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Perdonen que esta vez no firme

Laura Vilanova

Esta última semana hemos sabido que la Generalitat ha gastado 350 millones de euros en ayudas a tres clubs de fútbol de nuestra Comunitat. Tras la burbuja inmobiliaria, parece que la burbuja del fútbol español está a punto de explotar y, como siempre, aquí somos lo más y llevamos la marca Comunitat Valenciana hasta Bruselas si es necesario.

Lo que más me ha llamado la atención de este sinsentido es que se siguiera enterrando dinero público –es decir, de todos los contribuyentes- en los clubes de fútbol mientras la otra burbuja, la de los bancos, ya había estallado. Mientras se dejaba de pagar a los farmacéuticos o se quitaba la paga de Navidad a los funcionarios…Mientras se dejaba a institutos sin calefacción, a niños sin becas de comedor o se convertía a jóvenes en alumnos fantasmas sin posibilidad de continuar sus estudios universitarios. Y, seguramente, lo hubieran seguido haciendo mientras vemos marchar el legado del oriolano Miguel Hernández a tierras andaluzas, de no ser por el toque de atención de Bruselas.

Escuchando un informativo de la radio el otro día oí el testimonio del padre de una niña dependiente al que a partir del próximo 1 de enero le harán pagar parte de los servicios de asistencia de su hija con la entrada en vigor del copago aprobada por la Generalitat. Decía algo así como que “tenemos que elegir entre comer o pagarle el transporte para que acuda al centro de día”. Y me pregunto qué pensará ese padre que no puede pagar una mejor calidad de vida para su hija cuando escuche la noticia de que se han enterrado millones para mantener unos clubs sobredimensionados, con los jugadores mejor pagados del fútbol europeo, millones en mantener una liga que lleva el nombre de un banco y que sirve para que los políticos hinchen pecho en los palcos en una final del Mundial o que hagan el ridículo recordando goles de la selección nacional en el entierro de uno de los mayores emblemas de la paz del siglo XX.

¿Demagogia? ¡No creo! Sólo empleo un argumento similar al que utilizó Alberto Fabra para justificar el cierre de RTVV: “O cerramos colegios y hospitales, o la RTVV”. Y digo similar porque el Molt Honorable hablaba de una supuesta elección entre servicios públicos, que no es el caso de los clubs de fútbol ¡de momento!

Tras leer la noticia de que ahora la Generalitat quiere recuperar cuanto antes el dinero invertido en avales estoy esperando que cualquier asociación, peña, club de seguidores o, incluso, algún ayuntamiento lance una iniciativa de recogida de firmas bajo el lema “Salvar a … Hércules, Valencia, Elche”…¡elijan ustedes!

Pues no… ¡Perdonen que esta vez no firme!

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