Navidad con gatos: siete alimentos que podemos compartir y cinco que mejor no

Foto: Chrissy Totty

Eva San Martín

Si la Navidad trae comilonas, invitados y decoraciones más o menos horteras (que muchos adoramos), también puede añadir algunos peligros para nuestros gatos. Muchos de ellos, en forma de alimentos. Bien sea un trozo de asado que le pone el estómago del revés, o porque un invitado bienintencionado le da polvorón por debajo de la mesa, la época que promete convertirse en la más feliz del año puede transformarse en la más peligrosa para nuestros amigos de cuatro patas. Te contamos qué comidas navideñas puedes compartir con tu minino y cuáles no, por ser potencialmente tóxicas. Objetivo: tener unas fiestas peludas en paz.

7 alimentos que los gatos pueden comer 

Antes que nada recuerda que algunos mininos tienen alergias o intolerancias a ciertos alimentos. Por eso, incluso cuando una comida resulte, en general, segura para la mayoría de los gatos, puede no serlo para el tuyo. Es más: en todos los casos, la moderación es esencial: ofrécele siempre raciones muy pequeñas. Si dejas que tu felino se atiborre durante las fiestas acabará, en el mejor de los casos, con dolor de estómago o, en el peor, con una gastroenteritis.

1. Un trozo de carne: pavo, pollo, ternera, cordero

Los gatos son carnívoros obligados; esto significa que sus cuerpos están diseñados para funcionar, sobre todo, con los nutrientes que les proporciona la carne. Si de verdad quieres mimar a tu minino estas fiestas, y vas a preparar un asado u otro plato con carne, córtale un trozo antes de cocinarlo para los comensales humanos y ofréceselo en su propio plato. Puedes cocerlo, hacerlo al horno o a la plancha; y dáselo en trozos pequeños, del tamaño de un bocado felino.

Eso sí: olvídate de las salsas u otros añadidos aromáticos, que sí suelen resultar dañinos para el minino. Y huye del exceso. La mayoría de los gatos disfrutarán de un poco de pavo sin problemas, pero comer de más no solo hará estragos en nuestras cartucheras, sino también en sus pequeños estómagos. La regla general: mantener su dieta habitual y premiar solo en pequeñas cantidades.

2. Delicias gatunas del océano: gambas y atún

Puedes compartir un trozo de marisco con tu minino, como una gamba, un percebe o un berberecho con tu minino, como premio y de forma excepcional. El pescado también se encuentra entre los platos preferidos de muchos comensales peludos: entre ellos, la merluza, el salmón o una sardina; todo bien limpio, sin espinas ni escamas y cortado en trozos pequeños. Si te sientes con fuerzas y quieres sorprender a tu amigo, prueba a cocinarle un pastel de atún para gatos. Tu gatete te ronroneará de pura felicidad.

3. Calabaza: rica y saludable para los felinos

La calabaza es una verdura todoterreno, con la que podemos cocinar platos salados, guisos, pasteles y hasta dulces navideños. Y sí, puedes compartirla con tu minino. Además, a la mayoría les encanta, y la calabaza tiene importantes beneficios para tu gato: entre otros, aporta fibra a su dieta y le ayuda a eliminar las bolas de pelo. Dásela cocida, sola o añadida a su comida. 

4. Un pedacito de queso fresco

Si tu minino es de los que disfrutan dándole un buen lengüetazo al yogur, no es el único. Muchos gatos son intolerantes a la leche y derivados lácteos, y para ellos el queso no es una buena opción. Pero otros disfrutan de ellos sin retorcer los bigotes. Si es el caso de tu minino, un trocito de queso fresco (pequeño) de la cena de Navidad constituye un premio tan saludable como sabroso. Evita los productos curados, ya que en general contienen mayor cantidad de grasa.

5. Patatas asadas o cocidas

Si vas acompañar el plato de pescado o carne con unas patatas asadas o cocidas, también puedes compartir este alimento con tu gatito. Siempre que no lleven salsa ni estén aliñadas con especias o sal, puedes separar un bocado pequeño para tu bigotudo preferido.

6. Salsa de arándanos

Una salsa de esta fruta que uses para acompañar los quesos u otro alimento puede resultar deliciosa para tu minino, siempre que no contenga una cantidad desorbitada de azúcar. De hecho, los arándanos poseen propiedades antioxidantes de las que también se benefician nuestros amigos de cuatro patas.

7. Judías verdes o brócoli

Cuando el acompañamiento del plato navideño incluye verduras, como judías verdes o brócoli, también puedes apartar un trocito para tu minino. De nuevo, asegúrate de que no lleven ajo, cebolla ni otras salsas sospechosas que sí puedan dañar a tu compi maullador. 

5 comidas navideñas que mejor no compartas con tu gato

En las comilonas festivas siempre quedan sobras. La regla general: no las compartas con amigo. Alejar estas comidas navideñas de tu minino es esencial para protegerlo

1. Chocolate

Hemos aprendido que el chocolate, presente en muchos postres durante esta época, es peligroso para los perros. Pero, ¿qué hay de los gatos? El chocolate también es tóxico para los mininos, aunque la cantidad de este alimento que tendría que ingerir el felino para enfermar es mayor. Entre los síntomas del envenenamiento por chocolate están la diarrea, temblores, dificultad para ponerse en pie o que el gato beba más agua de la habitual.

2. Las uvas y las pasas

Tanto las uvas como su variante seca, las pasas, son conocidas por causar problemas de riñones en los perros. Estos alimentos también afectan a los gatos; aunque, de nuevo, en menor medida; y el riesgo de envenenamiento por ingerirlos resulta pequeño. Aun así, la cautela aconseja mantener las uvas de Nochevieja lejos de los gatetes, así como cualquier pastel o postre que las contenga.

3. Huesos de pollo

Otro peligro: los huesos de pollo cocidos. No solo resultan complicados de digerir, además pueden bloquear el aparato digestivo de tu minino. ¡Asegúrate de cerrar bien el cubo de la basura tras la cena!

4 (y 5). Cebolla y ajo

Estos alimentos son tóxicos para tu minino, tanto cocinados como crudos. Ya sabes: mantén a tu minino alejado de la encimera mientras cocinas.

Si tu gato comiera de forma accidental un alimento peligroso o presenta síntomas de envenenamiento como diarrea, vómitos, problemas para andar o cualquier señal extraña, llama enseguida a tu veterinario de urgencia. Ante la duda: abre su latita preferida habitual u ofrécele un trozo de pollo cocido. Tu minino se relamerá los bigotes; y todos tendréis unas navidades felices y perfectas.

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