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Collboni se queda solo y no logra aprobar sus planes fiscales para Barcelona

Imagen de archivo del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. EFE/ J. P. Gandul

Pau Rodríguez

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Se confirma el primer gran revés de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona. Si hace unos días tuvo que retirar su proyecto de Presupuestos por falta de apoyos, este viernes ha visto como toda la oposición en pleno le tumbaba su propuesta de ordenanzas fiscales. Los 10 concejales del PSC se han quedado solos y solo han logrado recabar el sí de PP y Vox a su modificación de la ordenanza de terrazas, aunque tampoco ha sido suficiente para aprobarlas. 

El proyecto fiscal de Collboni no suponía ningún cambio en materia impositiva para los ciudadanos. Sus grandes novedades eran dos. Por un lado, un incremento de la tasa turística para cruceros de corta estancia y para pisos turísticos, de 3,25 a 4 euros. Del otro, el fin de la bonificación por el covid de la tasa de terrazas, pero a cambio de rebajar la recaudación sustancialmente respecto al plan aprobado –pero que no se llegó a aplicar– por Ada Colau en 2019. 

Tras la votación, el teniente de alcaldía del Área de Economía, Jordi Valls, ha confirmado que ahora ya no queda margen para revisar las ordenanzas y que, por lo tanto, se prorrogarán las actuales para 2024. Pero al mismo tiempo ha dejado la puerta abierta a buscar otras vías para sacar adelante su propuesta para las terrazas. “Tenemos que ver si encontramos otro tipo de soluciones”, se ha limitado a afirmar. Poco después, el concejal de Junts Ramon Tremosa ha propuesto hacerlo a través de un pleno extraordinario que prorrogue la bonificación actual, que es del 75%.

Con su propuesta fiscal, el PSC no ha sido capaz de atar ninguna de las dos principales mayorías que puede dibujar en el plenario. A la izquierda, los Comuns y ERC han considerado su proyecto demasiado tímido en cuanto a recaudación por impuestos. Al otro lado, Junts, con quien los socialistas ya sumarían 21 de 40 concejales, también le ha dado la espalda por no plantear el Gobierno municipal ninguna rebaja fiscal, por ejemplo el 2% del IBI que ellos pedían. Tanto unos como otros, eso sí, le han reprochado a Collboni haber presentado las ordenanzas con prisas y sin ánimo negociador, algo que la parte socialista niega. 

Valls ha recriminado a la oposición “falta de responsabilidad”. Y, dirigiéndose concretamente a los partidos de izquierdas, les ha echado en cara que no hayan votado a favor de una propuesta que planteaba mayor presión fiscal a actividades turísticas. 

En cuanto a las terrazas, la propuesta del PSC, pactada con el Gremio de Restauradores, consistía en una modificación del cálculo respecto a las ordenanzas elaboradas por el Gobierno de Colau en 2019 y que nunca se llegaron a desplegar por la pandemia. Esas tasas, que ahora serán las vigentes si el PSC no encuentra la fórmula para evitarlo, tenían al sector en contra porque suponían una recaudación de hasta 8 millones de euros. Luego vino el covid y se bonificó al 75% el impuesto, lo que generó para las arcas municipales unos ingresos de 2 millones hasta el ejercicio anterior. Ahora el PSC ponía fin a esa exención parcial pero con una propuesta muy inferior a la de 2019, que recaudaría 4,6 millones

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