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Catalunya pide a la Justicia el toque de queda y prohibir reuniones de más de 10 personas por Navidad

Realización de pruebas COVID en un ambulatorio de Barcelona

Oriol Solé Altimira / Pau Rodríguez

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Vuelven las restricciones a Catalunya. Y de las que, si la Justicia lo aprueba, limitarán los derechos fundamentales de la ciudadanía. La Generalitat ha anunciado este lunes que pedirá al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) la vuelta del toque de queda nocturno en los municipios con mayor incidencia y la prohibición de reuniones de más de 10 personas. La intención del Govern es que las nuevas limitaciones ya estén en vigor el viernes, víspera de Navidad, y duren un mínimo de 15 días, es decir, todas las fiestas.

Hay más. El Govern ha decidido cerrar las discotecas y el ocio nocturno. Vuelven también las restricciones de aforo en bares y restaurantes (50% en interiores, se mantiene el 100% solo en las terrazas) y comercios, gimnasios, cines y teatros (70%). Estas limitaciones no requieren de aval judicial pero el Govern quiere que entren en vigor también el viernes. Las nuevas medidas se suman a la reintroducción desde este lunes de la cuarentena obligatoria para todos los contactos estrechos de positivos, sean o no de la nueva variante ómicron.

“El Govern es consciente del impacto social, emocional y económico de estas medidas en fechas tan señaladas, pero hace falta ser realistas: estamos peor que hace un año”, ha afirmado en rueda de prensa la portavoz del Govern, Patricia Plaja, acompañada del conseller de Salud, Josep Maria Argimon, y la secretaria de Salud Pública, Carmen Cabezas. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, no ha comparecido ante la prensa para anunciar las medidas y únicamente se ha expresado a través de Twitter.

No ha detallado el Govern sobre qué municipios se aplicará el toque de queda ni la tasa de incidencia que empleará como umbral para reclamarlo. El TSJC ya advirtió en verano de que el toque de queda no podía ser generalizado en toda la comunidad, sino limitado a los municipios con mayor impacto del virus. Si se coge como baremo la incidencia empleada en julio, 400 casos por cada 100.000 habitantes en 7 días, ahora entrarían en el umbral Barcelona (445,70), Girona (556,09) y Lleida (433,83), pero no Tarragona (300,21).

“Son medidas difíciles pero necesarias”, ha remarcado Argimon, que ha hecho hincapié en la necesidad de “rebajar la inflamación de las tasas de contagio” por su repercusión en el sistema sanitario. “Mucha gente pensará que esto es un nunca acabar, pero les aseguro que esto terminará e iremos hacia una nueva normalidad de convivir con el virus” ha aseverado el titular de Salud. Con todo, Argimon ha abogado por no suspender las cabalgatas de Reyes.

El Govern opta así por la vuelta a medidas duras después de que desaparecieran todas las restricciones tras el verano. Hasta ahora la única limitación era el pasaporte COVID (del que dispone la mayoría de la población gracias a las altas tasas de vacunación) para entrar en restaurantes, discotecas, gimnasios y residencias.

La Generalitat ha decidido adoptar estas restricciones a dos días de la reunión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con todos los líderes autonómicos para estudiar nuevas medidas contra el avance de la sexta ola. Sánchez expresó su voluntad de que se adoptaran medidas compartidas con el consenso de todas las comunidades autónomas, pero la Generalitat ha optado por no esperar ante el avance desbocado de la pandemia. Según Argimon, la urgencia responde a que en una semana se han doblado los nuevos positivos.

La variante ómicron ha provocado una explosión de contagios, que se vuelve a notar en las hospitalizaciones e ingresos en la UCI, además de en la saturación de la Atención Primaria. En Catalunya a los contactos estrechos ya no se les realizará un test si no tienen síntomas.

La nueva variante ha causado que la epidemia avance sin control en Catalunya, con una incidencia acumulada a 14 días de 493 casos por cada 100.000 habitantes, casi 25.000 nuevos contagios a la semana, y una mortalidad que crece con una decena de fallecidos diarios. A fecha de 16 de diciembre, la incidencia acumulada a siete días en Catalunya es de 456,73 casos por cada 100.000 habitantes (la semana anterior era de 256,14).

La presión hospitalaria sigue aumentado: este lunes hay 1.280 hospitalizados con COVID-19, 136 más que este domingo, y las UCI han sumado tres nuevos ingresados, hasta los 310. Las proyecciones tampoco invitan al optimismo. El grupo de biología computacional BIOCOMSC, de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), estima que Catalunya terminará el año con entorno a 400 personas en la UCI, que podrían superar al medio millar por Reyes.

Hace un año había 326 ingresados con COVID-19 en las UCI de los hospitales catalanes, cifra que subió a 333 el día de Navidad, pero que se incrementó en enero hasta un pico en aquella ola de 731 el 2 de febrero.

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