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Empieza la cuenta atrás: dos meses clave para el futuro de los valencianos

Un momento de una de las reuniones mantenidas entre PSOE, Podemos, Compromís y Podemos

Miguel Giménez

València —

Esta semana se ha celebrado el debate de investidura en el que Pedro Sánchez -como era de prever- no ha conseguido su objetivo en primera y segunda votación, y todo ello a pesar de las voces optimistas, como la de la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, quien aseguró que con dos noches de insomnio se podía alcanzar un acuerdo para que el socialista hubiera llegado a ser presidente. Sin embargo, el pacto con Ciudadanos, tal y como apuntaba desde el primer momento, se ha demostrado insuficiente, ya que como advertían todos los actores de esta historia, no sumaba (bueno, sí sumaba, pero sólo 130 votos, muy lejos de la mayoría absoluta o ni siquiera de una mayoría simple).

No obstante, el proceso que se ha iniciado esta semana es muy importante para la Comunitat Valenciana, ya que se ha puesto en marcha el reloj para la formación de un Gobierno en la Moncloa o la convocatoria de unas nuevas elecciones generales que los valencianos no se pueden permitir. Estas son algunas de las razones.

1.- El actual sistema de financiación, que ya era injusto para la Comunitat Valenciana, caducó en 2014. Es decir, está pendiente de reforma para compensar los 1.300 millones de euros de infrafinanciación que la Generalitat Valenciana deja de percibir anualmente por ese desfase -y que el Ejecutivo valenciano incluyó en sus presupuestos para 2016-. El Consell necesita un Gobierno en Madrid con el que negociar ese nuevo modelo de financiación más justo y que reclaman tanto partidos políticos como sociedad civil.

2.- La deuda histórica. La Generalitat calcula en 16.000 millones de euros la deuda histórica que tiene contraida el Estado con la Comunitat Valenciana a causa la deficiente financiación de estos últimos años. El Consell necesita un interlocutor en Madrid con el que pactar el reconocimiento de esa deuda o, al menos, renegociar el pago. Esos 16.000 millones suponen aproximadamente un 30% de los más de 40.000 millones de deuda que acumula la Generalitat.

3.- Déficit en inversiones. Otra circunstancia que se va repitiendo año tras año es el déficit en inversiones procedentes de los Presupuestos Generales del Estado que recibe cada ejercicio. El Gobierno de Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro tan sólo contempla destinar el 8% del total de las inversiones -muy lejos de la media estatal- a la Comunitat Valenciana frente al 11% que exige el Gobierno del Botànic, circunstancia que llevó al Consell a recurrir los presupuestos ante el Tribunal Constitucional, un recurso que, de momento, ha sido admitido a trámite. La principal inversión que depende del Estado y que es vital para la economia valenciana es el Corredor Mediterráneo.

4.- Refugiados. El Consell ha apostado desde el comienzo de la crisis humanitaria de los refugiados, a causa de la guerra de Siria, por la acogida. Sin embargo, las iniciativas valencianas -como la de fletar un barco para traer a un millar de personas desde los campamentos de Grecia a tierras valencianas- se ha topado una y otra vez con la barrera del Ejecutivo de Rajoy.

5.- Deuda del Consorcio Copa América. El ayuntamiento de Valencia tiene una deuda contraida con el Gobierno cercana a los 400 millones de euros a causa del Consorcio de la Copa América, una cantidad que la institución que preside Joan Ribó pretende que le sea perdonada. El consistorio valenciano considera imprescindible la condonación de la deuda, que es inviable que asuma.

6.- La estabilidad del Gobierno. Hasta la saciedad ha insistido Compromís en la necesidad de que se traslade un pacto “a la valenciana” -tomando como referencia el 'Acord del Botànic'- a Madrid. Ello supone un acuerdo de las fuerzas de izquierdas -PSOE, Podemos, Compromís e Izquierda Unida-, que necesitaría de algún apoyo o abstención más para salir adelante, que aúpe a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. Sin embargo, el candidato socialista ha preferido optar primero por un acuerdo con Ciudadanos, que no ha salido adelante a pesar de los intentos de última hora por sumar más apoyos -entre ellos los de Compromís.

A buen seguro que no sería lo mismo para la estabilidad del Consell un Ejecutivo formado íntegramente por fuerzas de izquierdas que otro en el que estuviera Ciudadanos, que se ha mostrado contrario a reivindicaciones como la de la condonación de la deuda. Por no hablar de cuatro años más de Gobierno del PP en Madrid con el actual gobierno bicolor en la Generalitat.

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