“¿Usted sabe qué pasa?” pregunta una señora a este periodista. La señora lleva un libro en sus manos y espera que el autor se lo firme en la caseta que ha preparado a tal efecto la FNAC. “Mire, parece que hay una protesta laboral y los escritores se han solidarizado con los trabajadores, que cobran una miseria”, responde el reportero. La señora mira la cola de más de 30 metros que, formada por personas disciplinadas, a la espera de no se sabe a qué. Después, se da la vuelta y dice: “quizás no vale la pena... ” y se marcha. Quizás hacia el Portal de l'Àngel, donde la cola duplica la de los almacenes culturales. Allí, una tal Belén Esteban, firma libros bajo el patrocinio del Corte Inglés, y parece que con éxito.
Esto pasaba durante la mañana de Sant Jordi ante el edificio El Triangle de la multinacional de la cultura FNAC, que había preparado una caseta con unos 20 asientos donde los autores, que, en una situación normal, habrían firmado hasta la extenuación sus obras con dedicatorias personalizadas. A pocos metros había un segundo toldo donde los grandes almacenes vendían, sin mucho público, libros. De fondo, sin embargo se oían las bocinas y los megáfonos del piquete del sindicato CGT que instaba a los usuarios a no comprar en FNAC. Pero, si el observador no se fijase, la imagen podía parecer una performance organizada para celebrar al libro y la rosa.
La situación laboral de la FNAC ha sido la noticia, cuando lo normal hubiera sido que la multinacional cultural hubiese hecho caja aprovechando Sant Jordi. Pero las últimas rebajas salariales, denunciadas por los trabajadores han cambiado la situación. La aplicación con dureza de la reforma laboral, concretamente su artículo 41, ha hecho que el 60% de los empleados del centro de FNAC sean precarios contra su voluntad. Todo ello ha suscitado dos convocatorias de huelga. Una, convocada de común acuerdo por el comité de empresa (5 delegados de UGT y 4 de CGT), de la que el sindicato socialista se ha descolgado debido a la presentación de un recurso judicial. La segunda convocatoria la ha presentado la sección sindical de CGT. Este detalle se ve en seguida al observar que la puerta principal del Triangle está enmarcada con dos banderas rojas y negras del sindicato y muchos miembros del piquete lucen pegatinas con el logotipo de la central.
Ni Mario Conde firma
La presencia sindical no evita que entren posibles compradores a FNAC, pero las salas del almacén se ven medio vacías. Quizás los potenciales clientes echan de menos la animación habitual del centro y salen pronto.
En la puerta, pocas caras conocidas, a pesar de la expectación mediática. Sólo pasa el diputado de la CUP, David Fernández , que afirma: “La protesta de hoy se enmarca en la normalidad del país, con un 25 % de paro y altas tasas de temporalidad”. No obstante, ve el lado positivo, en la solidaridad que ha tenido la ausencia de los escritores como imagen más llamativa.
Vicenç Pagès Jordà, Andreu Buenafuente, Paula Bonet, Toni Albà, Roc Casagran, Antonio Baños, Xavi Sarrià, Jair Domínguez y Jaume Barberà, entre otros muchos otros han decidido no participar en el acto de FNAC al enterarse de la protesta laboral. Pero tal vez es noticia que tampoco Mario Conde, que estaba anunciado que firmaría entre las 11 y las 12 de la mañana, se haya presentado. ¿Una evolución ideológica insospechada?
¿Todos han hecho boicot? No todos, un escritor norteamericano, Mark Z. Danielewski, al que le tocaba firmar a primera hora, ha encontrado una solución alternativa. Ha ido a la cola y se ha puesto a firmar algunos ejemplares de su obra, pero se ha cansado pronto y se ha ido.