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El Govern rebaja el tono para presentar internacionalmente una Cataluña cívica que quiere decidir

Mas se reúne con 25 corresponsales para explicarles el proceso soberanista

Arturo Puente

Barcelona —

“Ofreceremos al mundo el gran mosaico de la cultura catalana, celebrando la diversidad e incorporando lo que nos une”. El president Artur Mas ha pronunciado esta declaración de intenciones durante el mensaje institucional que ha realizado a primera hora con motivo de la Diada de Sant Jordi. Ofrecer al mundo la mejor cara de Cataluña es el propósito en el que está inmersa la Generalitat después de que el Parlament pidiera que se hiciera un esfuerzo por internacionalizar el proceso soberanista. Para ello nada mejor que utilizar el gran día de la cultura catalana para mostrar una Cataluña cívica y amable, pero firme en el propósito de decidir sobre el futuro.

Un discurso rebajado y sin crispación es lo que ha ofrecido el president a los corresponsales extranjeros, a los que ha citado en el Palau este miércoles. La Generalitat busca apoyos en el exterior, principalmente en los paises de la UE, para lo cual los periodistas europeos con base en España son la mejor puerta de acceso. A la reunión han acudido una veintena de corresponsales con los que ha hablado sobre la situación económica y el proceso soberanista, evitando especular sobre el encaje de una Cataluña independiente en la UE.

Tampoco ha presentado el president los agravíos económicos que el Govern suele subrayar para explicar su posición. Mas ha derrochado moderación y diplomacia, pero, según los asistentes, se ha mostrado firme a la hora de explicar que apuesta claramente por una consulta y que no hay vías de negociación con el Gobierno de Mariano Rajoy, puesto que la condición de éste es que abandone la pretensión del referéndum. Los corresponsales extranjeros han visitado por la tarde el Centro Cultural de El Born y se han reunido con la Presidenta de la ANC, Carme Forcadell, y la de Òmnium Cultural, Muriel Casals.

El Govern viene rebajando el tono desde hace meses, consciente de que la actual etapa del proceso requiere una cuidada política de gestos para ganarse la simpatía extranjera. Las palabras del president en la entrega de las Creus de Sant Jordi son prueba de ello. Mas aseguró en aquel acto que “la dinámica de los estados no puede ni debe ahogar la dinámica de los pueblos”, pero se mostró conciliador y dialogante. Un discurso en el que volvió a mirar a Europa para advertirle de que “la fuerza de Cataluña es la fuerza democrática de la gente”.

La misma idea de vuelta a la moderación exhibió en la entrevista inaugural de El Punt Avui Televisió, en la que aseguró que el deseo de su ejecutivo era entrar en una negociación con Rajoy, con la única línea roja de celebrar la consulta. “Si el problema es la fecha y la pregunta, lo que tenemos que hacer es sentarnos y hablarlo”, explicó en tono conciliador. Algo “imposible”, según Mas, a tenor de la posición que marca el Gobierno español, que pide “imaginación” para renunciar al referéndum.

Un brindis por la diversidad catalana para oponerse a la consulta

Sant Jordi es la fecha elegida para la presentación en Barcelona de la plataforma Sociedad Civil Catalana, un movimiento que desea aglutinar a los contrarios a la consulta y alertar contra el secesionismo. La asociación, que comparte rasgos simétricos aunque contrarios con la Assemblea Nacional Catalana, pretenden llevar a cabo movilizaciones y elaborar discurso político desde posiciones federalistas y centralistas. La elección de la Diada para su acto de presentación no es casual. Los sectores unionistas saben que atraer al catalanismo contrario a la consulta es fundamental para superar de su nicho sociológico tradicional.

Los impulsores de esta plataforma se han subido al carro del discurso de la pluralidad y la diversidad, subrayando que su objetivo es visibilizar “la Cataluña real” que comparte identidades catalanas, españolas y europeas. Consideran que la consulta supondría una fractura social y tendría consecuencias irreprarables para la economía.

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