Los contratos municipales que Ada Colau revisará (y los que todavía no)
Ada Colau será investida alcaldesa, según todos los pronósticos, el día 13 de junio. Pese a que todavía queda una semana para su toma de posesión y para la formación de su gobierno municipal, el equipo de Barcelona en Comú ya ha comenzado a tomar decisiones de calado, en medio de un traspaso de poder en el que los de Colau han asumido responsabilidades desde el primer día.
No es usual que un equipo de gobierno entrante se responsabilice del traspaso de poder en el grado que Barcelona en Comú lo está haciendo, pero las circunstancias le han llevado a ello. Colau denunció al día siguiente de su victoria en las urnas que Xavier Trias estaba firmando contratos de última hora que comprometían presupuesto futuro del consistorio, una acusación a la que el equipo del alcalde saliente reaccionó asegurando que no firmarían nada sin el beneplácito de la futura alcaldesa. CiU pasaba así una patata caliente a la confluencia, que desde entonces ha debido de tomar importantes determinaciones.
La primera de estas grandes decisiones fue la firma de la propuesta de Barcelona a la GSMA, la asociación de operadoras y compañías telefónicas, para que la capital catalana siga siendo además la “capital mundial del móvil”, título que incluye la celebración del Mobile World Congress (WMC), uno de los más importantes eventos anuales que acoge la ciudad. Trias quiso validar su firma con la presencia de todos los partidos de la nueva cámara –a excepción de la CUP Capgirem, que declinó asistir–. La líder de Barcelona en Comú aceptó hacerse una foto de incuestionable carga política aduciendo a la responsabilidad y a la necesidad de que el MWC continúe celebrándose en Barcelona, según explicaron en una breve nota de prensa.
Primera revisión de proyectos y contratos
Si la aceptación de las condiciones del WMC ocurría el martes, este viernes el grupo municipal aún sin constituir ha anunciado la primera ola de revisión de proyectos y contratos. El primero de los proyectos que BComú quiere plantear correspondiente a la actividad de la Fira 2000, empresa de titularidad pública participada por instituciones como la Diputación, la Generalitat, la Cámara de Comercio y los ayuntamientos de L'Hospitalet y de Barcelona, entre otras, y cuyo cometido es gestionar la Fira de Barcelona. Según BComú, el nuevo gobierno debe “liderar la negociación de la composición interna” de esta empresa.
La candidatura también ha anunciado que revisará el proyecto de La Maquinista. El año pasado el equipo de gobierno de Trias pactó con el PP la ampliación del gran centro comercial del distrito de Sant Andreu, al que se le sumarían 30.000 nuevos metros cuadrados. La asociación de vecinos calificó esta operación de “pelotazo” y criticaron la recalificación de los terrenos a raíz de la construcción de una nueva escuela que el barrio necesita. Ahora el equipo de Colau considera que el proyecto debe paralizarse y replantearse, “evitando poner en peligro la construcción de la escuela”, aclaran.
La última de las actuaciones tiene que ver con el contrato municipal con la empresa Telefónica, proveedora de las comunicaciones del ayuntamiento. Según el compromiso firmado con los huelguistas de Movistar, Barcelona en Comú debía revisar la contratación con esta empresa para garantizar que cumplía con los derechos laborales de sus trabajadores, contratados o subcontratados. Ante la necesidad de renovar el contrato en los próximos días, BComú ha rebajado el compromiso contractual de 12 a 6 meses, observando que medio año es el mínimo necesario para poder presionar sin sufrir un apagón en las comunicaciones.
Decisiones sobre otros proyectos heredados
La revisión de la Fira 2000, la ampliación de La Maquinista y el contrato con Telefónica ha ocurrido en pleno traspaso de poder. El equipo saliente ha entregado a Barcelona en Comú una gran cantidad de información municipal sobre el que el nuevo gobierno ya está trabajando. En los próximos meses tendrán que decidir qué hacer con algunas de las grandes apuestas que Trias no ha podido culminar durante su mandato.
Una de ellas es la forma de financiación del ayuntamiento, de la que BComú ya anunciado que quiere renegociar con los bancos y valorar mejores ofertas. Según los presupuesto aprobados, Barcelona pagará este año 33 millones de euros en intereses bancarios por una veintena de créditos vivos. Para el nuevo gabinete el de la financiación es un tema clave y una de las primeras reclamaciones de Colau tras ganar las elecciones fue exigirle al Govern de la Generalitat el pago de la deuda que la administración catalana mantiene con el consistorio de su capital, que ascendería, según el anterior gobierno municipal, a más de 90 millones de euros.
Los de Colau tendrán que hacer frente en los próximos meses a dos importantes proyectos de ciudad que deben acabar de gestionar. En primer lugar, la reforma del Port Vell, un proyecto que ha recibido sonoras críticas en dos vertientes: la privatización y especulación del espacio público y el presunto blanqueo de capitales que se escondería tras el proyecto, investigada por Antifrau. Según el programa de Colau, el nuevo ayuntamiento revisará el proyecto para devolver el acceso público al puerto y renegociará las condiciones de la concesión de la marina.
El nuevo gobierno también deberá encargarse de la candidatura de Barcelona para los Juegos Olímpicos de Invierno, bajo la marca “Barcelona Pirineus 2026”. Idea original del últimos alcalde del PSC, Jordi Hereu, el equipo de Trias dejó casi paralizado el plan que, en cambio, tiene vinculados algunas actuaciones urbanísticas de gran impacto, como la construcción de una pista de esquí en la Zona Franca, que debería contar con la inversión del ayuntamiento. Barcelona en Comú no llevaba en su programa la candidatura a las olimpiadas invernales, pero, en una entrevista concedida este miércoles por la futura alcaldea a BTV, Colau no se cerró a la posibilidad de la candidatura, aunque abogó por revisarla y mejorarla.