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ENTREVISTA
Presidenta del Cercle d'Economia

Teresa Garcia-Milà: “Se pone el foco en que si algo es bueno para Catalunya será malo para el resto, y no es así”

Teresa Garcia-Milà

Serafí del Arco

Barcelona —
16 de julio de 2025 22:06 h

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Teresa Garcia-Milà (Barcelona, 1955) quita hierro a que sea la primera mujer que preside el Cercle d'Economia en sus 67 años de historia. “Bienvenido sea, para mi es un honor presidir el Cercle”, asegura esta economista y profesora de Economía en la Pompeu Fabra, licenciada en la Universidad de Barcelona en 1977 y doctorada diez años después por la prestigiosa Universidad de Minnesota. Cogió el testigo hace tres semanas de manos de Jaume Guardiola, quien ha liderado en los tres últimos años este influyente think tank, que, a través de unas elaboradas notas de opinión, expresa su parecer sobre asuntos como la vivienda, la productividad o la financiación autonómica, con la mirada puesta en el conjunto de España.

¿Qué le parece el acuerdo sobre la nueva financiación autonómica?

Tiene puntos positivos y otros que no han confirmado lo que esperábamos. Entre los primeros, supone un paso adelante que el acuerdo sea entre gobiernos, no entre partidos, y queda bastante explícito que hay una mejora en la capacidad normativa de las comunidades autónomas y de Catalunya. El tema de la ordinalidad ha quedado desdibujado porque está en el preámbulo, pero no hay acuerdo, lo que me ha sorprendido porque hay un consenso en el mundo académico. Y me sorprende que el Gobierno no se haya atrevido a ser más explícito porque la ordinalidad beneficia a muchas comunidades autónomas.

En el modelo actual, las transferencias, que no tienen ninguna racionalidad, desvirtúan el orden. Es verdad que con el nuevo modelo algunas comunidades cambiarían de posición, pero no necesariamente perderían recursos, puesto que está pendiente la aportación del Estado. Las competencias de las comunidades (sanidad, educación y servicios sociales) son las que más crecen en gastos y los recursos han ido divergiendo a favor del Estado. Esto hay que arreglarlo y, cuando se haga, todas las comunidades autónomas tendrán más recursos y será la oportunidad de ordenar según el criterio de que quien más recaude también sea quien más reciba, después de contribuir a la solidaridad. Es una demanda no sólo de Catalunya, sino de otras comunidades autónomas. Al acuerdo también le echo en falta más concreción, por ejemplo, entre la distribución de los tributos entre los dos niveles de administración.

¿El Estado debe aportar más dinero al sistema?

Los recursos que se recaudan globalmente se tienen que distribuir de manera diferente. El Estado, o tendrá que gastar menos o hacer una aportación mayor. Ha habido recaudaciones superiores en algunos impuestos y casi siempre han ido a favor del Estado.

¿Siendo un acuerdo en que todas las comunidades pueden ganar a pesar de su inconcreción, cómo se explica las furibundas críticas que ha suscitado entre la mayoría de comunidades?

El modelo acordado está haciendo una propuesta en la que todas las comunidades autónomas tendrían la posibilidad de recaudar más y de tener mayor capacidad normativa, por lo que no entiendo esta reacción tan negativa. Creo que no se está entendiendo el tema de la ordinalidad, se focaliza mucho la discusión en que, si Catalunya tiene este modelo y es bueno para la comunidad, será malo para el resto y eso no es así. Catalunya está ayudando a definir un modelo que sería mejor que el actual y acabará siendo aplicado por todas las comunidades autónomas, todas saldrán ganando. Así es como yo lo veo.

Una de las críticas más furiosas procede de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El Cercle sostiene que se trata de una comunidad con una singularidad propia que, según una de sus notas de opinión, al beneficiarse de la capitalidad, “lleva a cabo políticas de competencia fiscal que exacerba la desigualdad territorial en perjuicio del conjunto de España”.

Me sorprende dentro del contexto general y en particular de Madrid porque, si se hace un modelo de solidaridad en el que se respeta la ordinalidad, Madrid sale ganando.

¿A qué atribuye entonces estas críticas?

Es un tema político y no me meto.

¿Cree que el modelo de financiamiento que se acabe pactando debería tener en cuenta esta singularidad de Madrid, a modo de distrito federal?

Creo que es difícil plantearlo. Muchos países tienen la capital separada del sistema y, por tanto, se podría estudiar, pero ni yo ni el Cercle lo hemos hecho, así que no puedo pronunciarme al respecto. Desde un punto de vista de federalismo fiscal, tiene mucho sentido tratar a la capital de una manera distinta, pero no creo que aquí tenga viabilidad.

¿Por qué no?

Supongo que porque se vería como otra asimetría. No lo he pensado en profundidad y no me gustaría posicionarme, pero creo que tendría sentido pensarlo, pero en función del entorno y de cómo se plantee, puede crear más dificultades que facilidades para acordar un nuevo modelo. Creo que lo que interesa a todas las comunidades es tener un nuevo modelo de financiación, con unos buenos parámetros, racionales, que respondan a unos objetivos económicos que estén bien definidos. Y quizás eso lo retrasaría aún más.

Garcia-Milà en un momento de la entrevista

¿Cómo ve el clima político en España? ¿Le preocupa?

El Cercle no se ha posicionado al respecto porque nosotros intentamos analizar temas económicos y sociales, que vayan en una cierta línea y que tengan viabilidad dentro del contexto político. Por lo tanto, el contexto político es el que es, hay un Parlamento con una composición determinada. Nos interesa que aquellas aspiraciones que tenemos de progreso, como la financiación, la vivienda, las infraestructuras, en el caso de Catalunya, salgan adelante.

¿Qué costes económicos tiene la confrontación y la crispación permanente?

Los tiene, por supuesto. De entrada porque retrasa decisiones. Si hay una mayoría parlamentaria clara es más fácil que salgan; si no, nos lleva más tiempo. Decisiones que redundan claramente en mejoras económicas o sociales suponen largas discusiones porque se pone el elemento político en medio.

Entre las medidas que anunció Pedro Sánchez para combatir la corrupción, incluyó un sistema de exclusión para impedir que las empresas condenadas por corrupción puedan seguir siendo contratadas por la Administración. ¿Le parece bien?

Hay otros países que tienen estas medidas. Me parece una medida razonable y positiva, sobre todo porque desincentiva a las empresas a que tengan este tipo de actuaciones.

Sería mejor tener presupuestos, pero sin ellos no se para el país

¿Puede un país funcionar sin presupuestos?

Hemos estado funcionando sin presupuestos. Hay países que han funcionado incluso sin gobierno durante un año [Bélgica] y no ha pasado nada. Por suerte, existe una maquinaria, gente en la base que trabaja día a día, que sacan el país adelante. Obviamente, los políticos toman grandes decisiones, no les quito valor. Hay fórmulas para avanzar sin presupuestos y las han utilizado. Sería mejor tenerlos aprobados, por supuesto, pero no tenerlos no para el país, como mucho dificulta que avance más rápido.

¿Cómo ve la economía española y cuáles son las principales preocupaciones del Cercle?

El país va bien y crece a un buen ritmo, más que muchos países de nuestro entorno. Pero es cierto que también crecemos en el denominador, en población y en gente que trabaja. Por tanto, la productividad y la renta per capita no han progresado como deberían. Por eso hemos lanzado la Iniciativa para la Productividad y la Innovación (IPI), un proyecto para impulsar la transformación del modelo productivo de Catalunya, para identificar los elementos de esta baja productividad y para buscar acciones que la mejoren.

Una parte de la productividad tiene mucho que ver con la posición sectorial. Ha habido un crecimiento muy importante de los servicios de cuidado de las personas porque la población está envejeciendo, y los salarios son de baja productividad. Una parte importante de la economía depende del turismo, que es fuente de riqueza pero que hay que saber gestionar. Pero también tenemos fortalezas. Catalunya, por ejemplo, tiene centros de innovación muy potentes, en biomedicina, computación, fotónica, que son referencia mundial. Esta innovación de base ya está permitiendo que se transfiera, lo que afectará muy favorablemente a la productividad.

¿Cómo cree el Cercle que debe resolverse el problema de la vivienda?

Hay que diferenciar entre vivienda para gente con muchas necesidades y pocos recursos, y el mercado, donde la gente con un empleo debería poder acceder a una vivienda. Creemos que la solución no debería pasar por regularlo todo, sino regular menos y actuar desde el sector público con más contundencia. Por tanto, proporcionar vivienda social, de compra pero sobre todo de alquiler, para aquellas personas que no tienen recursos suficientes para poder acceder a un piso razonable. Esto requiere poca regulación y mucha acción pública, que ahora se está empezando a hacer. Hay una consciencia clara de que desde el sector público se tiene que hacer un esfuerzo especial para poner en el mercado vivienda social.

Luego está un intermedio, que sería la vivienda accesible para jóvenes y gente con un salario razonable, pero que tienen cierta dificultad para acceder a un piso, que podrían ser promociones en combinación público-privada, en la que los privados tengan un retorno para que entren. Y después está el mercado, que se tendría que dejar libre porque a veces se topan los alquileres y no suben, de acuerdo, pero la gente que intenta acceder a un alquiler no encuentra vivienda, no hay oferta suficiente porque las topes y las regulaciones retraen el mercado. El gran problema del mercado de la vivienda es que no hay oferta.

“Por ahora no veo burbuja inmobiliaria, entonces se compraba para especular, hoy no”

¿Cree que nos estamos acercando a una burbuja?

Creo que no, por la siguiente razón: la subida de precios actual es porque la gente quiere acceder a su vivienda habitual. Hay mucha demanda de vivienda habitual ante una oferta relativamente baja. En la época de la burbuja financiera, la gente no compraba para vivienda habitual, compraba para especular. Hubo un momento en el que el precio de la vivienda iba aumentando y aumentando, se compraba y en seis meses vendías con un retorno muy alto. De momento, no lo veo.

Uno de los temas sobre los que no se ha pronunciado el Cercle es la reducción de la jornada laboral. ¿Por qué no se ha pronunciado y qué opina?

No se ha pronunciado quizás porque ha visto otros temas de más relevancia en un momento determinado, no es que haya decidido no hacerlo. Mi opinión es, por tanto, personal. Creo que la mayoría de las empresas grandes ya tienen la jornada de 37,5 horas porque la han pactado con los sindicatos. Donde no se aplica es en las pequeñas empresas y microempresas, de dos o cuatro personas. Y en éstas este ajuste crea grandes distorsiones, en algunas de ellas puede estar en juego su viabilidad. Por eso entiendo que haya posiciones contrarias a esta propuesta.

En cambio, sí se ha pronunciado, y en contra, sobre la oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA sobre Banco Sabadell. La Comisión Nacional para los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dicho en un extenso informe que el papel del Sabadell no es tan relevante para garantizar la competencia.

El Cercle respondió primero a la consulta pública del Gobierno argumentando los temas de interés general y luego, en un comunicado explícito, argumentamos nuestra posición sobre los criterios de competencia, porque en la consulta no se podía. Creemos que en su análisis, Competencia no fue lo suficientemente refinada, en el sentido de que no tuvo en cuenta el impacto que esta fusión tendría en empresas, sobre todo medianas, de facturación entre 50 y 200 millones, empresas que en general trabajan con tres o cuatro bancos. Todos sabemos que hay cuatro grandes bancos en España que cubren todo el territorio y todos los servicios que ofrecen los bancos. Si a estas empresas, que además no tienen acceso al mercado de capital, como las grandes, les quitan un banco, no les queda mucho espacio. Quisimos poner un punto de atención sobre esto.

¿Qué le parecen las medidas del Gobierno sobre este asunto?

Las condiciones que impuso ponen en evidencia que la posible fusión tendría consecuencias que tal vez no han sido evaluadas suficientemente. Para mí tienen un cierto sentido.

¿Se atreve a pronosticar un final?

No, no sé qué pasará

Una de las asignaturas pendientes del Cercle d'Economia es que se conozca más fuera de Catalunya. ¿Qué piensa hacer?

Así es. Nos gustaría que nuestras notas de opinión tuvieran más incidencia. Creemos que somos bastante escuchados en el entorno catalán, tanto por los ciudadanos como por el Govern. El Gobierno español también nos sigue y nos escucha, pero somos poco conocidos entre la ciudadanía de Madrid, en València, Bilbao, Sevilla o Zaragoza. Podríamos colaborar más estrechamente con algunas organizaciones empresariales para tener un buen diálogo y llevar a cabo también alguna presentación pública en localidades fuera de Barcelona. Con la Comunitat Valenciana, por ejemplo, tenemos muchos intereses comunes, como el corredor del Mediterráneo o la financiación autonómica.

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