La precarización contribuye al incremento de 40.000 los autónomos en Catalunya desde 2011
Catalunya ha experimentado un fuerte crecimiento del trabajo autónomo desde el año 2011. El aumento se vincula a la precarización del mercado laboral que se ha dado a partir de la reanudación de la actividad a raíz de la crisis. Así se ha reconocido en la presentación del informe de la situación del trabajo autónomo en Catalunya, que elabora anualmente el Consell de Treball Econòmic i Social de Catalunya (CTESC), organismo presidido por Luis Franco y vinculado al departament de Treball.
A finales de 2011 había en Catalunya poco más de 490.000 personas dadas de alta como autónomas. Eran el 16,2% del total de personas que trabajaban en Catalunya. En 2016 los autónomos son 530.547 y representan el 17,2% de las personas ocupadas.
Ofertas de grandes empresas
Una parte muy importante del crecimiento del número de autónomos corresponde a personas que han sido contratadas por empresas en lo que popularmente se conoce como falsos autónomos. La consejera Dolors Bassa lo reconocía al inicio del acto en que ha afirmado que el 32% de las ofertas laborales que se hacen a autónomos proceden de grandes empresas. “Se trata, pues, de averiguar cuáles son autónomos efectivos y cuáles lo son forzosos”, dijo.
Al respecto ha recordado algunas actuaciones de la Inspección de Trabajo contra los falsos autónomos y las empresas que los utilizan. Ha hablado en concreto de Telefónica, que ha recibido una propuesta de multa de 5,7 millones por contratar a personas bajo la apariencia de ser autónomos.
Del informe presentado surgen otros datos dignos de resaltar. Por ejemplo que Catalunya es uno de los territorios europeos donde el peso de los autónomos es mayor. El 17,2% que se da en Catalunya sólo es superado por Portugal, Polonia, Italia y Grecia, dijo José Martín Vives, ponente del estudio.
El 42% trabajan para empresas o cooperativas
Contra lo que se podía pensar, hay una porción importante de autónomos que no son los clásicos profesionales que se plantan por su cuenta. Estos serían los que el estudio menciona como 'autónomos propiamente dichos'. Sobre el total serían el 59,1%. El resto, 41,9% c orresponderían aTrabajadores Autónomos Dependientes (que trabajan menos en un 75% de su tiempo para un solo cliente), socios de cooperativas, u otras sociedades colectivas.
Precisamente sobre los autónomos que son al mismo tiempo miembros de sociedades colectivas existe la sospecha de que serían parte de los que se conoce como falsos autónomos o miembros de falsas cooperativas. En este sentido, Martín Vives ha puesto un ejemplo que llama la atención. La comarca con el porcentaje más bajo de 'autónomos propiamente dichos' es Osona, precisamente un territorio donde se han dado muchas denuncias, en el sector cárnico, de utilización de falsos autónomos o de cooperativas también simuladas.
El perfil del trabajador autónomo vinculado a sociedades colectivas es el de una persona que trabaja en la industria o la construcción, mientras que el de los autónomos clásicos se vincula al sector de servicios. El informe destaca que el autónomo tipo es un hombre de entre 34 y 54 años, con estudios superiores,l que no tiene asalariados a su cargo .
El estudio recomienda en sus conclusiones suavizar el requisito para acceder a prestación por cese de actividad (algo análogo al subsidio de desempleo), que ahora se sitúa en 2 años de pérdidas continuadas, mientras que se pide que se reduzca a un año.
El trabajo destaca que decir que sólo un 14% de los afiliados al Régimen General de Trabajadores de Autónomos (RETA) y del Régimen de Empleados Familiares (REM) tienen suscrita la ampliación de cotizaciones por cese de actividad.
Otras propuestas incluidas en el estudio son facilitar la compensación de deudas entre administraciones y solucionar la falta de información estadística que hay en relación al colectivo de los autónomos.