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Cepillar los dientes a tu perro: ¿sirve de algo?

Foto: Matthias Zomer

Jordi Sabaté

Rosa, lectora y socia de eldiario.es, nos formula la siguiente pregunta en un correo electrónico: “Mi perro tiene cuatro años y le huele mucho el aliento, además de que se le acumula mucho sarro, por lo que cada nueve meses tengo que llevarlo al veterinario para que le hagan una limpieza. El problema no es solo el coste de la limpieza sino que le tienen que aplicar anestesia, con el peligro que conlleva. Además, al ser un perro grande, la cantidad de anestesia no es baja con lo que el precio final se dispara. Sin embargo, el otro día vi en la tienda de animales que hay cepillos y pasta de dientes para perro y quería saber si es útil o es solo para hacernos gastar dinero”.

Como todos los mamíferos, las piezas dentales del perro sufren tanto con la edad como con el hecho de comer y acumular sarro y placa dental, y en algunos casos, si en su dieta hay demasiados azúcares libres, las caries. Por lo tanto los cuidados de la boca del perro son importantes, más si se tiene en cuenta que el perro tiene la boca dispuesta para desgarrar y tragar, pero no para masticar. Acaso con los dientes puede romper algunas piezas grandes, pero poco más.

Este hecho es destacable porque la masticación tiene una notable acción mecánica sobre la superficie de los dientes que previene contra la placa dental y el sarro. En el caso del perro, al no producirse, la acumulación de sarro y placa bacteriana puede ser mayor, especialmente en función de los alimentos que le demos. Las consecuencias pueden ser inflamación de las encías y dolor al comer, por lo que parece que ha perdido el hambre.

Alimentos para cuidar la higiene bucal

No obstante, podemos forzar al perro a la masticación o, al menos, inducirle la acción mecánica sobre las piezas por fricción con los alimentos. Por ejemplo, es muy recomendable limitar la cantidad de alimentos blandos o húmedos que le damos al perro, y si pude ser alimentarle solo con pienso seco y con un tamaño de grano que le obligue a romperlo con los dientes. De este modo la fricción ayudará eficazmente a reducir la placa.

Adicionalmente podemos darle también pedazos de manzana o zanahoria si le gustan, de modo que se vea obligado a masticar para disfrutarlos, pero debemos tener cautela con la cantidad que le suministramos, pues cabe recordar que el perro es un animal carnívoro y pueden causarle indigestión.

También podemos encontrar en el mercado tiras de tendón o incluso de fibras vegetales, pensadas para que el perro las muerda y así limpie las superficies dentales de placa. Otro producto que se comercializa son una especie de huesos o galletas en forma de cepillo de dientes, hechos a base de sustancias naturales, pero con un alto porcentaje de fibra vegetal y quelatos, unos compuestos que ayudan a reducir la placa bacteriana. Pueden utilizarse como complemento pero no a todo los perros les sientan bien, ya que pueden provocarles indigestión y gastritis, con vómitos o diarrea.

Cepillos y pastas dentales

Tal como dice Rosa, de unos años a esta parte se comercializan cepillos y pastas dentales para perros. Sí se muestran eficaces para reducir tanto el sarro como la placa si se los utiliza con asiduidad y constancia, y pueden prolongar el tiempo entre visitas al veterinario para limpiezas bucales, al mantener las piezas más saneadas. Ahora bien, será el profesional quien deberá valorar la oportunidad de intervenir o no, ya que en efecto es poco recomendable abusar de las anestesias.

De todos modos, se trata de productos diferentes a los que usamos los humanos, por lo que conviene no confundirlos, especialmente no cepillar a nuestro perro con pasta para personas. Las pastas dentales para perros son menos agresivas y normalmente tienen sabores que hacen el cepillado agradable para el perro, de modo que se deje e incluso le guste. Porque el principal problema que encontraremos es que el perro no está acostumbrado al cepillado y se mostrará inquieto o se resistirá. Por este motivo es importante acostumbrarle desde cachorro al cepillo.

A este respecto, también entra en juego la anatomía de la boca del perro, que dificulta ver las piezas traseras, que corren el peligro de quedar sucias. Por ello se recomienda utilizar un cepillo de cerdas suaves o mejor una especie de dedal de goma con cerdas que se introduce en un dedo para después poder hurgar cómodamente en la dentadura canina, previa aplicación de la pasta.

Para los perros nerviosos, o muy grandes para ser cepillados con dedal, existen tanto pomadas con sabores como líquidos y aerosoles. Las pomadas con sabores vienen en un tubo y se deben aplicar sobre las piezas traseras, ya que el perro pasará la lengua por ellas y extenderá el líquido por el resto de dientes. Además le provocan salivación, que siempre es un eficaz antídoto contra la placa, aunque no son tan eficaces para la acumulación de sarro porque no existe acción mecánica en su aplicación.

Los aerosoles permiten introducir mediante un spray el producto limpiador en las piezas para que luego el perro se pase la lengua por ellas extendiéndolo. Finalmente los líquidos se recomiendan en perros rebeldes o con las piezas demasiado sensibles para aplicarles ningún otro producto. El líquido se aplica en la proporción recomendada en el agua de beber del perro. No obstante, hay que evitar los enjuagues que contengan xilitol, un producto tóxico para los perros.

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