Ustedes lo recordarán. Faltaban unos días para las elecciones del 25 de noviembre. Un diario patriótico, El Mundo, publicaba un informe de una unidad policial al servicio de su borbónica majestad que se llama UDEF. En él, y en la campaña político-mediática posterior, se incriminó al candidato convergente y aspirante a padre de la patria Artur Mas y se le acusó de todo tipo de barcenadas y urdangarinadas. Decía El Mundo: “Contiene un relato estremecedor de la impunidad con la que funcionaba el partido que gobernaba esa comunidad”. Esta gente sabe escribir ¿verdad?
Poco después, un señor calvo que se ve que manda en el Sindicato Unificado de Policía (SUP) salió y avaló el papelito que llamaban informe. El señor -funcionario público- meses después nos calificaría a los indepes como “mierdas”. A estas alturas y con una misteriosa dimisión del número tres del Ministerio del Interior a las espaldas, aún es hora de que tengamos constancia de las cuentas de Mas, del origen del informe y del psicotécnico del sindicalista policial.
En el Principado tenemos un término para este tipo de movimientos repentinos y melodramáticos: treure el sant Cristo Gros [Sacar el Cristo]. Y, francamente, me ha sorprendido ver como ya mueven a las vacas sagradas de Bruselas con el fin de detener el referéndum. Creía que nuestra victoria era menor. Pero si un ministro de La Indisoluble pierde tanto tiempo dando collejas diplomáticas a bálticos indefensos es que vamos mejor de lo que creía.
La vaca sagrada se llama Pia Ahrenkilde y es portavoz del Ejecutivo comunitario. Es decir, una autoridad de verdad. Y sus declaraciones parecen claras. Somos -Escocia y Cataluña- tercero estado si nos independizamos y dejaremos de ser comunitarios de forma “automática”. Ya está. Todos contentos, Duran feliz, “España a salvo” y los indepes a mirar castells por la demoníaca TV3.
Pero pasado el tiempo, y leído bien lo que dice la señora Ahrenkilde, la cosa parece más confusa. De hecho, Ahrenkilde dijo que: “Estos son los principios del derecho comunitario y no prejuzgan ninguna situación hipotética”. El caso de secesión de un territorio comunitario no se ha dado nunca. Es mas, no se ha imaginado. Así que bajo la contundencia necesaria para decepcionar al catalanet pesimista de siempre, se encuentra la tesis verdadera: “Esto dice la ley. Pero cuando pase, ya veremos”. No prejuzgamos. Es decir: haremos política.
Y remachaba la portavoz: “El Ejecutivo comunitario sólo hará su análisis jurídico completo sobre las consecuencias en la UE de la independencia de Cataluña si el Gobierno español se lo pide”. Por lo que tengo entendido el gobierno de Cameron sí ha pedido informes jurídicos de todo tipo para saber qué hacer. El Gobierno borbónico se ve que no los necesitará. Todo está claro. Estamos fuera, nos aplican el 155, el título 8 y lo que haga falta pero aquí no vota ni dios. Esto es Ejpaña y etc.
La UE, es sabido, no quiere ruido. Bastante trabajo tienen en encender la maquinaria político-burocrática cada mañana. No quiere independencias. Pero si se las encuentra deberá actuar. Y como institución política actuará políticamente. ¿Qué prestigio democrático le quedaría si deporta y degrada millones de europeos sólo por votar?
En fin, que ante estas “clarísimas” declaraciones me hago algunas preguntas. Pero antes he de confesar que lo que más me gusta de todo es el término “automática” cuando se habla de nuestra expulsión. Una institución que ha sido incapaz de tomar decisiones automáticas en la crisis Siria, la de Libia, en la Guerra de Irak o el conflicto balcánico. Una institución que ha sido incapaz de aprobar una constitución o de hacer una unión bancaria, resulta que privará de derechos de ciudadanía a siete millones de europeos -más los escoceses- de forma “automática”. De buena mañana. Sin debate ni dudas.
Veamos si lo he entendido. La UE ya ha gastado 240.000 millones de euros -y más que ya ha anunciado- en mantener a Grecia dentro de la UE. Impidiendo con dinero y presiones políticas de todo tipo que se marche. Y después, echará Cataluña, que es contribuyente neto, y Escocia, que tiene petróleo. Extraño, ¿no? ¿Qué sentido económico y geopolítico tendría?
El gobierno Cameron ha dicho que en 2015 piensa hacer un referéndum para decidir si se van de la UE. Si un año antes Bruselas expulsa de malas maneras Cataluña y/o Escocia, ¿qué tipo de resultado espera la UE que se producirá en un Reino Unido cada vez más euroescéptico? ¿Puede la UE perder tres estados en dos años? ¿Puede perder el control sobre la City y parte del Mediterráneo?
¿Y si en dos años la UE pierde a Reino Unido y Escocia/Cataluña? ¿Quién se piensa que puede ganar las elecciones de Grecia y Portugal? Exacto: los movimientos antitroika. Anticomunitarios. ¿Qué pueblo quiere estar en un lugar donde se te castiga por decidir soberanamente lo que quieres mientras te roban?
La UE lleva más de una década de durísimas negociaciones para incorporar Serbia en el mercado único. O sea, que invierte titánicos esfuerzos en incorporar el PIB de Serbia -30.000 millones de euros en 2011- en la UE y, de un golpe de boli Bic, para no herir el orgullo de los hidalgos españoles, no le hará nada prescindir de los 198.00 millones de euros de Cataluña (más Escocia si gana el sí). Un negocio en el que pierde 168.000 millones de euros cada año. Totalmente lógico.
Si nos echan no pagamos la parte que nos toca de la deuda española. 180.000 MEUR aproximadamente. ¿Quién lo hará? ¿La España que aumenta su deuda en 390 millones de euros cada día?
Si nos echan, Barcelona puede ser un puerto franco en el corazón de Europa, Cataluña un paraíso fiscal. Yanquis, rusos y chinos serán bienvenidos a hacer negocios. ¿Son los eurofuncionarios un grupo de suicidas?
¿Y cómo deportarán a las decenas de miles de catalanes que viven y trabajan en la UE? ¿Los esposarán, rescindirán sus alquileres, contratos, becas y matrimonios también de manera “automática”?
Por todo ello y muchas más cosas, permítanme que crea que el speech de la señora portavoz es otro 'acto UDEF'. Meter miedo en un momento en que la voluntad catalana es difícilmente controlable por el estado español. Calma compatriotas. Todo sigue igual: ellos no quieren y nosotros, cabezudos y libres, persistimos. Como siempre.
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