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Queremos conocer, potenciar y explorar las ventajas y contradicciones de toda una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común. Canal de economía social, por Pau Llop y Goteo.org

Aguas abiertas: ejemplos de tecnologías libres para bienes comunes naturales (1/4)

Hunter Daniel and Protei-003 "Ocean Blimp" en Flickr bajo licencia Creative Commons by-nc-sa

Goteo.org

Una definición de procomún o bien comunal (ese concepto en constante evolución que aún genera discusiones en el seno de comunidades y ámbitos académicos) es la de aquellos bienes, recursos, procesos o cosas, ya sean materiales o de carácter intangible, cuyo beneficio pero también posesión o derechos de explotación pertenecen a un grupo o a una comunidad determinada de personas. Como comenta Antonio Lafuente en este vídeo respecto al ejemplo de los bienes comunes naturales, el procomún también puede entenderse como algo que es de todos y de nadie al mismo tiempo, algo de lo que nos solemos acordar cuando está en peligro de desaparecer o cercarse para restringir su acceso. Así, el medioambiente y los recursos naturales, especialmente cuando padecen un deterioro o se contaminan, parcelan, sobreexplotan, etc. constituye un claro ejemplo de procomún.

Por otro lado, de un tiempo a esta parte, en la definición y consideraciones en torno a los bienes comunales (cuyas características cambiantes explica bien este post de Juan Freire) emergen también ejemplos nacidos en el ámbito digital, donde se les puede dar la misma consideración de procomún a fenómenos como la Wikipedia, el software libre o la red de comunicaciones libres Guifi.net. Ejemplos en que la colaboración y la governanza, así como el uso derivado de estos puede ampliarse a todo el mundo y beneficiar comunidades y personas de diverso signo. En estos casos con el rol importante de su replicabilidad garantizada por trazos e información liberada, que permite a cualquiera ver cómo está hecho algo, acercarse, usarlo, mejorarlo, etc, tal y como explicábamos en nuestro anterior post debería aprender y generalizar el tercer sector y la economía social.

En ese sentido, os proponemos una serie de ejemplos en que el interés desde el punto de vista del procomún nos parece doble (por los objetivos y marco de acción en relación a los recursos naturales, así como por el modo en que se abordan de modo tecnológico y replicable). Iniciativas que demuestran que la solución a muchos problemas que afrontamos hoy día puede pasar por abrir precisamente dicha solución de manera detallada, rigurosa, colectiva y apropiable, superando de ese modo problemas de escala y complejidad para multiplicar su impacto. Empezaremos por el agua, dejando para posteriores posts la tierra, el aire y el fuego como excusa para referirnos a los cuatro elementos de la antigüedad y repasar varios ámbitos de relación entre procomunes naturales y digitales.

Open hardware

Protei es una iniciativa que pretende hacer llegar el prototipo de una pequeña embarcación sin tripulante basada en hardware libre para detectar y limpiar la contaminación en el mar. Iniciada como reacción al vertido de petróleo de la compañía BP en 2010 en el Golfo de México, actualmente permite no sólo identificar y procesar vertidos de crudo o químicos, sino también de plásticos y elementos radioactivos, así como el estudio de algas y corales y determinadas especies marinas, y también otros usos oceanográficos. Os dejamos con un vídeo (en inglés) en que su impulsor Cesar Harana (quien también está promoviendo una iniciativa de licencia de hardware abierta para tecnologías marinas) explica más detalles del proyecto:

Otro prototipo abierto, respaldado por una comunidad de entusiastas además de su equipo impulsor, es el de OpenROV, una iniciativa de robótica en torno a la educación y exploración submarina. Han desarrollado un pequeño dispositivo (cuya financiación recurrió también al crowdfunding) programable, de bajo coste, facilidad de ensamblaje y diseño abierto con el que es posible iniciarse en la exploración de entornos submarinos.

En ese ámbito “acuático”, llevando la filosofía hacker o “háztelo tú mismo” un paso más allá, la construcción de vehículos abiertos empieza a mostrar diversos tipos de ejemplos de desarrollo “artesanal” replicable, desde dispositivos guiados remotamente con tecnología Arduino hasta otros pequeños submarinos WiFi con controlador basado en Raspberry Pi.

Finalmente, destacar el proyecto en curso de un filtro 3D imprimible en cerámica para un hervidor de agua open source. Forma parte del proyecto global Open Structures, el cual explora desde el diseño la posibilidad de un modelo de construcción modular donde todo el mundo diseñe para todo el mundo compartiendo partes, componentes y estructuras. En este caso, el prototipo forma parte de un proyecto de investigación sobre los beneficios potenciales de la impresión 3D en cerámica para la producción de filtros de agua para países en vías de desarrollo.

Colaboración distribuida

Mediados por Internet y diversos dispositivos, existen otros ejemplos que implican diversos grados de comunidad y participación mediante recursos digitales comunes en pos de mejorar el acceso a un bien limitado y crucial como es el agua, así como otros propósitos de interés público.

Mediante Old Weather una comunidad de climatólogos recibe ayuda para transcribir a formato digital los registros de cientos de barcos antiguos, donde los capitanes anotaban las temperaturas del océano mientras navegaban. Se trata de información increíblemente valiosa para los investigadores una vez procesada digitalmente, mediante la que entender las condiciones del clima pasado y las claves para predecir condiciones del futuro, comprendiendo mejor la escala del impacto ambiental y variaciones del clima desde la revolución industrial hasta la fecha. En comparación, si se debieran transcribir los registros por una sola persona, la tarea tardaría 28 años en completarse.

Otro ejemplo en ese sentido es mWater, que permite a comunidades locales en países como Tanzania, Kenia o India llevar a cabo tests de potabilidad de agua para consumo, utilizando dispositivos de bajo coste (en torno a 3 dólares) y una aplicación para móviles basada en Android. Gracias a ello se pueden geolocalizar los resultados, compararlos y así recibir feedback instantáneo para el usuario, a la vez que crecer como comunidad distribuida de “sensores” de la calidad de agua.

¿Sabes de más proyectos de open hardware o colaboración digital abierta en torno al agua? Explícalos o deja el link en un comentario, ¡queremos conocer más!

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