Parir en casa, un debate abierto que genera controversias

Foto: Pumpkingood

Cristian Vázquez

La cuestión de si es conveniente o no que una mujer dé a luz en su casa es una de las que más debates generan en el ámbito de la obstetricia. Ambas partes tienen sus defensores férreos y datos que avalan sus posturas, mientras que el sistema sanitario español se mantiene en una posición un poco ambigua, ya que parir en casa está permitido pero no está regulado. Quienes optan por esta alternativa, de hecho, deben asumir todos los gastos económicos que implica.

El caso es que en España, hasta hace medio siglo, la mayoría de los partos eran así: en la propia casa, asistidos por una matrona. Y en una época en la cual -como apunta un documento de la asociación El Parto es Nuestro- las condiciones de salubridad no eran las óptimas (muchos hogares no contaban con agua corriente ni calefacción), así como tampoco las condiciones nutricionales y de salud de muchas mujeres. Todo esto, sumado al hecho de que tenían muchos hijos y muy seguidos, hacía que la tasa de mortalidad materna e infantil durante el parto fuera muy elevada.

Con los años se impuso la práctica de parir en el hospital, que redujo de forma notoria esas tasas de mortalidad. Sin embargo, el proceso de hospitalización de los partos también trajo consigo algunas consecuencias negativas: un número de cesáreas, episiotomías e inducciones al parto muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, en general, una “deshumanización” del alumbramiento, según dice la citada asociación. Estas razones impulsaron a muchas personas y asociaciones a valorar la posibilidad de que los bebés nazcan como antes, en el propio hogar.

A favor del parto domiciliario

No existen estadísticas oficiales, pero las asociaciones estiman que cada año se realizan unos 800 partos en casa programados. En 2016, el último año del que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrece cifras definitivas, se produjeron en España 410.583 nacimientos. Se puede afirmar, por lo tanto, que uno de cada 500 bebés nace en su casa en nuestro país.

Por supuesto, la principal discusión en relación con este tema gira en torno a la seguridad tanto de la madre como del bebé. Un estudio de la Universidad de Alicante no halló diferencias significativas en la mortalidad infantil entre los bebés nacidos a término, con asistencia sanitaria, en el domicilio particular y en un centro sanitario.

Los investigadores analizaron más de 4,7 millones de partos en hospital y 14.600 en casas, ocurridos en España entre 1995 y 2009. La tasa de mortilidad en las primeras 24 horas fue ligeramente inferior en los bebés nacidos en casa: 1,57 por cada mil casos, contra 1,60 en los nacidos en hospital. Es una diferencia insignificante.

Otra investigación, realizada en Holanda, donde se fomenta el parto en casa, llegó a resultados similares. Tras estudiar 743.070 casos, hasta los 28 días de vida, la tasa de mortalidad fue similar en ambos grupos. Las conclusiones del trabajo afirman que “no hay un incremento del riesgo en los partos domiciliarios programados en embarazos de bajo riesgo”, aunque especifican que tal comprobación solo vale “para regiones en que los partos en casa están bien integrados en el sistema de cuidados maternales”. En España, el costo de un parto hogareño no es cubierto por el sistema sanitario, y ronda los 2.000 euros.

Riesgos de parir en casa

Como ya se ha señalado, la posición contraria a los partos en casa también cuenta con documentos que la avalan. Una revisión de una docena de estudios, realizada por investigadores del Main Medical Center, de Portland, Estados Unidos, sostiene que el parto domiciliario en general ofrece una serie de beneficios.

Para la madre, una menor cantidad de intervenciones, como las ya mencionadas cesáreas y episiotomías, y también menos moribilidad, como infecciones, hemorragias y laceraciones. Para el bebé, menos problemas como prematuridad y bajo peso. Pero el costo de esos beneficios es alto: la tasa de mortalidad neonatal en los partos en casa triplica la de los partos hospitalarios, de acuerdo con esta revisión.

Más allá de las estadísticas están las experiencias. En enero, el ginecólogo madrileño Jackie Calleja publicó en Twitter: “Acabo de atender una hemorragia obstétrica por atonía uterina tras un parto (…) Por favor, no deis a luz en casa. Un parto puede convertirse en una urgencia en minutos”. Esto ocurrió en un hospital. Según Calleja, si hubiera sido en un parto en casa, lo más probable es que la madre no habría sobrevivido, y esto puede ocurrir aunque se trate de un caso de bajo riesgo, que cumpliera con todos los requisitos que se deben cumplir para planificar dar a luz en el hogar.

También el presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) se manifestó en contra de los partos en casa. “Dar a luz en tu domicilio es jugártela, hoy carece de todo sentido”, afirmó Txanton Martínez-Astorquiza en noviembre del año pasado, cuando un bebé -hijo de una matrona- murió en el hospital de Cruces, en Barakaldo (Vizcaya), después de haber nacido en su casa.

Las declaraciones de Martínez-Astorquiza generaron numerosas reacciones, como la de El Parto es Nuestro, que aseguró en un comunicado (que “no defiende ninguna opción de parto respecto a otra”, pero que sí aboga “por el derecho de toda mujer a decidir la opción de parto que más le convenga, en virtud de la Ley de autonomía del paciente y de los derechos recogidos por Corte Europea de Derechos Humanos”. Incluso hubo una convocatoria a través de la web Change.org que pedía la dimisión del titular de la SEGO. Fue firmada por más de 13 mil personas.

Condiciones para planificar un parto domiciliario

Para poder planificar un parto domiciliario, se debe cumplir con una serie de condiciones, especificadas en la Guía de asistencia del parto en casa , editada por el Colegio Oficial de Enfermería de Barcelona en 2010:

  • La gestación debe ser de un solo bebé, el cual se debe presentar en posición cefálica.
  • El parto debe suceder entre las semanas 37 y 42 de gestación.
  • El plan de nacimiento ha de establecerse antes de la semana 28 de gestación. Será responsabilidad de cada matrona valorar la conveniencia o no de atender a las embarazadas que lo decidan después de ese plazo.
  • Es recomendable realizar un mínimo de cuatro visitas clínicas antes de la asistencia
  • al parto, una de ellas en la casa donde se planifique el parto.
  • La gestante aportará todos los controles ecográficos y analíticos y otras pruebas que se haya efectuado. Ella y su pareja, si la hay, complementarán la historia clínica, documento confidencial que será archivado y custodiado por la matrona.
  • Los criterios de normalidad del embarazo deben mantenerse durante todo el proceso. Cualquier desviación de lo que se considera como “de bajo riesgo” será valorada y atendida de forma particular.
  • La casa donde se ha de desarrollar el parto debe cumplir con condiciones adecuadas de higiene, temperatura y acceso: tiene que haber un hospital al que se pueda llegar en no más de media hora.

Una decisión libre e informada de la mujer

Por lo demás, es fundamental que la elección de parir en casa sea “una decisión informada y libre de la mujer”, explica la guía. “Nunca se la ha de convencer ni debe imponerse. Es crucial que la responsabilidad de la mujer y de su pareja en la elección de parir en casa quede establecida y asumida desde el principio”.

Resulta clave, en este sentido, informarse del modo más certero y preciso posible, dado que circulan muchas versiones no siempre ciertas. Desde que en 2012 una activista de los partos domiciliarios, la australiana Caroline Lovell, murió tras dar a luz en su casa, muchos usaron su caso como argumento para desacreditar esta práctica.

Cuatro años después se supo que su muerte se debió a una negligencia: Lovell sufrió una hemorragia, pero la matrona no lo advirtió y, en lugar de llamar a un médico, le suministró un “remedio” homeopático contra la ansiedad. Si se hubieran tomado las correspondientes medidas de seguridad, la tragedia no se habría producido.

El debate sigue abierto. En cualquier caso, como afirma la matrona y doula Laura Sola, “las mujeres deberían parir dónde, cómo y con quién se sientan seguras”.

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