Cómo elegir un albornoz: ocho aspectos en que fijarte para no pasar frío

En este artículo te explicamos qué debes tener en cuenta cuando vas a elegir un albornoz, ya que la cosa tiene su ciencia, más de la que aparenta. Podemos tener en cuenta los siguientes condicionantes:

1. La talla

Es recomendable escoger siempre una talla superior a la nuestra para que quede holgado y tengamos así más superficie de secado. Por otro lado, evitaremos tallas muy ajustadas porque nos darán sensación de frío al contacto con el algodón mojado y porque con la humedad nos pueden producir roces en las axilas y otras partes de piel delicada.

2. El grosor del tejido

El grosor importa. Si escogemos un albornoz de tejido muy grueso nos secará con rapidez y nos confortará, pero si el lavabo es húmedo y no ventila bien, se secará más y con dificultad y en la siguiente ducha no será tan agradable. Además, será un buen sustrato para el crecimiento de hongos, bacterias y ácaros.

Por otro lado, con un paño más delgado puede que no nos sequemos del todo bien y pasemos frío, aunque si el ambiente es seco, perderá la humedad con mayor facilidad. Además, en sucesivos lavados irá perdiendo fibras y por tanto perderá más pronto que tarde su eficiencia. A este respecto, un albornoz de 400 gramos ya está considerado de calidad.

3. El tipo de tejido

El tejido es importante por un asunto de absorción y transpiración, así como resistencia en los lavados y calidad. Lo ideal es 100% algodón, pero existen modelos con parte de fibra sintética que resultan más baratos: transpiran y absorben peor. Ahora bien, resisten mejor el paso por lavadoras y secadoras que el algodón y se pueden lavar a 90ºC, lo que mejora su desinfección, sobre todo respecto a fecales y hongos de la piel.

4. La longitud

Importa más de lo que creemos. Un albornoz largo nos permite secarnos las piernas. No obstante, puede resultar incómodo para desplazarse por la casa. Por contra, un albornoz corto puede antojarse insuficiente y dejar las extremidades inferiores húmedas y frías.

5. Con o sin capucha

Para personas de pelo largo no se recomienda la capucha porque no llegará a secar totalmente el pelo y, por otro lado, costará más dejarlo sin humedad. Es mejor que estas personas utilicen un albornoz sin capucha y una toalla pequeña de pelo. En cambio, en personas de pelo corto el albornoz con capucha resulta ideal.

6. Con bolsillos

Los bolsillos siempre son bienvenidos, aunque suben el precio de la pieza.

7. El color

Escoger colores vivos puede resultar muy atractivo y disfrutaremos de nuestro albornoz en el primer año de uso. Sin embargo, tras los sucesivos lavados –conviene hacerlo cada semana– el color irá perdiendo viveza y al final su palidez dará sensación de que la prenda es antigua. Consejo: un albornoz claro es más sufrido.

8. El precio

No te dejes engañar por diseños de grandes marcas que acaso no sean adecuados para ti, pasen de moda en dos años y además tengan poco gramaje y mucha fibra sintética. Apuesta por la calidad mirando el porcentaje de algodón y el peso del albornoz.

Cuatro modelos que pueden merecer la pena

Bassetti - Albornoz con capucha para hombre/mujer

Twinzen - Albornoz Hombre Ducha

Sabalina - Albornoz para mujer

NY Threads - Albornoz mujer

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