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ENTREVISTA Presidenta del Consejo Escolar del Estado

Encarna Cuenca: “Quien utiliza la educación como arma política debería asumir la culpa del daño a las generaciones futuras”

Encarna Cuenca, presidenta del Consejo Escolar del Estado. / Jesús Císcar

Miguel Giménez

València —

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El pasado 9 de febrero el Consejo de Ministros aprobaba el nombramiento de Encarna Cuenca (Albacete, 1958) como presidenta del Consejo Escolar del Estado, un cargo del que tomaba posesión unos días después. Cuenca, licenciada en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València, ocupaba desde 2015 la presidencia del Consell Escolar valenciano.

Lo primero que me gustaría preguntarle es cómo surge la posibilidad de presidir este organismo. ¿Cómo le proponen ocupar el cargo?

Supongo que ha debido contribuir el hecho de haber sido seis años presidenta del Consejo Escolar de la Comunitat Valenciana y miembro de la Junta de Participación Autonómica del Consejo Escolar del Estado, unido a mi trayectoria profesional. Conocer el trabajo en el aula y en las administraciones autonómica, estatal y europea, siete años en el Ministerio, imagino que fueron claves para pensar en mí como relevo a Enrique Roca, que manifestó su deseo de jubilarse.

Formalmente, la propuesta fue, como estos tiempos de pandemia aconsejan, por teléfono. Recibí una llamada del secretario de Estado de Educación ofreciéndome la posibilidad de presidir el Consejo. Me honra enormemente que pensasen en mí y agradezco a la ministra su confianza.

En su toma de posesión definió este órgano como un espacio de diálogo y de encuentro de voces diferentes que deben sonar de manera armónica. ¿Pero qué es el Consejo Escolar del Estado? ¿Para qué sirve?

El Consejo Escolar del Estado es el órgano de participación de los sectores que están más directamente relacionados con el mundo educativo. Está integrado por 105 personas en representación del alumnado, las familias, los centros educativos, las organizaciones sindicales y empresariales, la administración educativa, universidades, entidades locales y organizaciones de mujeres, además de personalidades de reconocido prestigio en el campo de la educación y los presidentes y presidentas de los consejos escolares autonómicos.

La función del Consejo es asesorar, a instancias de la administración, sobre proyectos normativos que hayan de ser propuestos o dictados por el Gobierno, mediante la emisión de dictámenes, y a iniciativa propia mediante informes y propuestas. Otro instrumento fundamental es el informe sobre el estado del sistema educativo, donde se incluyen las propuestas de mejora de la educación relacionadas con diversos aspectos de la enseñanza no universitaria.

Por otra parte, el Consejo Escolar del Estado integra la participación territorial a través de la Junta de Participación, compuesta por los respectivos presidentes y presidentas de los consejos escolares autonómicos, cuyo papel considero fundamental.

Por eso es crucial escuchar juntas todas las voces que lo integran, alumnado, familias, profesorado… dialogando, porque son las voces que nos permitirán conocer sus intereses y elaborar propuestas acordes a las necesidades de las personas destinatarias de las normas. “Deben sonar armónicas” es una metáfora para ilustrar la necesidad de consenso, de la imprescindible tarea de escuchar y llegar a acuerdos, como fórmula para potenciar al máximo las soluciones adoptadas.

Supongo que estos días está teniendo mucha actividad. ¿Cómo lleva estas primeras semanas? ¿Cuáles son los primeros 'deberes' que se ha puesto?

Estas semanas están siendo muy enriquecedoras. La primera tarea que considero clave es conocer, de primera mano, las sensibilidades de los diferentes sectores, sus necesidades, puntos de vista, pero también aquello que pueden aportar. Por eso estamos realizando reuniones con los distintos sectores en las que intercambiamos ideas y reflexionamos juntos. A partir de las conclusiones elaboraremos nuestra agenda de prioridades y puntos de encuentro.

¿Y más a largo plazo, cuáles son los objetivos que se ha marcado como presidenta?

Una vez identificados los puntos de encuentro y consensuada la agenda, poner en marcha el trabajo conjunto contando con todas las personas que integran el Consejo Escolar del Estado para buscar las mejores respuestas a las necesidades planteadas. Además, obviamente, de elaborar los dictámenes que nos sean solicitados.

¿Cómo valora su experiencia al frente del Consell Escolar Valencià?

Siento un profundo agradecimiento. Me llevo grandes regalos: amistades, oportunidad de conocer puntos de vista diferentes contados en primera persona, capacidad de escucha... He visto que las personas podemos avanzar poniendo el acento en lo que compartimos, que necesitamos un tiempo inevitable para pensar juntas y sentir que las diferencias no nos separan sino que nos complementan.

Es evidente que la educación se ha resentido en este último año. ¿Se ha perdido un curso?

Que el golpe de esta pandemia ha sido muy grande en todos los ámbitos y en todos los sectores es un hecho indiscutible. También en la educación. La comunidad educativa ha sido y está siendo golpeada duramente. Pero hemos aprendido el valor del trabajo conjunto y se han puesto en evidencia necesidades, pero también posibilidades de enfrentarlas juntos y, por tanto, seguir avanzando más firmemente.

Si consideramos ganar o perder un curso académico en términos clásicos, de contenidos, seguramente la respuesta a su pregunta es sí, la educación se ha resentido. Pero si tenemos en cuenta los aprendizajes significativos a lo largo de este año, tal vez podemos sacar una visión más positiva. Sería un buen ejercicio reflexionar sobre qué nos ha enseñado la pandemia a cada uno de nosotros.

La COVID-19 ha sido muy dura para toda la comunidad educativa, sobre todo para los alumnos. ¿Cómo se ha adaptado el sistema educativo a la pandemia?

Con todos los recursos, personales y materiales disponibles puestos al servicio de la educación. Con dedicación por parte del profesorado y de los equipos directivos, de las familias, de las administraciones educativas, el apoyo de los miembros de la comunidad educativa. Con ganas, como en una guerra, sacando fuerzas de flaqueza para seguir ofreciendo la mejor educación posible. Y el alumnado nos ha demostrado su capacidad de responder, su deseo de colaborar en la lucha.

¿Necesitamos mejorar? Eso siempre, pero de momento solo tengo palabras de agradecimiento.

¿Qué opina de la Ley Celaá?

Personalmente creo que está planteada desde una perspectiva muy adecuada: dar respuesta a los problemas de la educación en nuestro país apuntados por diferentes estudios nacionales e internacionales y ser lo suficientemente flexible como para permitir adecuar las soluciones a situaciones específicas.

¿Y en su experiencia como presidenta del Consell Escolar Valencià, qué le parecen las polémicas generadas a cuenta del decreto de plurilingüismo o con la concertada en la Comunitat Valenciana?

Creo que muchas veces las polémicas se podrían resolver, o al menos mitigar. Todo debate, racionalizado, es bienvenido. Escucharse con ánimo de entender al otro es un signo de amistad y por tanto, el primer paso para llegar a acuerdos.

¿Se utiliza la educación como arma política?

Por encima de cualquier planteamiento particular, lo que es imprescindible para el futuro de las nuevas generaciones es conseguir una educación universal de calidad, para todas las personas, sin excepción, que permita desarrollar todas sus potencialidades. Como dijo Mandela, “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

Quien pretenda utilizar la educación como arma política, con fines partidistas, debería asumir la culpa del daño que ello conlleva para las futuras generaciones.

Y para finalizar, me gustaría saber qué opinión le merece el hecho de que en España parezca imposible consensuar una ley educativa.

Una pena. Tendremos que buscar la manera de conseguir que esta lamentable tradición desaparezca y ser capaces de encontrar un camino en el que la discrepancia no sea un obstáculo para seguir avanzando juntos.

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