Manchas rojas en los ojos: ¿por qué se producen?

Foto: Raul654

Jordi Sabaté

Elvira, lectora y socia de eldiario.es, nos plantea la siguiente cuestión en el texto de un correo electrónico: “hace unos días al levantarme observe la aparición de una mancha de sangre en mi ojo derecho y me asusté bastante, porque aunque suelo tener con frecuencia manchas más pequeñas, nunca había padecido una tan grande. El caso es que como no me duele y parece que va bajando, he decidido ahorrarme la visita al oftalmólogo. ¿Debería ir? ¿Es un asunto grave? ¿Por qué aparecen? Me gustaría que respondierais a estas preguntas”.

¿Por qué nos salen a veces manchas en los ojos?

En primer lugar responderemos a la última pregunta, el porque aparecen estas manchas o charcos, puesto que en realidad son eso, charcos de sangre, y se conocen técnicamente como derrames subconjuntivales. Se trata de la rotura de los capilares que irrigan la subconjuntiva del ojo, una capa muy fina y rígida y exterior que protege la parte inmediatamente interior -conocida como esclerótica y que le da el tono blanco al ojo- y además se encarga de que el globo ocular esté debidamente lubricado.

Los capilares de la subconjuntiva son muy finos y frágiles y pueden romperse fácilmente con una subida de la presión sanguínea, por ejemplo tras un esfuerzo grande al cargar pesos, al estornudar, al vomitar, o también al evacuar con esfuerzo. Adicionalmente si nos frotamos mucho el ojo podemos padecer una rotura de estos capilares, así como con fuertes ataques de tos o bien al padecer un traumatismo ocular.

En tales casos no se trata de un cuadro grave, ya que la sangre se reabsorbe, los capilares se regeneran y el charco desaparece totalmente en un periodo de ocho días a un mes como mucho, sin causar ni escozores, ni dolores ni otras molestias, si bien estéticamente puede antojarse bastante aparatoso, sobre todo al principio, ya que el iris queda totalmente cubierto de sangre. 

Cuándo hay que valorar ir al médico

En algunos casos, sin embargo, sí puede ser recomendable acudir a un médico. Por ejemplo, Elvira nos comenta que ella tiene con frecuencia manchas de menor tamaño. Suponiendo que sean algo más que capilares enrojecidos y marcados, es decir que sean encharcamientos, pueden haber supuestos en los que la mancha se dé por problemas crónicos.

En el caso de que se produzca esta mancha por frotarse el ojo con frecuencia, podríamos estar ante una conjuntivitis prolongada, que nos detectará el oftalmólogo y nos dará el debido tratamiento. Otro supuesto es el de que padezcamos una alergia que nos provoque irritación y un escozor en el ojo, por lo que también nos lo frotaremos.

De nuevo el oftalmólogo nos recomendará un tratamiento, que seguramente irá acompañado de algún tipo de lágrima artificial con algún calmante. También un ambiente excesivamente seco, por aires acondicionados o calefacciones, puede incidir en la sequedad ocular y llevarnos a escozor que provoque encharcamientos. De nuevo la lágrima artificial será el mejor remedio, aunque deberá recetárnosla el oftalmólogo.

Finalmente, las manchas muy recurrentes y muy evidentes en los ojos pueden deberse a patologías más serias, que el oftalmólogo puede detectar pero por las cuáles deberá derivarnos a otros especialistas. En esta casuística entran la hipertensión, que ante cualquier movimiento brusco propiciará la rotura de capilares con frecuencia.

No hay que confundir, de todos modos, la tensión arterial, la hipertensión, con la presión intraocular alta, propia del glaucoma. La otra causa grave de aparición de manchas oculares frecuentes que nos debe llevar al médico es la diabetes, ya que esta enfermedad incide en el mal estado a largo plazo del sistema circulatorio, afectando principalmente a los capilares.

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