tristemente conocido por admitir que ha financiado el Proyecto de las represas del Río Madera en Brasil —en torno al que ha habido controversia pública desde 2011—, que amenaza tanto la selva amazónica como los asentamientos de indígenas y pueblos pesqueros de la zona.

Tras las intervenciones, Emilio Botín respondió con la proyección de un vídeo promocional sobre las inversiones del Banco Santander y respecto a las inversiones controvertidas su respuesta fue la habitual: “El Banco Santander respeta totalmente las convenciones a nivel internacional y los tratados de no proliferación y estamos completamente en norma con los reguladores en este asunto”.

En definitiva, Emilio Botín sigue en su línea y niega la evidencia; a pesar de que sus tratos con Boeing y su implicación en los proyectos de Jaitapur y Río Madera no son un secreto.

Mientras esto siga sucediendo, el activismo accionarial seguirá presente con el objetivo de despertar cada vez más conciencias sobre un asunto que ya no es tan desconocido para la sociedad civil.

Emilio Botín, Presidente del Banco Santander, defendió la solidez y liquidez de su entidad ante la Junta General de Accionistas 2014. Sin embargo, volvió a negar la evidencia y no dio explicaciones sobre una realidad, hasta ahora, inmutable: el Santander es el segundo mayor inversor español en empresas productoras de armas.

Los negocios del Banco Santander tienen una cara oscura que sus clientes desconocen. Para entender el positivo balance que presentó Emilio Botín en Junta General de Accionistas es necesario explicar ciertos asuntos opacos y para ello estuvieron presentes dos activistas de la campaña. El pasado 28 de marzo, ambas acudieron al Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander para hablar a los asistentes sobre los negocios controvertidos que el presidente omite y, un año más, niega —a pesar de que la polémica ha trascendido en varios casos a los medios de comunicación—.