Percy Sledge resume la historia del estudio donde grabó “When A Man Loves a Woman” remarcando que todo cambia con el tiempo y que adaptarse es ley de vida. El soulman es uno de los muchos artistas que rinden tributo a los músicos, blancos y autodidactas, que cuando el racismo seguía en su apogeo en el profundo sur de los USA alumbraron clásicos tan funky como “Respect” con Aretha Franklin, “Land of 1000 Dances” con Wilson Pickett, o “Brown Sugar” con los Rolling Stones, todo desde un ignoto pueblo de Alabama llamado Muscle Shoals. Y dicha localidad da título a la sobresaliente película que este jueves 24 de octubre inaugura la 11ª edición del festival Beefeater In-Edit de Barcelona, ciudad donde presentará 53 documentales musicales en los cines Aribau Club y Aribau Multisalas, hasta el 3 de noviembre.
Pero como hay que adaptarse a los tiempos, tras superar su primera década de vida In-Edit presenta novedades: una firme apuesta por la exhibición multipantalla, con un 50% de la programación disponible en la página web In-Edit TV (doblando la cantidad de títulos estrenados por este medio en 2012), y con una selección de películas exhibidas por primera vez de forma simultánea en otras ciudades españolas, en los cines Golem de Pamplona, Valencia y Madrid. Y otra innovación detallada por el director del festival, Cristian Pascual: la creación de In-Edit Fast Forward, nueva área profesional que alojará proyectos tecnológicos relacionados con el audiovisual y la música, todavía en fase experimental pero lo suficientemente maduros para ser presentados en público. Una puerta abierta al futuro, de la que también participa Primavera Pro (rama profesional del Primavera Sound) con un encuentro de músicos y mánagers con distintos realizadores y productores audiovisuales, facilitando posibles colaboraciones.
Películas de estrellas e ilustres desconocidos
Pero el núcleo duro de In-Edit siguen siendo por supuesto los documentales musicales. Por un lado, la sección retrospectiva honrará este 2013 a dos clásicos del género. Uno es Dick Fontaine, quién ya se encuentra en Barcelona para presentar sus obras icónicas del jazz o el free jazz y ‘Beat This! A Hip Hop History’, documento donde a mediados de los años 80 reflejó el nacimiento de esta cultura. Y el otro ciclo de homenaje se dedica al recientemente fallecido Les Blank, cuya enorme influencia abarca toda película que busque las claves de un músico a través de su rutina diaria más allá de su arte, o cualquier acercamiento a un género músical a través de su entorno, según desgrana Joan Pons, uno de los cuatro programadores del certamen.
Por otra parte, podemos destacar de la programación títulos como ‘Teenage’, monumental repaso en poco más de una hora a la creación de la cultura juvenil durante la primera mitad del siglo XX, basado en el libro homónimo de Jon Savage; ‘Finding the Funk’, un viaje a través de este estilo, pilotado por el baterista y líder del grupo de hip hop The Roots; ‘Downloaded’, sobre la irrupción de Napster y el cambio de paradigma que supuso para la industria de la música; ‘20 Feet From Stardom’, acerca de las coristas que quedan a la sombra de las grandes estrellas internacionales, ‘Nitsa 94/96: el giro electrónico’, que mitifica un momento y un escenario fundamentales en la creación de la escena eléctrónica de Barcelona; ‘Triana Pura y Pura’, que recuerda a una estirpe del flamenco ya desaparecida; ‘Cuchíbiri cuchíbiri’, con el rumbero Peret capturado por la cámara del afamado documentalista Carles Prats; ‘Enzo Avitabile Music Life’, retrato multicultural del músico preferido de Jonathan Demme, el director de ‘El silencio de los corderos’; o ‘Duran Duran: Unstaged’, el retorno de la popular banda ochentena filmado por el mismísimo David Lynch.
Aunque el asiduo al festival es consciente que sus mejores joyas se hallan a menudo arriesgándose con lo desconocido o ajeno a los intereses mayoritarios, y según Joan Pons “uno de los valores intrínsecos del festival es su vocación didáctica”. Reconoce que se pueden trazar líneas de contacto entre muchos de los filmes, pero matiza que la selección sólo obedece a un estricto criterio de calidad cinematográfica, porque “lo importante no es que el espectador entre contento, si no que salga contento”. Y es que retomando la canción más famosa de Percy Sledge, los organizadores de In-Edit miman a sus fieles y a su proyecto como cuando un hombre ama a una mujer: cambiarían el mundo, por eso tan bueno que han encontrado.