Josep Lluís Núñez, el dueño de los chaflanes

Para muchos fue el eterno presidente del Barça de Cruyff, para otros el dueño de los chaflanes de Barcelona, para las nuevas generaciones es el entrañable avaro que interpreta Carlos Latre en Crackòvia, y ahora, incluso, es un prisionero de Quatre Camins. Todo esto y seguramente más es y ha sido el baracaldés Josep Lluís Núñez. Lo que en términos cotidianos se describe como un hombre hecho a sí mismo, y en este caso, también deshecho por él mismo.

La historia catalana de Núñez, que nació en Barakaldo en 1931, arranca con el destino de su padre, policía fronterizo, en Portbou. Poco después, en 1938, la familia Núñez Clemente se instala definitivamente en Barcelona. Comienza a trabajar a los catorce años y gracias a esos ingresos estudia contabilidad. A los 21 se convierte en vendedor de seguros y poco después monta con su suegro la Inmobiliaria 'Navarro y Núñez'. Poco a poco se va haciendo con el control de la empresa, hasta darle la vuelta el nombre y hacerse con el liderato indiscutible. El grupo, líder en el sector, llegó a tener más de cien sociedades filiales a mediados de los años setenta.

Pero la ambición de Núñez no termina ahí. Como escribía hace poco en este mismo medio JJ Caballero, citando Josep Maria Huertas, a Núñez le hubiera gustado ser alcalde de Barcelona. Pero, consciente de que no lo sería nunca, intentó y consiguió ser presidente del FC Barcelona, que es lo que más se adecuaba a las aspiraciones del constructor. Se presentó a las elecciones de 1978, ganando a Nicolau Casaus y Ferran Ariño. Se iniciaba aquí la etapa presidencial más larga de la historia del club. Durante sus 22 años de presidencia, el Barça incrementó su patrimonio de forma muy notable, amplió y remodeló el Camp Nou, construyó el Miniestadi, el Museo, que actualmente lleva su nombre, y la residencia para los jugadores de la cantera en la Masia. En el terreno deportivo, las cosas no fueron tan fáciles. Su primer éxito, la Recopa de Europa de Basilea, tardó un año. El fichaje de Johan Cruyff como entrenador tras el 'motín del Hesperia' (1988), dio inicio a la etapa más exitosa del 'nuñismo': se construyó el 'Dream Team' y se ganó la Copa de Europa en Wembley y cuatro ligas consecutivas. El matrimonio por conveniencias entre Núñez y Cruyff saltó por los aires en 1996 cuando el primero echó al segundo. El 'nuñismo' tuvo, sin embargo, otra bestia negra en forma de Elefante Azul, el joven abogado barcelonés Joan Laporta, que le presentó una moción de censura que no prosperó. Laporta, que luego ganaría la presidencia del FC Barcelona, tocó a pesar de no hundir al presidente 'perpetuo', que en 2000 presentaba la dimisión.

A partir de aquí comienzan las verdaderas pesadillas del expresidente azulgrana, implicado en el caso Hacienda. En 2011, Núñez fue condenado a 6 años de prisión, al igual que su hijo Josep Lluis Núñez y Navarro. La sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona considera probado que Núñez padre e hijo sobornaron inspectores de Hacienda con casi un millón de euros para conseguir, así, dejar de declarar al fisco aproximadamente 13,1 millones entre los años 1991 y 1999 .Los abogados de los Núñez intentaron en vano que los condenados no ingresaran en prisión, lo que sucedió el pasado 16 de noviembre, cuando padre e hijo comenzaron a cumplir sendas condenas en la prisión de Quatre Camins.

La frialdad de una prisión ha sido sin duda un final inesperado para la compleja historia de un pequeño baracaldés llorón, barcelonés de adopción, acostumbrado a comprar esquinas, jugadores e inspectores. Solía decir: “el socio no se le puede engañar, ahora habrá entendido que a Hacienda tampoco...