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Sobre este blog

“I believe that clear thinking and clear statement, accuracy and fairness are fundamental to good journalism”.

Walter Williams, 1914.

Degà de la primera escola universitària de periodisme a Columbia Missouri (EUA)

Estar o no estar allí

Jaume Guillamet

Siempre que se produce una gran noticia -positiva o negativa, prevista o imprevista- los medios han de decidir si quieren estar presentes o no en el escenario de los hechos, aunque sea lejos. A poco que se pueda, la opción de la mayoría siempre es ir, estar presentes.

Hay que estar en el lugar donde se produce la noticia, dice una vieja máxima del oficio. Y es una vieja costumbre, que en los últimos años se ha acentuado más allá de las necesidades informativas. En muchos casos, la presencia en el lugar de los hechos no garantiza la obtención de informaciones de especial interés, que no puedan llegar a través de las agencias u otros servicios convenidos. Pero se quiere estar allí. Se quiere que el público aprecie esta presencia, como prueba de la agilidad y competitividad del medio.

Parece que lo importante es estar allí. La cobertura en directo de los grandes eventos se ha convertido en una necesidad, aunque no aporte novedades sustanciales a la información. Lo importante es estar ahí, hasta el punto que se desplazan también presentadores de noticiarios y magazines de radio y televisión a hacer sus programas desde allí.

Forma parte del espectáculo de la información, que entre las seis circunstancias de la noticia -qué, quién, dónde, cuándo, cómo y por qué- da mucha importancia al quién y al cómo, a los protagonismos y las maneras. A la prevalencia del periodismo del quién del que hablábamos en un artículo reciente, se añade la moda del periodismo del cómo. La pregunta “¿cómo ha vivido usted este hecho?” ya se ha convertido en un tópico de las entrevistas de ocasión.

En casos con fuerte carga dramática como el del avión estrellado en los Alpes con 150 personas a bordo, se ha llegado a hablar de un circo mediático instalado sobre las pequeñas poblaciones montañosas de la zona, con periodistas de innumerables medios y países. Para los medios españoles y alemanes ha habido el vínculo con el origen de la mayoría de víctimas, pero en otros casos, ¿a qué viene tanto despliegue? Este afán agudo de personalizar la información por parte de periódicos y cadenas, ¿que más aporta al interés público?

Se han planteado también cuestiones importantes en relación a la protección de las víctimas y de sus familiares. Incluso en relación al copiloto sospechoso de ser el causante y su familia. En ocasiones, ni los medios más serios han acabado de resolverlas bien al abordar aspectos personales más allá de unos límites razonables.

La reiteración de imágenes, hipótesis y elucubraciones ha alcanzado límites extenuantes. Ha sido paradójico asistir, en algunos casos, a debates sobre su oportunidad e idoneidad, que no hacían sino acentuar la. Todo por la presión de la competencia, que es muy fuerte y se lleva a un exceso de información, repetitiva y especulativa.

A menudo, se habla de la baja inversión de los medios en la elaboración de información propia y profunda sobre cuestiones y problemas esenciales. Esto hace que la información cotidiana sea pobre y dependiente de los servicios de agencias, de los gabinetes de comunicación y de la agenda política. Los recursos excepcionales destinados a grandes coberturas de momentos dramáticos, no lo mejoran mucho. Son esfuerzos dignos de mejor causa que la mera presión de la competencia.

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“I believe that clear thinking and clear statement, accuracy and fairness are fundamental to good journalism”.

Walter Williams, 1914.

Degà de la primera escola universitària de periodisme a Columbia Missouri (EUA)

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