Trias: “En Can Vies ha habido una actitud de chantaje, no de diálogo”
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ha insistido hoy en declaraciones a RAC1 en que la gestión del desalojo de Can Vies por parte del Ayuntamiento ha sido “correcta”. “Hemos hecho reuniones y mantenido conversaciones con el concejal. La ruptura del acuerdo no la hemos hecho nosotros, la ha hecho la gente de Can Vies. Si la gente quiere negociar, quiere un espacio alternativo para hacer las cosas correctamente, estamos de acuerdo. Pero en esta ciudad, la violencia no debe tener cabida, debe respetarse el derecho a pedir y manifestarse. Entiendo que alguien crea que hay que llevar de una manera determinada la gestión cívica, lo que no puedo entender es que piensen que esto lo lograrán vía la violencia”.
Trias ha subrayado que “los enfrentamientos” vividos en los dos últimos días a Santos “le van bien a determinada gente”.
“El problema gordo no es quemar 53 contenedores, sino crear una gran crispación en la zona. La imagen de la ciudad no es nada buena. Con el tema de Can Vies, ha habido una actitud de chantaje, no de diálogo”, añadió.
Y, después de admitir que esta noche pueden repetirse los disturbios en la ciudad, ha asegurado: “Hay 40 espacios en la Barcelona con gestión cívica y estamos negociando dar diez más”.
Negociación infructuosa
La plataforma en apoyo a Can Vies, que agrupa dos centenares de colectivos, estaba en negociaciones con el distrito de Sants-Montjuïc para encontrar una solución, pero asegura que la única alternativa que ofrecía el ayuntamiento era que abandonaran el edificio para que pudieran rehabilitarlo, y entonces las entidades podrían volver a utilizarlo a través de un acuerdo.
Pau Guerra, de la asamblea de Can Vies, explicaba durante el desalojo que consideraron que esta propuesta era “una maniobra” para echarlos. “El edificio no necesita rehabilitación, llevamos 17 años trabajando, y no nos han concretado qué tipo de acuerdo tenían pensado”, aseguró, y añadió que el consistorio tampoco hizo mención a ningún cambio en el plan urbanístico del barrio, que prevé el derribo de la finca, que se empezó efectuar justo después de echar a los ocupantes.