La oposición catalana busca fórmulas para que comience la cuenta atrás hacia la repetición electoral
15 días después de que el presidente del Parlament, Roger Torrent, suspendiera la sesión de investidura de Carles Puigdemont, los grupos de la oposición presionan para que la legislatura se desbloquee. Para ello Ciutadans, PSC, Catalunya en Comú y PP exploran diferentes fórmulas para hacer que el reloj hacia la repetición electoral comience a correr, después de que los letrados constaran el pasado viernes que el plazo no había empezado.
Mientras el Tribunal Constitucional resuelve sobre la admisión o no a trámite del recurso del Gobierno a la candidatura de Puigdemont, las conversaciones entre JxCat y ERC se han ido envenenando hasta el punto que sus diferencias se han hecho patentes en la reunión de la Mesa de este martes. Y, sin acuerdo independentista, la legislatura se mantiene en el limbo. “Torrent debería tener la valentía de decirle a Puigdemont que no volverá a ser president”, ha reclamado el portavoz de C's, Carlos Carrizosa.
Para Ciutadans la paralización del Parlament es negativa porque impide “hablar de los problemas reales de los catalanes”, por lo que Carrizosa ha reclamado al presidente que la desbloquee cambiando de candidato. Sin embargo el portavoz d C's ha negado que ese nombre alternativo sea el de su jefa de filas, Inés Arrimadas, ya que eso constataría la falta de apoyos de la ganadora de las elecciones. “La aritmética es la que es”, se ha resignado Carrizosa.
El paso adelante de Arrimadas había sido sugerido tanto por el PP, con más insistencia, como por el PSC los últimos días. Sin embargo los socialistas han cambiado de enfoque poniendo toda la presión sobre el presidente de la Cámara, al que Miquel Iceta le dirigió el lunes una carta en la que le apremiaba a celebrar una nueva ronda de consultas. De no encontrar un candidato alternativo, consideran en el PSC, la mejor salida es que Torrent comunique a la Cámara el bloqueo.
Las tres vías de los letrados
La vía sugerida por Iceta es una de las tres opciones que los letrados describieron para que el reloj de la repetición electoral comenzase a contar. Los juristas aseguraron que, además de esta fórmula, el presidente podría poner el plazo en marcha sin necesidad de hacer una nueva ronda de consultas, solo con comunicar el bloqueo político a la primera votación de investidura.
La tercera opción, apenas esbozada en el informe, abría la puerta a que, una vez pronunciado el Constitucional y tras un plazo razonable, fueran los propios grupos quienes pusieran en marcha los plazos con un “acto equivalente” a la primera votación. Los letrados sin embargo no explicitaban ni cómo podría ser este acto ni qué mayoría parlamentaria requeriría ni quién debería homologarlo como “equivalente”.
Sobre esta cuestión, Catalunya en Comú ha emplazado este martes al resto de formaciones a mantener un debate específico en forma de pleno. La portavoz Elisenda Alamany ha asegura que iniciarán una ronda de contactos con todos los partidos para celebrar este primer debate de la legislatura, en el que deberían abordarse las diferentes estrategias para desencallar la investidura. La propuesta de los comuns sería así coincidente con la de JxCat y ERC, que también estudian hacer un pleno previo para aprobar una propuesta de resolución reconociendo la legitimidad de Puigdemont.
A la espera del Constitucional
Decidan lo que decidan los grupos, el principal requisito para que la legislatura salga del limbo en el que lleva medio mes es que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la admisión a trámite del recurso del Gobierno, lo que podría suspender definitivamente la candidatura de Puigdemont. De ser así, Torrent estaría plenamente facultado para comenzar una nueva ronda con los grupos, aunque también podría esperar.
La decisión del Constitucional está tardando más de lo esperado, pero la iniciativa tomada por Torrent este martes para llevar las medidas cautelares impuestas al Tribunal Europeo de Derechos Humanos podría embarrancar la resolución de este culebrón aún más. Esta gestión de los tiempos no es ni mucho menos lo único que separa a los dos principales partidos independentistas pero sí el factor que en las últimas semanas más ha demostrado la magnitud de la desconfianza entre ambos.