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Leiva: “Tengo la suerte de tener un público que escucha mis discos enteros”

Leiva llena de vida y música las ruinas de Empúries en un concierto íntimo

Gorka Díez/ Las Noticias de Cuenca

Uno de los conciertos más esperados de la Feria y Fiestas de San Julián en Cuenca de este año es el de Leiva (Madrid, 1980). En la pasada década conquistó al público en compañía de Rubén Pozo con Pereza, y de 2012 a esta parte sigue haciéndolo en solitario, ya con tres discos en su haber, el último Monstruos’ (2016). Rock and roll de autor, de guitarras y sentimientos, con letras que hablan del amor y el desamor o del reverso del éxito. Siempre con sinceridad y ecos de clásicos como Dylan, Los Rolling o Sabina, al que el autor de temas como ‘Terriblemente cruel’ o ‘Estrella Popular’ produjo recientemente su nuevo disco ‘Lo niego todo’ (2017). La cita es el jueves 31 de agosto a las 22:00 horas en el Recinto de Conciertos Serranía.

Hace once años de tu primer concierto en Cuenca, una actuación con Pereza en la que también formaba parte del cartel Mikel Erentxun. ¿Qué se va a encontrar el público que te vio entonces y vaya a volver a verte este jueves?

Va a ver una cosa totalmente diferente. En estos once años han pasado muchísimas cosas, hemos tomado otros caminos, hay otro repertorio, otra banda, es otra movida... Además tenemos nuestro tercer disco, con nuevas canciones, y estamos en un momento muy bueno de banda. Con ‘Monstruos’ llevaremos unos 70 shows y está muy engrasada, por lo que es un momento muy bonito para ver a la banda. De alguna manera estamos además cerrando una trilogía con un sonido que andaba buscando desde el último disco de Pereza.

¿Es ‘Monstruos’ el disco con el que estás más satisfecho hasta el momento?

No sé si es el que más, aunque siempre con el último disco es con el que más te identificas: es lo más reciente, una tarjeta de presentación de quien soy bastante fiel.. Sí creo que es un disco que se ajusta más a lo que quería, más crudo, poco producido, con cinco instrumentistas tocando en directo. Un disco que va mucho a la canción, también con alguna imperfección pero con bastante alma.

Por ejemplo, uno de los temas más sinceros es ‘Breaking bad’, donde hablas de la parte negativa del éxito, de glorias que tumban y de la pérdida del anonimato…

Es un tema que intenta explicar esa dicotomía que tiene la popularidad o este oficio, que es a veces barro, a veces gloria. Es un oficio maravilloso, vivir de él es un privilegio enorme, pero también tiene estas cosas: las tripas del oficio, la pérdida del anonimato… A veces son peajes caros, pero, bueno, tampoco es una canción en la que llore de éxito para nada, ya que todos los versos terminando diciendo “ya sé que no es para tanto”, lo que le da un punto de sentido del humor.

¿Cuáles son esos temas nuevos que no pueden faltar en los directos? Porque están ‘Sincericidio’ o ‘La lluvia en los zapatos’, que son muy pegadizas y supongo que estarán entre las más aclamadas…

Yo creo que tengo la suerte de no tener un público de hits, sino de discos, un público que todavía sigue consumiendo mis discos enteros. Es una de las cosas de las que puedo alardear, de la que me siento más orgulloso. Incluso sucede que ‘Sincericidio’ no es la canción que mejor funciona de ‘Monstruos’ en directo.

¿Y las canciones de Pereza? ¿Te gusta rescatar alguna canción de aquella época aunque forme parte del pasado?

No me obligo nunca a hacer nada que me apetezca. Sí que intento que haya un equilibrio entre el repertorio que me gustaría a mí a hacer y el que el público quiere, y algunas canciones de Pereza van rotando. Pero pocas. Realmente guardamos dos o tres que son clásicos para la gente, que las quiere oír, y que a mí me gusta tocar. Pero básicamente el repertorio está centrado en mis tres discos.

Tu nombre ha sonado también mucho en los últimos meses como productor y compositor de la música de algunas canciones del nuevo disco de Sabina, ‘Lo niego todo’. Supongo que habréis aprendido mucho el uno del otro…

Sí. Más que en lo profesional me quedo con lo personal, estar casi un año encerrado con Joaquín en casa haciendo juntos canciones más allá de la producción. Musicar sus versos, poder participar en el orden de sus versos, llevármelos a casa, juntarme con él, pasar los días, ver cómo funcionan, ver su perspectiva del oficio y del mundo… Siento cierta debilidad por la gente que no tiene una voz preciosa pero sí tiene cosas que decir, y creo que Joaquín es uno de los grandes en eso: un maestro de la canción.

‘Lágrimas de mármol’, cuya música es tuya, es recibida en los conciertos al nivel de los clásicos de Joaquín…

Es verdad que ‘Lágrimas de mármol’, que a priori no pensábamos que fuera a ser una canción de las más importantes, se ha convertido un poco en el tema más importante del directo de Joaquín. Es una canción así como un carácter un poco más rock, más compacto… Joaquín la concebía como un medio tiempo, yo le propuse darle una vuelta para arriba y se ha quedado ahí. El público la ha cogido cariño y estamos bastante ilusionados con eso.

¿Cómo ves la escena musical española? Porque están Sabina y Serrat, pero también grupos y cantautores más jóvenes como Xoel López, Ivan Ferreiro, Quique González….

Yo creo que hay una generación muy interesante haciendo música. Por supuesto Joaquín y Serrat, Kiko Veneno… Y en mi generación están Quique, Iván, Xoel López, León Benavente, Nacho Vegas… Hay mucha gente haciendo cosas muy interesantes. Pero interesante es también lo que están haciendo las generaciones más jóvenes, que son el futuro de nuestra música, con una escena independiente muy interesante, mucho soporte para que tengan escaparate, mucho festival. Creo que ahora mismo gozamos de una salud musical muy potente y maravillosa. Hay por ejemplo una generación de mujeres de 25-26 años que están haciendo cosas increíbles…

Estamos en un momento donde la música se difunde más que nunca a través de internet y de los festivales, aunque en cambio casi no se venden discos…

Indudablemente todo tiene su cara y su cruz. Internet es un canal de difusión maravilloso, sin filtro, al que todo el mundo puede acceder y donde todo el mundo puede mostrarse sin tener la necesidad de tener un presupuesto de compañía como cuando yo arranqué, que para grabar un disco tenías que enviar tu trabajo a una compañía, que te vieran en un concierto, grabar una maqueta, que le gustara al de arriba… Grabar un disco era una cosa casi inaccesible. Ahora en cambio todo el mundo puede grabar un disco y difundirlo, lo cual me parece bien. Aunque esto también contribuye a que los discos cada vez suenen peor. Se gana en inmediatez pero se pierde el cuidado por hacer un disco que suene mejor. También se está perdiendo el formato del disco al consumir la música de una manera más rápida. Tiene así cosas muy buenas y cosas, románticamente hablando, menos buenas. Pero indudablemente para mí es más positivo que negativo.

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